Él no supo en que momento había llegado a aquel lugar oscuro, frío y desolado, pero si estaba seguro de algo era de que necesitaba escapar lo antes posible, el presentimiento que comenzaba a crecer en su pecho no era para nada reconfortante, sin embargo, para su mala suerte sus manos y pies estaban atados a una silla que lo mantenían inmovilizado. Levantó su mirada, aún perdida, y buscó algún objeto que pudiera ayudarlo, al no lograr su cometido movió sus extremidades con fuerza confiado de que podría debilitar las ataduras, acción que terminó cansándolo aún más. Su estómago se sentía vacío, su garganta seca y tenía una migraña que no estaba siendo de mucha ayuda, estaba perdido.
Horas más tarde, sus instintos se hicieron presentes al escuchar el sonido de una puerta ser abierta, supuso que provenía de la entrada principal de aquel lugar y se quedó quieto mirando hacia un punto muerto. En cuanto las luces del pequeño cuarto en el que estaba se encendieron su vista tardo varios minutos en recomponerse y cuando esto sucedió dos figuras se hicieron presente frente a él.
- Hasta que despiertas, no creí que la sustancia que conseguí para adormecerte fuera tan fuerte, aunque bueno, eso ya no importa. Total, muerto no estás - habló uno de sus secuestradores.
Y fue en ese momento que pudo reconocerlos, sus captores no eran más ni menos que dos omegas que había visto en otras ocasiones. A su derecha, vistiendo un conjunto completamente gris, se encontraba el omega que había causado todos los problemas entre sus alfas y él, era aquel que días antes recibía mimos de sus novios en el gimnasio de la escuela; tenía una sonrisa triunfadora que le hubiera encantado arrebatarle con un fuerte golpe si es que no estuviera amarrado. Después de un rato un olor a lavanda se introdujo por sus fosas nasales y dirigió su mirada ante el otro personaje, era aquel chico con el que chocó los primeros días de su llegada, ese que le pareció completamente amable; este solo lo miraba con lástima mientras una sonrisa resplandecía en su rostro. No podía creerlo, sus secuestradores estaban más cerca de lo que imaginaba.
- Y-yo te conozco - pronunció con dificultad mirando al omega con fragancia de lavanda - E-eres Tawan...
- Al menos sé que tienes buena memoria. Aunque no tengo idea si debería halagarte a ti por eso o a mí por ser tan inolvidable para algunos - rio bajo mientras se apoyaba entre los muros.
- Y tú eres, el omega que me quitó a mis alfas... No se tu nombre...
- Gameplay, un gusto querido. ¿Sabes que también fue un gusto? Recibir toda la atención de Jeff, Mile, Bible, Job, Bas y Build. Definitivamente me la pasé bien.
Aquellas palabras provocaron un sentimiento que podía reconocer con facilidad: Dolor. Sin embargo, seguía sin entender que hacía ahí. Ya se había salido con la suya ¿Qué necesidad tenía de secuestrarlo y hacerlo pasar por ese infierno?
- No entiendo... ¿Por qué...?
- ¿Por qué estás aquí? Cariño, eso es muy simple. No puedo, no podemos permitir que estés con ellos. De verdad traté de advertirte Apo, y me caías tan bien, pero, me temo que soy incapaz de ver cómo te robas lo que es mío en mi cara. Me quitaste lo que más quería y estaba guardando solo para mí.
- Pero... Yo no te quite nada Tawan ¿De qué hablas? - preguntó confundido sin apartar su mirada del omega que ahora empezaba a caminar a su alrededor.
- Nattawin ellos son míos y me los quitaste. Sí, ya sé, tal vez no éramos muy apegados, comprendo que pudieras confundirte. Pero, yo estaba esperando mi momento, se supone que jugarían contigo y se aburrirían después de unas semanas, sin embargo, supiste como engancharlos y eso es algo que jamás voy a perdonarte. Estoy seguro que su destino es a mi lado, y lo estarán. Solo necesito sacarte del camino, hacer que se olviden de ti y será mi momento.
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𝑾𝒉𝒐 𝑰𝒔 𝑯𝒆? (𝑨𝒑𝒐'𝒔 𝑯𝒂𝒓𝒆𝒎)
FanfictionSe convirtió en su perdición desde el primer momento en que lo vieron, él, en cambio, tenía otros planes...