CAP.30 ~Silensio~

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El silencio dominaban el lugar, su mente poco a poco lo consumía, las voces no paraban de gritar que avía sido su culpa, que por el, el estaba en coma, que por su culpa su vida se avía condenado, que por el las personas que consideraba amigos estaban sufriendo.
Sentía como aquellas vices se reían de él, gritando lo mismo una y otra vez, burlándose y llamándole asesino, quería que se callaran, que se fueran, que lo dejarán en paz, pero no podía, no avía nada que hacer para que aquellas voces pararán.

La puerta fue abierta, entrando aquella chica de cabello rubio y vestido verde, su sonrisa era coqueta, ligeramente arrogante. No quería verla, no a ella, pero que más podía hacer, incluso si Spreen cuidaba su puerta tenía estrictamente dicho que si alguien con un título alto pedía verlo lo dejara pasar, por lo que tendría que aceptar la visita indeseada.

-buenos tardes Drista, en que te ayudo?- su voz salía cansada, estresada, pero debía atender lo que sea que quisiera aquella chica

-que no puedo pasar tiempo con mi prometido? vamos Techno, por qué no te relajas y nos divertimos-

Aquel tono coqueto solo lo hacía sentir tan asqueado, era la primera ves que se sentía de esa manera, en otras ocasiones simplemente le causaba desinterés, pero ahora le causaba asco, un desagrado horrible.

-no estoy de humor Drista y te recuerdo que tú y yo no somos nada, así que te pido por favor que te vallas o le diré a mi guardia que te escolte fuera de aquí-

Una mueca molesta se formó en el rostro de la dama, pero no se iba a rendir. Con pasos coquetos se puso a su lado, abrazándolo por el cuello y acariciando su pecho con su mano, pero Techno simplemente no mostraba ninguna reacción más que el asco y desprecio.

-Drista no lo volveré a repetir- está ves su voz se escuchó sería, sin paciencia

No obtuvo respuesta, solo la respiración de la dama más cerca de su oído, sentía como desabotonaba su camisa poco a poco, dando leves caricias sobre su pecho desnudo. Quería que se fuera, pero sabía que no lo aria a menos que le diera lo que quería, le disgustaba la idea, de tan solo pensar en eso sentía un desagrado y desprecio horrible, pero era la única manera de zafarse de ella.

-sierra la puerta- ordenó con voz sería

Una sonrisa maliciosa se formó en el rostro de Drista, avía logrado lo que quería, ahora solo tenía que divertirse, después de todo ya lo tenía en la palma de su mano.

Se separó de el y se dirigió a la puerta, abriéndola ligeramente para quedar cara a cara con Spreen, el cual ya la esperaba fuera con una mirada sería.

-lo siento, podrías irte? mi prometido y yo tenemos, asuntos, que resolver, así que, bay-

Sin esperar respuesta simplemente serró la puerta con seguro, pegándose a ella de espaldas y levantando su vestido con lentitud, planeaba divertirse asta que el viera que le pertenecía, que a ella no podía decirle que no, después de todo, ningún hombre se resiste a los engaños de una mujer no?



















































































































Cultivo una rosa blanca en Junio como en Enero,
para el amigo sincero, que me da su mano franca.

Y para el cruel que me arranca el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo
cultivo una rosa blanca.

Amor ReencarnadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora