-Me he enamorado profundamente de él, me he enamorado tanto que el hecho de pensar en no poder estar a su lado nunca más duele...
___ lennox.
-Sé que el hecho de que llegaras tán facil a su corazón es culpa mia, porque no supe amarla como se lo mere...
¿Has oído hablar sobre encontrar el amor a primera vista y sentir una electricidad recorrer el cuerpo?, eso era lo que les ocurría a Aidan y ___.
Y mientras un bonito sentimiento surgía entre aquella pareja que se había encontrado por casualidad, suerte o tal vez destino, en su tiempo original se desató el caos.
¡Abre la puerta, si le tocas un pelo te mato! -gritaba con desesperación Rose mientras forcejeaba para que la puerta principal de la casa se abriera-
Tranquilízate -le repetía Marc una y otra vez, la tomó con suavidad de la cintura y la apartó en un movimiento lleno de delicadeza-
Entonces de una sola patada logró que la puerta se abriera, sin esperar un segundo subieron a la habitación de la pareja esperando lo peor y no se equivocaban. Horror, dolor e ira, eso fue lo que Rose sintió apenas entró al baño de la recamara, donde se encontraba el lavabo y el piso lleno de pedazos de espejo y sangre por doquier. Aquella mujer sintió como se le salía el alma de su cuerpo junto con un grito lleno de dolor.
Marc de forma rápida la llevo hasta la puerta principal, algo malo había pasado ahí, eso era evidente y no se quedaría a que algo le sucediera a su esposa, luego se encargaría de llamar a la policía.
Deja de gritar, nunca has tenido buenos modales -dijo William sentándose en el sofá con una botella de ron-
Rose y Marc se centraron en aquel golpe que tenia en la cabeza.
¡¿Qué fue lo que le hiciste?! -exclamó Rose intentando zafarse del agarre de su esposo, cosa que el no permitía-
La hice desaparecer...¿la viste por algún lado?, que yo sepa solo hay sangre -sonrió con burla-
Rose se soltó bruscamente y corrió hacia William, a quien derribo usando todo su cuerpo. Cuando estaba tumbado en el piso se dedicó a golpearlo en la cara una y otra vez, eran golpes llenos de dolor y rabia y lo haría hasta cansarse.
Marc enseguida corrió hasta ella y la apartó- detente, linda, no lo vale, no debes ensuciar tus manos por este imbécil-
La envolvió en sus brazos deteniéndola antes de que cometiera una locura.
Aunque me golpees sé que la imagen de ese baño lleno de su sangre no te dejara vivir en paz -sonrió cansado- no podrás estar en paz.
Marc bastante molesto lo tomó de la camisa cubierta de sangre y tiro un golpe que lo dejo inconsciente, para luego llamar a la policía y consolar a su esposa hasta que llegaran.
-𝓗𝓸𝓻𝓪𝓼 𝓭𝓮𝓼𝓹𝓾é𝓼-
Oficial ya se lo he repetido un millón de veces -dijo Marc ya arto, llevaban horas tomando su declaración una y otra vez-
Debo tomar la declaración de su esposa -comentó el oficial-
¡No!, mi esposa ya se encuentra lo suficientemente mal por lo que presenció para que le pidan que declare y por eso mismo lo estoy haciendo yo, sé que está haciendo su trabajo pero mi esposa no está en condiciones y le pido que respete su dolor -exigió Marc, el oficial solo asintió y Marc se dirigió junto a Rose a casa-
Rose no dijo una sola palabra en todo el camino y cuando llegaron solo se dejo caer resbalando por la pared mientras lloraba, enseguida su esposo la siguió sentándose detrás de ella mostrándole que el estaba ahí y que no estaba sola.
Me la quitó -dijo mientras se le quebraba la voz- él bastardo me la quitó
Marc se dedico a escucharla y apoyarla el resto de la noche que claramente no durmió.
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𝓟𝓸𝓿 𝓐𝓲𝓭𝓪𝓷
Abrí los ojos poco a poco al sentir la luz del sol en mi rostro, voltee a la derecha con confusión al no encontrarla. No podía dormir no se que le sucedió esta ocasión pero me pidió que no la dejara.
¿Amor a primera vista?. Yo no creía en eso... hasta que la vi. Pero me asustaba que me hiciera sentir tanto en tan poco tiempo, tal vez me hechizo o algo por el estilo.
Y siendo sincero no me molestaría tener su compañía por un largo tiempo y despertar con ella a mi lado cada mañana.
Escuche música que provenía de abajo, baje las escaleras buscándola con la mirada, hasta que la encontré en la cocina haciendo el desayuno mientras bailaba.
Traía puesta una de mis camisas blanca que le quedaba hasta la mitad del muslo y su cabello estaba recogido en un moño improvisado. Insisto, no me molestaría tenerla aquí por un buen tiempo.
Como te las arreglaste para poner la música en el parlante -cuestioné cruzando mis brazos sobre mi pecho, si que me daba curiosidad-
-dio un salto- Santísimo dios -tomó una bocada de aire- resulta que no es tan complicado, solo estaba buscando algo en ese aparato tuyo y una voz, una tal Siri, le dije que ponga música y ya estaba sonando en esa cosa de ahí -señalo el parlante-
De pronto sonó como introducían el código en la placa electrónica y la puerta de abría.
Carajo.
Quédate aquí -le sonrió y me apresuro hacia la puerta, encontrándola-
Aidan, cariño, ¿Qué haces sin camisa? -preguntó tratando de tocarme, por supuesto no deje que lo hiciera-
Samantha ¿Qué demonios haces aquí? -dije tratando de sacarla de la casa-
No seas grosero con tu prometida -si que dice tontearías-
¿Prometida? -escuché una voz detrás de mi-
Mierda.
No es lo que parece, no la escuches, ve al comedor. Allá te alcanzo -sonreí con algo de vergüenza-
¿Quién es ella y qué hace tan solo con una de tus camisas? -trató de quitarme para entrar-
