XXII

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¡No puede irse! -grita Wickham-

¡Es su decisión! -grita de vuelta Rose-

No dejaban de gritarse una y otra vez.

¡Va a costarle un ojo de la maldita cara! -dice Wickham bastante molesto- ¡no puede irse, es arriesgado!

¡No, no quieres que se vaya con ese hombre! -le grita- eres un egoísta, sabias que la oferta de tu padre de estudiar en el extranjero era una trampa y una vez allá te presento a una mujer -en ese preciso instante algo se detiene dentro de mi al escuchar tal cosa-

¿Qué estas diciendo? -le cuestiona a Rose-

Claro que sí, sabes que digo la verdad -lo mira molesta-

¡No acepte nada! -se excusa- jamás di si quiera un indicio de querer aceptar

Pero sabias el motivo de ir allá -continua-

Sabes que siempre quise estudiar allá -dice- somos amigos desde hace bastante tiempo, me conoces.

Tu elegiste irte -digo- es mi turno de elegir.

¿Elegir? -dice con incredulidad- no es lo mismo

¿Por qué no? -pregunto-

Yo elegí ir a estudiar -responde- a otro país, tu quieres ir a un tiempo al que no perteneces

Escogiste tu felicidad -digo con euforia- ahora tengo la posibilidad de ir a un lugar maravilloso

Más bien con un hombre maravilloso ¿no? -bufa mientras Rose golpea su hombro- ¡quieres irte con él!

¡Si! ¿cuál es el problema en eso? -grito-

-toma un respiro- ¿Por un hombre?, planeas dejar toda tu vida y personas que conoces, ¿todo por un hombre?

¡Yo hubiera huido contigo si me lo pedias! -grito-

Wickham -lo regaña Rose-

Él no es la única razón -añado a mi respuesta-

Claro -vuelve a soltar un gran suspiro- dime las otras razones

Wickham -resoplo- las mujeres allá son libres, pueden hacer lo que les plazca sin tener miedo a que las juzguen y si lo hacen no les importa en lo absoluto -da una señal para que continúe- pueden usar lo que les plazca, aunque sea ropa corta y no las obligan a contraer matrimonio ni son sometidas por hombres -finalizo-

-parece pensarlo un poco- ¿todo eso vale el poco tiempo que posiblemente estés allí a cambio de dejar todo aquí?

Wickham, ya es suficiente -Rose golpea su hombro-

Aún si la sociedad me perdona por las acusaciones dirigidas hacia mí sabes lo que significa, estoy atada a William hasta que él quiera divorciarse, sabiendo como es sabemos que no pasará y me hará la vida un infierno.

Y aun sabiendo eso, ¿tienes el corazón para pedirle que se quede? -intervino Rose por mi- ¿le juras amor eterno no? Entonces déjala ser feliz.

Wickham se ve resignado a seguir discutiendo o a seguir tratando de convencerme.

Bien, si quieres irte vete -dice dirigido hacia mi- si necesitas refugio en algún momento, yo siempre estaré dispuesto a ayudarte en lo que desees y necesites.

Yo igual -dice Rose- Marc y yo siempre te ayudaremos en lo que sea

Siendo así, necesito un favor -digo-

Lo que sea -dicen al unisonó-

Lo que sea -dicen al unisonó-

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𝑷𝒐𝒗 𝑨𝒊𝒅𝒂𝒏

Conducía lo más rápido que mi motocicleta me lo permitía para llegar a casa rogando al cielo, a Dios y a todos los santos que me venían a la mente que todo fuera una broma de mal gusto y que ella estuviera esperándome en casa donde llegaría a descansar en su pecho mientras escuchaba como nuestros corazones latían en sintonía.

Tan rápido como llegué corrí adentrándome a la casa, buscándola de habitación en habitación por toda la casa, pero no la encontré. Rendido voy hacia la habitación que compartía con ella y me dejo caer en la cama donde solíamos dormir juntos, de inmediato su olor impregnado en las mantas llega a mi como una bofetada que hace que mis ojos piquen mientras siento un dolor incesante en el pecho.

Como es que podía irse de una manera tan cruel, como podía hacerle falsas promesas a mi corazón llenándolo de esperanzas aun sabiendo que no volverá a mi lado.

"𝑬𝒍 𝒅𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒐 𝒏𝒐 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆 𝒔𝒆𝒓 𝒕𝒂𝒏 𝒄𝒓𝒖𝒆𝒍 ¿𝒄𝒊𝒆𝒓𝒕𝒐?"

Sus palabras daban vueltas una y otra vez en mi cabeza, al fin encuentro una mujer que me ofrece mucho más de lo que deseo y a la que quiero dar todo, aunque sea aún imposible por que verla feliz será lo único que quiero a cambio de darle el mundo.

El destino si que es muy cruel, amar a una mujer de hace 100 años atrás, amar a una mujer a la cual no puedo regresar por mi cuenta más solo me queda esperar que ella regrese a mí.

¿Tanto es mi amor por ella para que mi pecho duela tanto?, la respuesta es obvia, claro que si. Ni siquiera cuando Samantha se fue dolió tanto, mi amor por esa mujer es tan grande que duele tan solo pensar que no despertaré más con ella a mi lado, que mis fosas nasales no se llenaran más con ese dulce aroma que emana de su delicado cuerpo.

Duele como un demonio, universo si estás escuchando, por favor llévame con ella o tráela de vuelta a mi... 

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Ayer iba a publicar este capitulo pero sucede que compre un nuevo libro y me envolate leyendolo y hata ahora que revise me dí cuenta de que no lo publique, mi culpa asi que mil disculpas.

Espero que les guste tanto como a mi, de favor voten y dejen su comentario, me gusta leerlxs a todos.

Si por ahí existe alguna falta ortográfica pido mil disculpas.

Eso es todo por hoy.

Daya, cambio y fuera ♥.

𝑩𝒂𝒄𝒌 𝒕𝒐 𝒎𝒆 - 𝑨𝒊𝒅𝒂𝒏 𝑮𝒂𝒍𝒍𝒂𝒈𝒉𝒆𝒓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora