Labios sabor a cigarrillos | (TERMINADA)

Capitulo 5: "Apretón de manos" ✓

"Podemos fingir, no cuesta nada..."

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Labios sabor a cigarrillos
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Al final de cuentas, aquella noche dónde estuvieron ante tal bella obra de teatro, ambas la disfrutaron, Urss por las actuaciones y Third por las reacciones de está.

Desde entonces no se vieron más ya que sí, habían pasado rato sin insultarse, pero eso no quería decir que se habían comenzado a llevar bien, no-op, por el contrario, seguían igual que siempre... y cuándo se enteró, eso disgusto a su psicólogo, quién las recibió ese sábado con una sonrisa forzada, aún teniendo algunas vendas sobre el cuerpo pero nada para morirse.

—¿Se divirtieron? —preguntó al verlas sentarse, por primera vez llegaron casi al mismo tiempo. Ellas se miraron a los ojos y volvieron a verlo— Sinceramente, yo no, blagh, sólo bailan y ya, es mejor un libro. —dijo Third, a quién entonces le prestó total atención. Le sacó el dedo medio al hombre y este rebuznó— ¿Señoritas, hablaron, interactuaron? —volvió a hacer su pregunta, para entonces cruzar los brazos (con dificultad por el esguince en su muñeca derecha)

Inmediatamente la rusa separó los labios para contestarle, pero entonces se dió cuenta de algo... bueno, realmente no hablaron demasiado— Ah... ¿que le dijera que nos fuéramos y le diera una amenaza se puede tomar como plática? —«Mierda» maldijo internamente Third, antes de poner una mano sobre su rostro en modo de decepción por tales absurdas palabras, Urss lo notó y le refutó—, ¡no hagas ese gesto imbécil, no ayudaste en nada a la conversación! —Third se quitó la mano de el rostro— ¿¡Y porque yo debía iniciarla!?, ¡estabas babeando por un bailarín, además, ¿que tema de conversación podríamos tener?!

Antes de que empezarán una pelea él psicólogo las interrumpió, poniendo una mano delante para callarlas— Joder, gaste un montón de dinero en esas entradas y ni siquiera hicieron lo que debían. Se suponía que eran para ir yo y mi esposa, ahora voy a tener que explicarle que fueron gastadas para nada y no por algo de real importancia. —se le vió frustrado, pero, ¿quién lo mandaba? Era su culpa, ellas no le pidieron esas entradas. Pareció meditar un momento antes de finalmente hablar:—, ésto va a ser lo más drástico que he hecho... no en mi carrera, en mi vida... Quiero que recuerden que ustedes me hicieron llegar a estas alturas. —se calló un momento, pensando en si realmente quería decir eso, pero finalmente se dijo "Él que no arriesga no gana" mentalmente—, van a compartir casa.

Ambas mantuvieron silencio, hasta que la alemana estalló en unas maniáticas carcajadas he inclusive tuvo que ponerse una mano en el estómago por el dolor que estas le causaban, ¿él siquiera pensaba en lo que decía? ¡Dios santo!, ¡si quería que se matarán que lo dijera!, con mucho gusto lo harían— ¡HAHAHAHAHAHA!, WOO, ¡QUE BUENA BROMA IVÁN*!, T-tú lo que qui- puff, lo que... HAHA- ¡lo que quieres es que la asesine! —gritó mientras lágrimas bajaban por los costados de su rostro, incluso mentalmente se decía que extrañaba reír así y hace tiempo no lo hacía. Él nombrado mantuvo un gesto serio, demostrando que no bromeaba, y entonces eso la hizo callar inmediatamente.

Entonces ahora Urss dió la cara— ¡Me niego, esté es el colmo!, ya mucho he hecho soportando a está basura, no pienso compartir ni un centímetro cuadrado de una casa con ella! —se levantó exaltada y alzó la mano contra Iván, quien de inmediato se cubrió con sus antebrazos y empezó a respirar rápidamente— ¡No me puede golpear, pido piedad, ya he hablado de la situación con otros colegas he inclusive Stalin, dijeron que de ser que decida retirarme también las encerraran en una casa así que de un modo u otro ésto iba a pasar! —intentó defenderse, y dió resultado. Urss quedo con la mano al aire y los ojos bien abiertos, ¿cómo...?, ¡eso, eso era traición! O al menos desde su punto de vista lo era, ¿¡cómo se les ocurriría dejarla a ella con esa nazi en un mismo hogar!?, ¡era estúpido he incoherente! Hablaría con Stalin cuándo tuviera tiempo, ésto era una deshonra.