Capitulo 20: "Labios sabor a cigarrillos" ✓

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"Descubrí algo luego de un tiempo, hagas lo que hagas no puedes dejar de fumar, y por ello tus bellos labios siempre tienen ese sabor amargo que tanto me encanta, amo ese sabor, pero sólo porque tú lo portas."

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Labios sabor a cigarrillos
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Veinticinco de diciembre por la mañana, el momento favorito de todos, dónde abren obsequios, los dan a otros, y se reparte el espíritu navideño. Esa era la época de navidad. Y nuestras señoritas se movían de un lado al otro, cada una lejos de la otra.

Third Reich terminando de hacer el Soufflé que llevaba haciendo desde hace unas horas, con cara de ansiedad, sabiendo que en poco tiempo su destino estaría sellado y su relación con Urss cambiaría abruptamente, mientras que está última aprovechaba que la mujer que amaba estaba en la cocina y sin querer salir de esta, para meter rápidamente al gran oso que estaba envuelto en papel de regalo, y dejarlo junto al árbol, procediendo entonces a salir corriendo hasta su habitación y comenzar a sacar las otras cosas, entre estás, el vestido en una caja de regalo con dibujos de corazones, el collar que iba en una cajita elegante específicamente para esté, y los dulces costosos que antes se habían nombrado, estando estos en un empaque.

Ese día se iba a hacer la cena de los doce platos, y bueno, Third estaba atareada en ella, eso era bueno para Urss ya que tendría más tiempo de hacer unas cosas. Terminó de dejar todo en ese rincón de la sala de estar, y luego observó el regalo que no era traído por ella y ya llevaba rato allí, era para ella, lo sabía y le emocionaba— Third, ¿ya puedo ver que hay en el sobre que me diste?, ya es mañana de navidad y eso... —pregunto, mientras comenzaba a subir las escaleras de nuevo— C-claro, por supuesto... ¡después de que abramos los regalos!, sí, después de eso. —murmuró, se le notaba nerviosa, muchísimo— Está bien. —aceptó la eslava que ahora iba era a sacar unos casetes compactos en los que tenía una película, aprovecharía el rato para verla.

La europea suspiro, ese día llevaba los nervios a flor de piel, no se la podía creer, no quería que la odiará pero a la vez estaba ansiosa por que leyera lo que había escrito para ella. Siguió cocinando, teniendo casi todas las partes de la cocina, incluyendo horno, microondas y licuadora, ocupadas.

No entendía cómo había terminado cómo la única que cocinaba allí... o cierto, la noche anterior, dónde Urss literalmente quemó la cocina, y gastó para nada muchos ingredientes, gracias a que quizo lucirse para vaya a saber Dios quién. Se mordió los labios, esté sería un reto divertido, y hasta que no acabara de cocinar no iban a abrir los regalos, así que eso le daba más tiempo antes de que Urss leyera su carta y se fuera a la mierda su amistad con ella.

—Quiza quedarme callada sería lo mejor... —pensó en voz alta. Para entonces seguir removiendo un cucharon sobre esa masa pastosa de olor apetitoso. Bueno, lo dijo una vez y habló en serio, sería capaz de ser toda una ama de casa por ella. Todo por Urss y siempre por urss.

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Labios sabor a cigarrillos
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El tiempo se ha acabado, eran las tres de la tarde y finalmente se había podido dar un descanso de la cocina ya que había terminado de hacer los doce platillos que ahora estaban en la gran mesa del comedor. Y aunque estaba cansada, se acercó a la sala de estar, viendo primero que nada, un montón de regalos en el árbol, y a Urss en el sofá, viendo una película (que no era la que hace rato puso). La saludó y fué a sentarse a su lado, nerviosa— ¿Entonces, abrimos los regalos? —observo de reojo a la rubia, quién volteó a verla con una sonrisa— Por su puesto. —se levantaron y dirigieron hasta la esquina de la habitación dónde se encontraban, para arrodillarse y tomar sus regalos, pasándolos a la otra, el de Third era uno y los de Urss, varios, cosa que la dejó anonadada.

Labios sabor a cigarrillos | (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora