Capítulo 31

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-I… ta -el rubio se aferraba a su marido con fuerza, el azabache abrió sus ojos de golpe al sentirlo y escucharlo, lo vio respirar con dificultad nuevamente, su frente sudaba, levantó su mano sintiendo su piel, apretó el ceño, de inmediato se levantó, lo desnudó con velocidad, lo cargó metiéndolo a la tina -¿qué sucede bonito? -le colocó nuevamente un parche para la fiebre, lo vio comenzar a traquilizarse, su mano acarició su rostro suavemente -debemos ir con Tsunade-sama, no es normal que en un periodo de algunos meses te haya dado fiebre en dos ocasiones, tu vómito tampoco es normal cariño, has estado durmiendo mucho y también has hecho aún lado la comida porque no te agrada, eso nunca lo habías hecho -Naruto negó lentamente, apretó el ceño con dolor -mhnnnnnnn -

Itachi abrió sus ojos demasiado, intentó sacarlo de la tina, pero el rubio aventó su mano -mhnnnnn -el azabache lo veía con terror -¿cariño? -el rubio comenzó a pujar -Itachi se levantó -iré por Tsunade-sama -Naruto comenzó a llorar -noooo, no me dejes -sangre comenzó a salir de su trasero -Itaaa… due… leeee -el azabache se puso nervioso, apretó su pequeña mano, la besó con cariño, destapó la tina para sacar el agua, ni siquiera podía sacarlo, su rubio se negaba, creó un clon que de inmediato salió por la rubia a gran velocidad, el azabache soltó una lágrima -¿qué sucede bonito?, me asustas -el rubio lo vio con cansancio y debilidad, una vez más pujó con fuerza -aaaaaahhh -una pequeña cabeza se asomó en su trasero, comenzó a salir, Itachi abrió sus ojos con terror, alcanzó una toalla limpia de los cajones del baño, tomó lo que parecía un bebé con ella, lo abrazó con fuerza, un llanto fuerte comenzó a sonar en el baño, el rubio veía todo con duda, respiraba agitado, su mirada se veía débil, perdida. Itachi limpiaba una lágrima en sus onix sin entender qué sucedía, la puerta se abrió dejando ver a la Hokage y a Jiraiya, abrieron sus ojos demasiado, el rubio estaba lleno de sangre e Itachi estaba en shock con un bebé llorando en brazos.

-Toma al bebé Jiraiya, Itachi está en shock -el sannin asintió -mocoso, tomaré al pequeño -Tsunade cortó el cordón de inmediato, el sannin comenzó a limpiar con cuidado al pequeño, tomó otra toalla de la cajonera, el azabache comenzaba a reaccionar viendo como la rubia sacaba la placenta del interior de rubio y sanaba su cuerpo, al final abrió la tina, lo limpió con velocidad, limpiando la tina de paso -Itachi más controlado aunque bastante nervioso tomó la bata de su marido, lo sacó de la tina, salió del baño y lo acostó en la cama con cuidado, se había quedado dormido, giró para ver a los sannin -¿co… cómo? -Tsunade talló su rostro con ansiedad -no lo sé, necesito hacerle pruebas, pero cuando esté más tranquilo, ahora mismo es prioridad que se tranquilicen y el bebé -

Itachi giró su mirada al pequeño, ablandó sus onix, comenzaba a dejar de temblar, la rubia hizo una lista en un papel -ahora es de madrugada, en la mañana debes conseguir esto, ahora mismo el bebé comienza a dormir, en cuanto despierte querrá comer -el azabache asintió sintiéndose perdido, no entendía por primera vez en su vida nada, la mano de Jiraiya apretó su hombro -estamos a su lado Itachi, no los dejaremos solos -el azabache sonrió ligero, recibió a su pequeño en brazos -por el momento descansen, cuando amanezca estaremos aquí, sólo iré por lo que ocupo para los estudios -los mayores salieron del lugar.

Itachi veía con cuidado a su hijo, era una copia suya, sonrió ligero acostando al pequeño entre ambos, tenían dieciocho años, todo sonaba extraño y a la vez increíble, acarició la mejilla de pequeño suavemente, con duda se acercó besando su mejilla, sintió una mirada penetrante. Naruto había despertado, vio la mirada de su marido y al pequeño entre ambos, los onix se encontraron con los azules que pedían explicaciones -Tsunade-sama no sabe el porqué, quiere hacerte pruebas cuando te sientas bien -el rubio aún se sentía débil, observó al bebé en completa seriedad, no lo tocó, no lo cargó, simplemente lo veía perdido en sus pensamientos, no levantó su mirada nuevamente a su marido, no quería sentirse mal al verlo feliz con el pequeño, lo que restó de la madrugada simplemente observó al bebé. Itachi mandó un clon con dinero en cuanto amaneció para comprar lo que el pequeño necesitaba, veía a su marido con preocupación, por primera vez en su vida no sabía qué esperar de su reacción, de su mutismo, estaba acostumbrado a sus risas y gritos.

Huérfanos (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora