Narra Lesath
La lluvia del día anterior había cesado, el cielo era de un color gris pálido, la hierba estaba húmeda, tanto que alguien podría caerse, aún así nos pusimos camino hacia nuestra primera clase de Cuidado de Criaturas Mágicas.
Íbamos juntos los siete caminando en silencio, mientras descendíamos por el césped húmedo hacia la cabaña de Hagrid, en el límite del bosque prohibido.
Hagrid aguardaba a sus alumnos en la puerta de la cabaña, quién se veían impaciente por empezar, cubierto con su abrigo de ratina y con un lindo perro jabalinero a sus pies.
-¡Vamos, dense prisa! ¡Hoy tengo algo especial para ustedes! ¡Es una gran lección! ¿Ya está todo el mundo? ¡Bien síganme!- Wow, nunca había visto alguien tan emocionado por dar una clase.
Hagrid camino por el límite de los árboles, el césped seguía húmedo y temí por alguno de los chicos ya que ellos traían nuestras mochilas y podrían resbalarse, Pansy y yo sólo cargamos los libros de la materia de Cuidado de Criaturas Mágicas.
-Regulus cuidado que te vas a resbalar.- salió sin pensarlo de mi boca y a los tres segundos el mencionado resbaló, Mattheo quién estaba su lado alcanzó a salvarlo de la caída.
-¿Cómo supiste que se resbalaría? Si él va atrás de ti y no puedes verlo.- dijo Blaise asombrado y ellos me veían con interrogación.
-Creó que sólo lo supe... podemos seguir, por favor.- alcancé a ver la mirada que se daban mis hermanos, y vamos de verdad no sé cómo le hice, sólo salió de mi boca.
Cinco minutos después nos encontrábamos ante un parado donde no había nadie.
-¡Acérquense todos a la cerca! Y asegúrense de qué tengan buena visión. Lo primero que tienen que hacer es abrir los libros.- dijo Hagrid de forma amigable.
-¿De qué modo?- dijo la fría voz de Tom.
-¿Qué?- dijo Hagrid.
-¿De qué modo abrimos los libros?- preguntó esta vez Malfoy con el mismo tono frío que Tom.
Y sacó su ejemplar de "El monstruoso libro de monstruos." que había atado con una cuerda elegante con lo que creía que eran diamantes incrustados.
Vaya creía que yo sería la única que haría algo así, a diferencia de la suya, la mía eran de esmeraldas incrustadas.
Agarré mi libro y acaricie la portada, el cual se abrió al instante.
-¿Nadie ha sido capaz de abrir el libro?- preguntó Hagrid decepcionado.
-¡Yo sí!- levante la mano orgullosa de mi misma y sintiéndome hasta superior por abrir un estúpido libro que nadie había abierto.
Los tres de Gryffindor estaban asombrados en especial Hermione, quién era la que estaba apunto de golpear el libro con una ¿Roca?
-¿Podrías enseñarles Riddle?- me dijo Hagrid con un tono entre sorprendido y orgulloso.
Asentí con la cabeza.
Agarré el libro de Hermione, lo acaricie y este se abrió dócilmente. -Solo hay que tratar bien al libro.-
-¡Qué tontos hemos sido! ¡Teníamos que acariciarlo! ¿Cómo no se nos ocurrió?- dijo Malfoy despectivamente.
-Yo... yo pensé que les daría gracia.- me dijo Hagrid dubitativo.
-¡Ah, qué gracia nos hace...! Realmente ingenioso, hacernos comprar libros que quieren comernos las manos.- dijo sarcásticamente Malfoy.
-Discúlpalo Hagrid, es que el sentido del humor de Malfoy lo tiene donde no le da el sol.- Acometí verbalmente contra el rubio, pase lado de él golpeando su hombro contra el mío, el chico me miraba ofendido, mientras tanto Pansy miraba la escena divertida.
Oigan era la primera clase de Hagrid y se le veía emocionado.
-Bien... ya tienen los libros y... ahora hacen falta las criaturas mágicas. Sí así que iré por ellas. Esperen un momento...- Hagrid se alejó de nosotros, entró en el bosque y lo perdimos de vista.
-Creó que son divertidos.- escucho que dice Granger.
-¡Oh sí! ¡Muy divertidos, hilarantes! ¡Dios este lugar es una cochinada! le dire a mi padre que Dumbledore tiene a ese tonto dando clases.- dijo Malfoy petulante.
*Qué idiota* pensé mientras rodaba los ojos.
-Cállate Malfoy.- dijo Harry mientras daba unos pasos para estar cerca de él.
-¡Uuuhh!- dijo Malfoy mirándonos a nosotros y a otros dos chicos que no conozco.
Malfoy suelta su mochila y se la pasa a uno de ellos, y camina según el amenazante, yo le digo coqueto, hacía Potter; una vez cerca de él, Malfoy voltea hacía arriba con cara de aterrado.
-¡Dementor! ¡Dementor!- dice Malfoy con una expresión aterrorizada, la mayoría voltea, y nosotros comenzamos a reírnos.
∙¿Qué? Fue gracioso, no me juzguen.∙
Cuando voltean a vernos, nos ponemos nuestras capuchas.
-¡Uuuuuh!- mientras movemos las manos.
Malfoy voltea conmigo -¿Dónde decías que tenía mi sentido del humor?- pregunta -¡Ah, sí! En donde me daba el sol; pues para tenerlo ahí, te haz reído pequeña Riddle.- me dice.
-Eres un idiota.- digo riendo rodando los ojos.
-Pero te he causado gracia.- sonrío victorioso.
-¡Uuuuuh!- grito Lavander Brown, quien señalaba la otra parte del Prado.
Trotando en dirección hacia nosotros, se acercaba uno.
Tenía el cuerpo, las patas traseras y la cola de caballo, mientras las patas delanteras, las alas y la cabeza de águila gigante; el pico era del color del acero, y los ojos de un naranja brillante, sus garras no solo parecían armas mortales, lo eran.
Si alguna de esas cosas se me acercaba saldría corriendo, tengo mala experiencia con esos animales; cuando estaba en Ilvermony me caí de uno, cuando los padres de Pansy se enteraron, fueron a demandar y querían que el animal fuera condenado a muerte, no pude hacer nada para evitarlo; así que para evitar algo así, yo no me acercaré a uno.
-¿Alguno sabe cómo se llaman estás hermosas criaturas?- preguntó Hagrid alegre.
-Hipogrifos, son algo orgullosos, se molestan con facilidad; y nunca hay que ofender a uno, podría ser lo último que hagan.- dije.
Hagrid me miraba encantando.
-Sí, sí señorita Riddle. Cinco puntos para Slytherin.- yo sonreí orgullosa.
-¿Cómo sabías eso?- me susurra Regulus.
-Tiene experiencia con ellos.- dice Tom mientras veía al animal.
-Pero no muy buena experiencia.- terminó por decir serio Mattheo.
Los chicos prefirieron no hacer más preguntas, y Hagrid explicaba unas cosas más del animal, yo dejé de prestarle atención y me puse a jugar con los dedos.
-Bien, ¿Quién quiere ser el primero en montar a Buckbead?- escuché a Hagrid, y cómo respuesta la mayoría se alejó dejando a Potter en frente.
∙Pobre.∙
-Eso es Harry, muy bien.- dijo feliz el semigigante.
-Tranquilo. Primero, míralo a los ojos y procura no parpadear.- le dijo Hagrid en voz baja.
Volteó a ver a Malfoy y Regulus, quienes entornaron los ojos con malicia.
-Eso es, ahora inclina la cabeza.- le dijo Hagrid.
Buckbead dobló las rodillas delanteras e inclinó su cabeza hacía él.
-¡Bien hecho, Harry!- le decía mientras le aventaba un hurón muerto a Buckbead.
-Ahora, ya puedes tocarlo, anda, no seas tímido.-
Harry se acercó lentamente y estiró su brazo, el espero a que el hipogrifo pusiera su pico en su mano para poderlo acariciar.
En ese momento Malfoy me tomó de la mano para irnos hacia delante para poder ver mejor, una vez ahí, el sacó una manzana verde de su bolsillo y la mordió, yo lo ví confundida porque estuve todo el rato sentada con él en el almuerzo y en ningún momento vi que agarrar la manzana, el me vió de reojo y me ofreció, yo solo me límite a negar con la cabeza.
-¡Bien hecho! ¡Bien hecho, Harry!- le dijo Hagrid mientras aplaudía.
La clase rompió en aplausos.
Todos a excepción de Malfoy, Tom, Mattheo y Regulus, parecían decepcionados; Blaise, Pansy y yo aplaudimos pero no tan emocionados como el resto de la clase.
-Bueno, parece que te dejará montarlo.- dijo Hagrid emocionado.
-¿Qué?- dijo un Harry no muy entusiasmado.
Fue en ese momento que Hagrid se acercó a Harry y lo levantó para subirlo al lomo de Buckbead.
-¡Hey! ¡Hey!- era lo que salía de la boca de Potter.
Vi a Malfoy y esa decepción se transformó en un brillo de ilusión.
-Súbete ahí, detrás del nacimiento del ala. Y procura no arrancarle ninguna pluma, porque no le gustará.-
-¡Vamos!- grito Hagrid, dándole una palmada al hipogrifo en el trasero.
-Por favor, que se caiga.- dijo Malfoy
Lo mire mal. -¿Qué?- me miró confundido.
-Eres un idiota, Malfoy.- fue lo único que dije para irme al lado de Hermione y Ron.
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Midnight Rain
Fanfic- No lo entiendes Blaise, ella es un brillo de luz, y yo soy lluvia de medianoche. - Pansy entiende, él es un rayo de luz, y yo soy lluvia de medianoche.