Del nicho helado en que los hombres te pusieron,
te bajaré a la tierra humilde y soleada.
Qué he de dormirme en ella los hombres no supieron,
y que hemos de soñar sobre la misma almohada.
Te acostaré en la tierra soleada con una
dulcedumbre de madre...
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La comida pudo haber sido tranquila, pasar todo desapercibido de no ser por la curiosidad que sentían, querían preguntar, miraban de vez en cuando a los que comían junto a ellos quienes parecían de lo más tranquilos, como si eso fuera normal, tal vez realmente no vendría mal preguntar tar para quitarse de dudas.
—Una pregunta si no es mucha incomodidad, ¿Qué tipo de relación tienen ustedes?—
La pregunta dejó todo entre ellos en silencio, Luzu y Juan querían ser tragados por la tierra, Iván solo ignoraba todo y comía esas galletas de las que anteriormente se estaba quejando, lo que ojalá entre ellos no le importaba, sentía curiosidad pero no tanta como para preguntar, a diferencia de Auron, quien fuera de vergüenza preguntó. Alex se metió a la boca una parte de la pasta, masticando la porción sin mucho interés, fijando su vista en ellos notando que si no respondía no se los quitaría de encima. Todo los ojos con cansancio y levantó su mano izquierda, mostrando dos anillos de oro en su dedo anular, dejando a todos incluso a Iván con la boca abierta.
—¿Ustedes están?—tartamudo incrédulo, mirando perplejo los anillos.
—¿Casados? Si, llevamos tres años de casados y Emm, sí no mal recuerdo doce años juntos.—
La respuesta de Karl fue de lo más relajada, comiendo la porción de ensalada que Nick le daba, otro vistazo rápido a los demás y notaron que no era mentira y que ya lo sabían, inesperado y extraño, pese a que ese tipo de relaciones ya eran más normales en la época actual, aún seguía siendo raro, sobre todo si se trataba de una relación de tres.
—Es extraño, sobre todo porque son dos híbridos de diferentes especies y un humano—comentó Iván, importándole poco si sus palabras eran insensibles.
—No soy un humano, soy un elfo, pero no se nota ya que mis orejas siempre están ocultas por mi cabellos.—
Bueno, sin muchas palabras que decir, era en parte inesperado, usualmente las parejas así son más comunes en los híbridos y elfos, lo contrario a las hadas e incluso cambiantes, quienes suelen ser renuentes a ese tipo de relaciones ya que no lo ven productivo, pero incluso si eso fuera muchos prefieren no mezclarse con otras especies, era raro ver una relación de ese tipo, más si involucraba a dos híbridos y un elfo.
—Fue difícil que nos aceptaran al igual que fue difícil encontrar alguien que quisiera oficiar nuestra boda, pero un consejo que les podemos dar es que si ustedes tienen alguien a quien aman con todo su ser no lo dejen ir, tal vez esa persona sienta lo mismo pero simplemente no sabe cómo denostar lo.—
La voz de Alex era más tranquila, menos agresiva y más dócil, pero podían comprender sus palabras, sabían que hablaba desde la propia experiencia, se veía en sus ojos, pese a su edad parecían los ojos de alguien que había vivido más cosas de las que cualquiera podría imaginar. Una parte de ellos intentó seguir como si nada, aunque ahora más incómodos ya que se sentían como el mal terció, bueno, el mar cuarteto en este caso. El tiempo pasaba y pasaba, ya no había comida en sus platos, algunas palabras iban y venían de ambos lados, una conversión corta y tranquila, incluso se enteraron de algo que no habían escuchado, un evento de importante se iba a llevar a cabo en en el nuevo teatro, por lo que supieron sólo la Academia Kaukiara había sido invitada.
