TRAS salir del restaurante, Jungkook vuelve a cogerme de la mano con un gesto posesivo, y yo me dejo llevar. Cada vez me gustan más las sensaciones que me provoca, a pesar de que estoy algo desconcertado por su proposición.Una parte de mí quiere rechazarla, pero otra parte quiere aceptarla. Me gusta Jungkook. Me gustan susbesos. Me gusta cómo me toca y sus juegos. Caminamos en busca de la sombra por los jardines del Palacio Real mientras hablamos de mil cosas, aunque de ninguna en profundidad.
-¿Te apetece venir a mi hotel? -me pregunta de repente.
-¿Ahora?
Me mira. Recorre mi cuerpo con lujuria y susurra con voz ronca:
-Sí. Ahora. Estoy alojado en el hotel Villa Magna.
El estómago se me contrae. Ir a una habitación con Jungkook supone ¡lo que supone! Sexo... sexo... y sexo. Y, tras mirarlo unos segundos, le digo que sí con la cabeza, convencido de que es eso lo que quiero con él. Sexo. Caminamos de la mano hasta el parking.-¿Me dejarás conducir?
Me mira con sus inquietantes ojos azules y acerca su boca a mi oído.
-¿Has sido bueno?
-Buenísimo.
-¿Y vas a volver a cantar?
-Con toda seguridad.
Lo oigo reír, pero no contesta. Cuando llegamos al parking y paga el ticket, vuelve a mirarme y me entrega las llaves.
-Tus deseos son órdenes para mí, pequeño.Emocionado, doy un salto a lo Rocky Balboa que vuelve a hacerlo sonreír. Me pongo de puntillas y lo beso en los labios. Esta vez soy yo quien le agarra de la mano y tira de él en busca del Ferrari.
-¡Uooooooooo! -grito, emocionado.
Jungkook se monta y se pone el cinturón.
-Bien, Jim -me dice-. Todo tuyo.
Dicho y hecho.
Arranco el motor y pongo la radio. En seguida, la música de Maroon 5 llena el interior del vehículo y, antes de que él toque el volumen, lo miro y murmuro:
-Ni se te ocurra bajarlo.Pone los ojos en blanco, pero sonríe. Está de buen humor. Salimos del parking y me siento como si fuera un guerrero amazónico con aquel impresionante coche entre mis manos. Sé dónde está el hotel Villa Magna, pero antes decido darme una vueltecita por la M-30. Jungkook no habla, simplemente me observa y aguanta estoicamente el volumen de la radio y mis cánticos. Media hora después, cuando me doy por satisfecho, aminoro la marcha y salgo de la M-30 para dirigirme al hotel Villa Magna.
-¿Contento por el paseo?
-Mucho -respondo, emocionado por haber conducido semejante coche.
Sus manos me cosquillean las piernas y noto que se paran sobre mi monte. Hace circulitos sobre él y me humedezco al instante. Escandalizado, quiero cerrar las piernas.-Espero que dentro de media hora estés todavía más contento -me dice.
Eso me hace reír mientras noto sus manos juguetonas apretando mi sexo a través del vaquero. Eso me pone más y más, y, cuando llegamos a la puerta del Villa Magna y nos bajamos del coche, me agarra de la mano, me quita las llaves y se las entrega al portero. Después tira de mí hasta llegar a los ascensores.Una vez en su interior, el ascensorista no necesita preguntarnos nada: sabe perfectamente dónde nos tiene que llevar. Al llegar a la última planta, se abren las puertas del ascensor y leo: «Suite Royal». Al entrar, respiro el lujo y el glamur en estado puro. Muebles color café, jardín japonés... Entonces me doy cuenta de que hay dos puertas en la suite. Las abro y descubro dos fantásticas habitaciones con enormes camas king size.
-¿Por qué utilizas una suite doble?
Jungkook se acerca a mí y se apoya en la pared.
-Porque en una habitación juego y en la otra duermo -murmura.
De pronto, unos golpes en la puerta llaman mi atención y entra un hombre de mediana edad. Jungkook lo mira y dice:
-Tráiganos fresas, chocolate y un buen champán francés. Lo dejo a su elección.
El hombre asiente y se marcha. Yo todavía estoy en estado de shock mientras observo el placer de lo exclusivo. Nos alejamos unos metros de la puerta y caminamos por la habitación. Yo me dirijo directamente a una terraza. Abro las puertas y salgo
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~Ask mę whätever ¥ou wªnt. ¹~ Kookmin
FanfictionUna de las sagas más eróticas. Adaptacion (Pídeme lo que quieras). Kookmin. Terminada.