Él la recordaba como una preciosa ceremonia, todas las personas importantes para los dos asistieron y disfrutaron con ellos. Fue un día perfecto, a pesar de todas las adversidades que tuvieron que atravesar para llegar ahí. Ese día, cuando Izuku prometió amarlo por el resto de su vida, fue que entendió que era el hombre más afortunado del mundo, no sólo era un gran héroe, sino ahora un hombre felizmente casado. Podía dejar de lado su escalafón del ranking de héroes, lo más importante ahora, era formar una familia, su familia, y aunque le tomará años, estaba ansioso por ver su casa repleta de niños.
Fue difícil, el camino estuvo lleno de baches, pero cuando Izuku aceptó que quería ser parte de él, ambos comenzaron ese camino, investigando la manera de formar la familia que ambos querían, y en su primera noche de luna de miel, comenzaron con ese gran sueño.
Después de la ceremonia, condujo por toda la ciudad hasta la casa que ya compartía con Izuku desde hacía años. Haría a su ahora esposo el hombre más feliz del mundo, por eso apenas estacionó, rodeó el auto, abrió la puerta y cargó a Izuku entre sus brazos.
Se unieron en besos suaves cuando se sintieron tan cerca el uno del otro, mientras él los guiaba a ambos a través del jardín, hasta la puerta de su hogar.
—Bienvenido a casa, Izuku Todoroki —murmuró contra sus labios cuando cerró la puerta detrás de ellos.
—Estamos en casa, mi amor —susurró Izuku de vuelta.
Quería llegar a la cama, disfrutar un par de horas antes de tomar el vuelo que los llevaría a su luna de miel, pero llevaba demasiado tiempo esperando, por eso acorraló a Izuku contra una de las columnas que sostenían el alto techo y metió sus manos bajo el traje tradicional de novia que su familia lo hizo usar.
Izuku sabía que era pequeño, por eso tuvo que envolver a su esposo con sus piernas por el miedo que le provocaba caer. Shoto vió sus acciones como una luz verde para continuar. Se concentró en besar su cuello y suspirar contra su piel sensible, mientras comenzaba un camino de caricias dulces y seductoras que subían por los muslos desnudos de su esposo, intentando arrancar más de los suspiros que Izuku soltaba en su oído.
Subió con lentitud, hasta que se encontró con esa molesta ropa interior. Izuku sujetó una de sus manos para detenerlo.
—No, Shocchan, aquí no.
Ambos lo habían esperado por tanto tiempo, a pesar de llevar tantos años de noviazgo, aquello era especial, era su primera vez juntos, aunque solo Izuku era virgen.
Shoto dejó un beso casto en sus labios, abrazó a Izuku con cariño y siguió su camino hasta la habitación principal.
Con suavidad y cuidado dejó a Izuku sobre el futón, solo para admirarlo. Se sintió el hombre más afortunado del mundo por verlo de ese modo, con su traje de novia esparcido sobre las sábanas, con su cabello peinado de forma tan elegante, y sus labios hinchados que suplicaban por más.
—Eres hermoso —suspiró, consiguiendo que una sonrisa iluminara el rostro de su esposo.
—Ven, Shoto —pidió Izuku extendiendo sus brazos.
Él no dudó en obedecer, se deshizo en un instante de su traje y se apresuró a acorralar a su esposo, dejando besos acalorados en sus deliciosos labios. Metió una mano traviesa debajo del traje de novia y le arrancó la ropa interior de un tirón. No necesitaba desnudarlo por completo, solo necesitaba acceder a esa exquisita parte de Izuku.
Shoto se acomodó entre las piernas temblorosas de su amante, Izuku se aferró a las sábanas al saber lo que sucedería. Una creciente incomodidad se hizo presente en su cuerpo, era su primera vez, estaba nervioso, por eso se quedó sin aliento cuando algo enorme y duro se abrió camino en su interior.
El tratamiento que estuvo tomando por años estaba haciendo lo suyo, su cuerpo estaba respondiendo al trato de su esposo, podía sentir un líquido extraño escurriendo de su entrada. Izuku se arqueó al sentir toda la extensión de su esposo entrar en su cuerpo virgen. Y el héroe no pudo resistirlo más, arremetió con fuerza, entrando y saliendo de ese cuerpo perfecto que lo recibía tan bien.
—¡Ah, Shoto, por favor, más despacio! —sollozó Izuku.
El héroe de fuego y hielo obedeció disminuyendo la intensidad, pero acercándose para devorar los labios de su esposo. Solo unos minutos después, Izuku se acostumbró a la intrusión, y el héroe pudo continuar su salvaje ritmo. Shoto tuvo que sujetar con fuerza las caderas vestidas de su esposo, pues su fuerza descomunal hacía que Izuku rebotara descontrolado.
Izuku se aferró al futón mientras sus gemidos escapaban de sus afelpados labios. Shoto no pudo reunir autocontrol, rompió de un tirón la parte de arriba del traje de novia, dejando al descubierto los pequeños pechos de su esposo. No dudó en pegar a ellos su boca, consiguiendo que la humedad de su lengua le arrancara súplicas desesperadas a Izuku.
—¡Es demasiado!, ¡Sho…! —gimió Izuku, aferrándose a los cabellos de dos colores de su esposo.
—No amor, no es demasiado —respondió el héroe contra el pecho de Izuku—. Hoy haré que te embaraces, no te dejaré salir de aquí hasta saber que tendremos un niño.
—No digas esas cosas, Shoto —gimió Izuku con el rojo inundando su rostro.
El héroe se acercó a su amante para dejar un beso casto en sus labios y otro en una de sus mejillas por las que ya corría un río de lágrimas.
—Te voy a hacer mamá, Izuku —susurró contra su oído.
Salió de ese cuerpecito tembloroso, solo para darle la vuelta y levantar su trasero, con Izuku en esa posición el héroe continuó las embestidas con suavidad, disfrutando de la perfecta forma en que Izuku lo recibía y cómo gemía suavemente cuando él llegaba hasta el fondo.
Definitivamente, Shoto era el hombre más afortunado del mundo, eso le quedó claro cuando Izuku giró su cabeza para mirarlo con sus ojos acuosos, y le regaló una perfecta imagen.
—Vas a ser el mejor papá del mundo, Sho —dijo Izuku con una hermosa sonrisa.
No pudo resistirlo más, se inclinó sobre Izuku para aprisionar sus manos contra el futón y lo embistió con fuerza, aunque Izuku se apretaba cada vez más por la posición, la vergüenza, el placer, quizás por todo.
—¡Ah, ah!, ¡Sho, por favor, me siento extraño, algo raro está pasándome! —gritó Izuku con la voz rota por sus lágrimas.
Shoto salió de su interior, le dió la vuelta y volvió a aprisionar sus manos, solo para meter de vuelta su pene en el cuerpecito que se sacudía en espasmos.
—Déjame ver tu expresión de placer, Izuku.
Se inclinó para besarlo, luego se separó para continuar con las embestidas. A pesar de las súplicas de Izuku y sus lágrimas de placer, Shoto no le dió piedad, siguió arremetiendo contra su cuerpo tembloroso, hasta que la expresión de Izuku se volvió una obra de arte. Sus ojos abiertos inundados en lágrimas, sus mejillas sonrojadas y su boca abierta, cómo si gritara sin producir sonido alguno.
Cuando Shoto derramó su esencia dentro de él, fue que ese grito agudo de placer escapó de los labios de Izuku.
Con la respiración agitada, Shoto se quedó ahí, admirando la belleza de su esposo, la forma adorable en que intentaba recuperar el aliento, mientras su pecho subía y bajaba, invitándolo a probar de nuevo, y así lo hizo. Sabía que en unos meses, el tratamiento que Izuku tomó lo haría adaptarse para recibir a un pequeño, y él iba a ser muy feliz con todos esos cambios.
Izuku gimió una vez más por las caricias bruscas de Shoto, pero aceptó todo lo que su esposo quisiera darle, incluso cuando sintió esa cosa extraña endurecerse otra vez en su interior.
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.De esa forma tan hermosa, Shoto pasó la noche entera, con una sonrisa que iluminaba su rostro; mientras soñaba una vida al lado de la persona que amaba.
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Deseos nocturnos [Dekubowl]
FanfictionEran un par de pervertidos, eso lo sabía toda la escuela. Eran un par de imbéciles, podías notarlo con solo verlos un par de segundos. Pero nadie estaba preparado para lo que sucedería por sus estupideces. Una broma cruel y desvergonzada los llevó...