-Me he enamorado profundamente de él, me he enamorado tanto que el hecho de pensar en no poder estar a su lado nunca más duele...
___ lennox.
-Sé que el hecho de que llegaras tán facil a su corazón es culpa mia, porque no supe amarla como se lo mere...
Muchas gracias -dije por último para tomar los trastes y llevarlos al lavabo para dejarlos limpios-
No se preocupe por eso -toma mis manos con delicadeza y las aparta de ahí- vaya a descansar.
No me opuse y subí las escaleras hacia el dormitorio, insisto ¿tendrá algo que ver aquel sobre amarillo con todo lo que me está pasando?.
Lo busqué por todas partes hasta que al fin lo encontré, sonreí para después soltar un gran suspiro, si que estoy perdiendo por completo la razón.
Me dirigí al baño, luego cerré la puerta y vi mi reflejo en el espejo.
Estás enloqueciendo, ___ Lennox -dije dirigido hacia mi-
Abrí el sobre, desde el sobre hasta el papel del talismán eran de color amarillos con aquel escrito en letras rojas.
-Leí de nuevo el contenido- todo lo que te lleva al desespero te llevará a la tranquilidad en un tiempo nuevo -seguido cerré los ojos y respiré profundo-
Al abrirlos estaba en casa de nuevo. ¡¿Qué demonios está sucediendo?!.
De repente la puerta se abrió.
Santo cielos, ___. ¿Dónde has estado? ¿Cuándo llegaste? ¿Qué es lo que te sucedió?
¿Cuándo llegue? -esas preguntas si que me marearon-
El señor William me llamo ayer para que aseara la casa, cuando llegue toda la sala estaba hecha pedazos y tu no estabas aquí, antes de irse me dijo que saliste a visitar al señor Albert. Pero cuando lo llame...lo primero que hizo fue preguntar por ti entonces supe que no estabas con él. Ahora dime, por favor ¿Dónde estuviste? -acarició mi rostro- ¿Qué fue lo que te paso?
William, él fue lo que me paso -sonreí con vergüenza, cómo deje que ese bastardo me pusiera un dedo encima-
Aun no respondes donde estuviste... deberías ir con tu padre, está muy preocupado -dijo con tristeza, pude notar unas grandes ojeras bajo sus ojos, era claro que no había dormido bien-
Y lo haré, ahora ve a descansar se nota que no has dormido de manera adecuada -sonreí para tranquilizarla y ver como se dirigia a la planta alta-
¿Tanto es su cansancio para no notar que traía un atuendo bastante extraño?
Ese atuendo muestra que no fue un sueño o algún tipo de alucinación por efecto de los golpes. Fui hasta mi habitación y me cambie para luego esconder aquella ropa donde nadie pudiera encontrarla.
De inmediato baje hasta la sala, tome el teléfono de casa y le marque a Rose.
Si, ¿Buen día?.
Buen día, Rose.
___, mujer, vas a hacer que pierda por completo la razón. ¿Dónde diablos te has metido?
Tranquilízate, necesito que vengas a casa, acaba de pasarme algo demasiado raro.
Voy para allá -escucho como suspira con alivio y cuelga-
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No pasaron ni diez minutos cuando escuche golpes en la puerta principal, entonces fui a abrirla. Apenas lo hice Rose se abalanzo sobre mi para abrazarme como si su vida dependiera de ello.
Estaba tan asustada, no apareciste y no llamaste, mira como estás -dijo entre lágrimas- Te juro que William me las pagará.
Rose, no todas tenemos la dicha de tener un esposo tan atento y amable como el tuyo -le sonreí de manera tranquilizadora-
Ven conmigo a casa, mi marido no tiene problema con eso -estaba tratando de convencerme-
Estaré bien, no es para esa la razón por la que te llame, de hecho...es otra cosa -saque aquel sobre amarillo- me paso algo sumamente extraño.
¿Qué fue lo que paso? -cuestionó preocupada-
Desperté en la cama de un hombre -ni siquiera me dejo terminar-
¿De Wickham?, sabes que te apoyo si quieres quedarte con él, sé que te ama como nadie y te hará feliz -dijo sonriente, si que tiene una gran imaginación-
No fue en la de él, lo ultimo que recuerdo de haber estado en casa son sentir golpes y William vuelto un completo maniático con celos enfermizos, luego desperté en una cama y tenia mis heridas tratadas, entonces vi a un hombre. Era castaño, más alto que yo, unos ojos verdes tan lindos como la esmeralda, tenia hoyuelos y dos lunares en su mejilla, era realmente amable y atento -lo recordaba tan bien-
Viste un ángel, mujer, o fue una alucinación cortesía del bastardo de tu esposo William -sonrió- que por cierto golpearé hasta el cansancio.
Sé que no fue ninguna, aquel hombre me dio un atuendo para cambiarme y un artefacto extraño. Era rectangular, más grande que mis manos, tenia letras abajo y si las tocabas aparecían en la parte de arriba, vi la fecha. Rose, 18 de abril del 2023 -expliqué-
¿Te duele la cabeza? ¿quieres descansar? -preguntó-
No perdí la cabeza. Se que sueno como demente...¡¿crees que no lo sé?!, pero esto es extraño y estremecedor y solo confió en ti -tome su muñeca y la jale a mi habitación-
¿Qué es lo que buscas? -cuestionó-
Saque la bolsa bien escondida con aquel atuendo extraño que llevaba puesta hace minutos atrás y lo saque mostrándoselo-
¿Qué...es eso? -tomó la prenda de la parte baja-
Es como un patanlón pero este parece ser de dama, es ajustado al cuerpo...me lo dió aquel hombre. -contesté viendo su cara de extrañes-
Si que es extraño y la ¿camisa?...huele a hombre -dijo abriendo de gran manera sus ojos-
¿Lo ves?, no estoy loca y no fue una alucinación. Yo también lo creí cuando lo vi pero yo toqué su rostro y el tocó mis manos como si fuera a quebrarme y no se aprovecho de mi si es lo que crees. -sonreí pero al instante la quite-
Dios que suerte, ningún hombre cuidaría de una mujer que apenas conoce como si fuera porcelana, deja a William ese imbécil no vale la pena -sonríe- ni se te ocurra dejarme aquí si te vas, pero si decides quedarte y el gran bastardo de William llega a tocarte un pelo...lo mataré con mis propias manos, sabes que eres como una hermana para mi. -jalo de mis hombros y me abrazó-
