Del nicho helado en que los hombres te pusieron,
te bajaré a la tierra humilde y soleada.
Qué he de dormirme en ella los hombres no supieron,
y que hemos de soñar sobre la misma almohada.
Te acostaré en la tierra soleada con una
dulcedumbre de madre...
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El resto del camino fue más tranquilo de lo que esperaban, no hubo peleas ni gritos, tampoco algún otro encuentro inesperado, tan sólo un camino tranquilo y silencioso, con la agradable vista que las grandes ventanas de cristal les brindaban, por lo que al mismo tiempo el camino recorrido se sintió más corto y en menos de mi que esperaban ya estaban frente al área del Palacio que había sido remodelada para ser usado como museo. Como invitados los guardias de la entrada los dejaron pasar sin ningún problema, sin necesidad de pedirles que pagaran o que mostrarán algún pase especial, con el solo hecho de ver sus uniformes fue suficiente para los guardias que los dejaron pasar deseándoles una agradable visita.
Al entrar Juan y Luzu no tardaron en coger a mirar cada pedazo de arte esparcido hábilmente por esa ampliaciones sala, cuadros, esculturas, tallados, había de todo, incluso cosas de aquella época resguardadas en cajas de cristal, había desde ropa y armaduras, hasta joyas, monedas, bolsos y papeles, para ambos jóvenes ese lugar eres simplemente todo lo que se esperaban y más.
—Lu mira esto—llamó Juan a su amigo, mirando con atención uno de los cuadros posicionados en la pared.
Lucien acudió al llamado de su amigo, pagándose a su lado y mirando el cuadro indicado, sus ojos brillaron al verlo, le parecía simplemente hermoso.
—Increíble, es precioso—dijo con una voz suave, juntando sus manos en su pecho, el arte era una de sus cosas favoritas al igual que el de Juan.
—Lo se, es hermoso, la manera en que está hecho, es increíble.—
Ambos miraban encantados la pintura, la cual era un hermoso claro lleno de árboles y flores que le daban un significado profundo, en el centro había un hermoso altar, como si alguien fuese a casarse, pero no había ni rastro de un solo rostro humano pintado, tan sólo era la presencia de aquellos árboles imponentes y esas hermosas flores blancas.
—Para mí es solo un cuadro más del montón, no tiene nada de especial.—
Como era de esperarse Iván ya estaba dando su opinión de una manera un tanto grosera, no se podía esperar menos, pero si era molesto para Juan y Luzu quienes trataban de disfrutar de la belleza del arte antiguo.
—Vamos Lu, tu y yo podemos disfrutar de todo el arte que queramos nosotros solos, ustedes no tienen por qué seguirnos.—
Juan sujeto la muñeca de Luzu llevándose lo lejos para que siguieran disfrutando del arte en paz solo ellos dos, dejando a Iván y Auron solos, pero a Juan no podía importarle menos, aun seguía molesto con Iván por su actitud irracional cuando se toparon con aquel grupo. Iván no dijo nada y solo se quedó en silencio en su lugar, viendo como se alejaban cada vez, fue en ese momento que difirió su vista a aquel cuadro, ahora que lo veía bien era lindo.
—Sabes, no tienes que hacerlo enojar cada que quieres que te preste atención, es ahora molesto y puede que a él le desagrade que lo hagas.—
—Cállate, no necesito consejos de un mentiroso hipócrita como tu, ya te había dejado en claro que te alejaras de mi, en la escuela y frente a ellos puedo fingir que me agradas, pero no es lo mismo cuando no están, así que aléjate de mi si no quieres que te saquen de aquí en una camilla.—
