Labios sabor a cigarrillos | (TERMINADA)

Capitulo 13: "Palabras a borrador y voz" ✓

"Finalmente voy a tomar el valor, ésto es extraño he inmoral, pero ya no puedo aguantar más, yo te... amo, Urss."

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Labios sabor a cigarrillos
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Lloró cómo nunca antes lo había hecho, lloró cómo no lo había hecho cuándo perdió al bebé de ambos, habían pasado dos semanas desde que su esposo le había dicho que perdió su trabajo, pero intentó no preocuparse y sólo apoyarlo, estaban juntos en ésto y debían ver qué haver. El día de hoy, al despertar, había encontrado una cajita de regalo en el lado de la cama de su esposo, y al abrirla curiosamente, en su interior estaba el anillo de bodas de su marido, y una nota que decía "Lo siento, se acabo". Jamás se había sentido tan destrozada- ¡Eres un maldito cínico! -gritó, corriendo hasta el comedor, viendo cómo esté la observaba inexpresivo, desayunando. Rogaba a cualquier ser divino que no fuera nuevamente una de sus horribles bromas pesadas-, es una broma, ¿cierto?, tú no me estás pidiendo lo que creó, ¿no es así? -sus acuosos ojos rogaban por las palabras que sus oídos y corazón anhelaban escuchar, asustada, mientras se acercaba lentamente y lo veía levantarse- Nada dura para siempre. Galya, lo lamento pero yo ya no te amo. -de inmediato llevó sus manos a su pecho, y comenzó a dar golpes en este, uno tras uno con más fuerza- ¡¿Cómo puedes hacerme esto?!, ¡te he dado todo! ¿es porqué no te pude dar un bebé?, ¡yo te amo Iván!, ¿porqué ne haces esto? -preguntaba entre súplicas una y otra vez, observándolo a los ojos y notando cómo no había una pizca de empatía con su persona.

Ése no era su Iván.

Su Iván no le haría ésto.

-Sí, es porqué no me pudiste dar un bebé, o también, puede ser porqué ya no me gustas. -la tomó con firmeza de los brazos y la alejó-, esto se acabó Galya, me iré mañana. -y entonces recibió una fuerte bofetada- ¡Te arrepentirás!, ¡maldito, m-maldito! -se llevó las manos a los labios, lloriqueando con fuerza, marcando sus palmas con el labial magenta que llevaba puesto. Su corazón se destrozó en mil y un pedazos del tamaño de escombros, de migajas de pastel. Su padre se lo había dicho, que le dejaría apenas pudiera- Shh, shh, créeme querida, no sería bueno que siguiera contigo sí ya no te amo, saldrías herida. Además, ya estás envejeciendo. -el epítome de su sufrimiento fué cuándo la intentó abrazar como consuelo.

Sólo se alejó rápidamente, y ahogándose entre sollozos, se largó de allí marchando con pisadas recias a la habitación que compartía con su todavía esposo.

Cuándo ya no la vió cerca, se dejó caer en el piso, llevándose las manos al rostro con pesar, realmente aún tenía cariño, pero prefería que ella lo odiariá a que le siguiera amando, además, serle infiel no sería justo para ella. No quería haber sido tan malo, se lamentaba de ello, pero sería lo mejor para Galya, de verdad esperaba que fuera feliz sin él.

Ella sólo se dejó caer sobre su cama nuevamente, lloriqueando, sufriendo, sintiendo literalmente cómo su corazón se desgarraba capa por capa, deseando que fuera una horrenda y asquerosa pesadilla. Irónicamente, entre tantas lágrimas, logro volver a dormir, y para ese entonces, cuándo ya no se oyeron llantos, Iván subió para revisar que todo estuviese bien, encontrandola de una manera tan angelical, se veía preciosa al dormir, teniendo los párpados rojizos he inchados al igual que su nariz y mejillas.

Nunca la mereció. Él mismo lo sabía, exactamente por eso sería más feliz con alguien más.

Llevó su mano a sus labios en lo que salía de la habitación, aún recordaba ese delicioso sabor a moras de los labios de la mujer que sí amaba.

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