Capitulo 17: "La carta que pasó de una mano a otra" ✓

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"Déjame cuidarte he inclusive protegerte, se que no lo necesitas, pero quiero ser "él hombre" que te mantenga a salvo... Aunque tenga esté cuerpo..."

No me funen, pero, no sé cómo se me ocurren nombres tan extraños para capitulos, o las palabras de inicio x"D, normalmente veo "La cita", "la cita parte 2", "la reunión", "la pijamada", "¿¡me ama!?" y etc, pero no, yo pongo nombres re raros, osea, "La carta que pasó de una mano a otra" no se que me fume, ayuda, eso no era azúcar.

#AyudaNoEraAzúcar

#SeñoraSuHijxEstaLeyendoCosasLgbt

Pero bueno, aquí vamos, ¡capitulo 17! *Grititos*

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Labios sabor a cigarrillos
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—Te quiero golpear, hermosa idiota... —murmuró, cuándo la película finalmente se acabó, y se levantó a la video casetera para sacar el casete y guardarlo, notando cómo Third terminaba de caer completamente recostada en el sofá, cuál peso muerto. Dió una sonrisa, esa mujer la tenía atrapada. Que bello error. Tomó todo lo que ensuciaron, siendo un gran recipiente de dónde comieron palomitas (quedando nada más algunas semillas que no eclosionaron, y algo de dal en el fondo), y los dos recipientes dónde estuvieron las papas fritas. Los recipientes de helado aún tenían, así que los guardo en el refrigerador y luego se dirigió con los otros recipientes sucios a el fregadero, los lavaría.

Tomó una esponja y le puso algo de líquido lava platos, para entonces comenzar a pasarla sobre la superficie de uno de los recipientes, pensando. No le quedaban demasiados años a la unión, las cuentas atinaban a que ni siquiera llegaría al próximo siglo, y eso le preocupaba. De momento sólo la llamaban de vez en cuándo, cada que necesitaban usar su rostro para dar alguna noticia, y era raro que ya no la enviaran a reunirse con otras representaciones, ni mucho menos con el que tenía de enemigo actualmente. Estaba muy preocupada.

Pero se mantenía en su burbuja de felicidad, en la que ya mo trabajaba y simplemente vivía con Third Reich, era encantador, cómo sí... fueran algo, así se sentía vivir con ella, compartiendo ahora día y noche, ayudándola a cocinar, lavando la ropa, limpiando la casa, viendo películas, haciendo pijamadas, comiendo juntas, divirtiéndose... las miradas que se daban lo decían todo, he internamente, se preguntaba si algún día sería capaz de decirle lo que sentía.

No creía que fuera una buena idea. Volteó a verla desde la cocina mientras que seguía refregando los recipientes, Third dormía he incluso babeaba, se notaba relajada. Dió una sonrisa, que bonita es, de verdad, Third Reich es... especial. Secó los recipientes y finalmente los guardó en su lugar, para dirigirse hasta dónde se encontraba la alemana, caminando lentamente sin quitarle la mirada del rostro, incluso tenía helado en la mejilla, sonrió enternecida; se arrodilló frente suyo y acarició su rostro con ternura y devoción, era tan suave— Oh Third si supieras lo que me haces y que me provocas... —movió los cabellos de su frente y dió un pequeño beso en ese lugar, para luego con su dedo pulgar limpiar la marca que su labios había dejado, borrando las evidencias.

Se levantó del piso y comenzó a dirigirse a las escaleras para ir a dormir, pero cuando alzó el pie izquierdo para empezar a subirlas, lo dejó en el aire, volteando a ver a Third. Se quedó así unos minutos, hasta que acabó por suspirar y darse la medía vuelta, volviendo a dónde estaba ella. La llevaría a su habitación, no podía permitirse dejarla allí, sin su cama y con el frío del invierno ruso. No quería que su amada desarrollara un resfriado, después de todo, a estas horas tuvo que apagar la calefacción y era cómo si no hiciera nada de efecto contra el frío. La levantó con mucha calma y cautela, cuidando de no despertarla, siendo el estilo princesa la manera en la que lo hacía.

Observó por la ventana, estaba nevando. Entonces caminó nuevamente a las escaleras, con cuidado y calma, no tenía sus tacones puestos, si no que simplemente iba descalza, portando sus pantimedias color piel bajo el camisón que traía, si llevará tacones, sería aún más complicado llevarla y subir las escaleras. Escalón por escalón sentía el miedo de poder caer, y no por el dolor, si no por miedo a despertarla ya que no quería perturbar su sueño, se nota que está enamorada; pasaron unos momentos hasta que finalmente llegó al segundo piso, y de inmediato, se gritó mentalmente un "¡Eso Urss!" celebrando en silencio.

Se dirigió hasta la puerta de la habitación de Third, y abrió la puerta con dificultad, entrando a la recámara y recostandola lentamente sobre la cama. La arropó y se le quedó viendo unos momentos, en silencio, encantada con su belleza, Third tenía el cabello negruzco y enrulado, aparte de la piel pálida, lo que la hacía ver adorable ahora, cómo una muñeca de pocelana a la que únicamente le faltaba un moño en la cabeza. Debería de irse de la habitación, pero simplemente no podía. Suspiró, acostándose con cuidado a su lado y quedando con el rostro a la par del de Third, estando frente a frente, ¿cómo le explicaría en la mañana que se acostó con ella?, diría que había tenido flojera de ir a su habitación luego de traerla a la suya por qué tenía mucho sueño.

Observó su rostro, descansaba, parecía un ángel, uno que había hecho innumerables cosas malas y que había tomado decisiones perjudiciales para muchísimas personas, por que aunque pasará el tiempo que pasara, nunca se podría borrar que Third fué la representación del Tercer imperio alemán. Entonces, al no tener aún tanto sueño, terminó sentándose en la cama, mientras que ponía sus propias manos sobre su vientre, sin pensar en nada específico.

Sintió cómo un brazo se posaba sobre su cuerpo, abrazándola, y de inmediato volteó a ver a una adormilada pero con los ojos abiertos, Third— ¿Urss..? —la nombró, apretandola con demasiada fuerza para estar aún en ese estado entre dormida y despierta— Sí, soy yo... vuelve a dormir. —ordenó, llevando una de sus manos a su cabeza, comenzando a acariciar sus cabellos— Gracias por traerme a mí habitación... Urss, ¿puedes ver... el sobre... que está en mi peinadora..? —cuestionó, Urss de inmediato llevó su mirada a lo que ella mencionaba, y lo agarró ya que la peinadora estaba al lado de la cama, mostrandoselo— ¿Esté sobre? —Third asintió lentamente, con los ojos entrecerrados— Tiene algo para tí... owsss.

Y volvió a dormir, abrazándose fuertemente de Urss, quién la miraba con curiosidad y luego volvió a ver el sobre color verde helecho, que en letras color verde huevo de pato, tenía escrito "No abrir hasta la mañana de navidad", la curiosidad la comió por dentro, pero mejor haría caso a lo que decía, y simplemente lo dejó sobre la peinadora otra vez y se acurrucó con Third para dormir finalmente.

Definitivamente, Third lo hizo a propósito, no podía decirlo con sus propias palabras, salidas de sus labios. Pero una carta era algo distinto, demasiado.

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Labios sabor a cigarrillos
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Esto termina en el capítulo 20, y luego, el epílogo y quizá un extra... *Grititos*.

WAAAA, cómo amo poner detalles de absolutamente todas las jodidas acciones que hacen, ¿se nota no? Jderrr literalmente también amo detallar los colores de todo, amo esos tonos de verde, tienen nombres raros y son hermoso, que obra de arte.

DIOS que romántico todo, que tierna es Urss mardición.

Akshjs, ¿soy yo o pongo nombres muy locos?

SE VIENEEEE!!!!

Pd: Yo me imagino a las chicas cómo las de arriba, sinceramente, aunque a la de cabellos negros se le vea la cara algo achinada ksjsj, y tenga el cabello liso, imaginen que lo tiene ondulado. Créditos a Dreamstime

Atte: Yuptender Sogender

Labios sabor a cigarrillos | (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora