Capítulo 12

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ME despierto sobresaltado.
Miro el reloj. Las cuatro y treinta y ocho.
Estoy solo en la cama. ¿Dónde está Jungkook?
Me asusto. No quiero que se haya ido. Me levanto con rapidez. Cuando llego al salón veo que se echa unas gotas en los ojos, se mete algo en la boca y da un trago del vaso de agua. Después se sienta, se pone los cascos de mi iPod para escuchar música y cierra los ojos. Lo observo durante unos minutos y sonrío.

¡Está escuchando música!
Al oírme, abre los ojos y se levanta.
—¿Estás bien?
Mientras me trago las lágrimas de felicidad por ver que aún está allí, me toco el brazo y respondo:
—Sí. Es sólo que, al no verte, creí que te habías marchado.
Jungkook sonríe.
—Duermo poco. Ya te lo dije.
—Oye… He visto que te tomabas algo, ¿qué era?
—Una aspirina. Me duele la cabeza —responde con una encantadora sonrisa.
Convencido con su respuesta, me dirijo a la cocina. Necesito beber agua.
Cuando abro el frigorífico, veo las trufas y se me antoja comerme alguna. Bebo agua, pongo un par de trufas en un plato y regreso al salón. Jungkook, que está sentado en el sillón, sonríe al verme.
—Goloso.

Divertido, le devuelvo la sonrisa y me doy cuenta de que su gesto es cansado. Normal, no duerme. Me siento a su lado.
—Me encanta esta canción.
Le quito uno de los cascos, me lo pongo en mi oreja y oigo la voz de Malú.
—A mí también. La letra me recuerda a nosotros.
Él asiente. Yo cojo una de las trufas con la mano y comienzo a mordisquearla.
Sonríe.
¡Dios! ¡Me encanta verlo sonreír!
—¿Puedo probar la trufa?
—Claro.

Y, cuando veo que va a darle un mordisco a la trufa que tengo en mis manos, la acerco a mi boca, la
restriego en mis labios y murmuro:
—Ya puedes probar.
Vuelve a sonreír. Se le ilumina la mirada y obedece sin rechistar. Sus labios toman los míos y, con una calma y placidez que me pone a mil, los chupa, los lame y lo finaliza con un dulce beso.
—Exquisito… la trufa también.
Cuando dice eso, suelto el resto de la trufa en el platito que he dejado encima de la mesa y me levanto. Me quito el pijama y, sólo con los boxer puestos, me siento a horcajadas sobre él.
Hasta el momento tenía tres adicciones. La Coca-Cola, las fresas y el chocolate. Pero ahora le sumo una más fuerte y poderosa llamada Jungkook. Lo deseo… Lo deseo y lo deseo. Da igual la hora, el momento o el lugar… lo deseo.
Sorprendido por aquello, se quita los cascos.

—¿Qué haces, Jim?
—¿Tú qué crees?
—Me duele la cabeza, nene…
Como respuesta, lo beso. Un beso caliente, cargado de erotismo y lleno de anhelos.
—Jim…
—Te deseo.
—Jim, ahora no…
—Jungkook, ahora sí. Te deseo con exigencias. Con demanda. Con pretensión. Quiero que me folles.
Quiero que disfrutes de mí. Quiero todo lo que tú desees y lo quiero ahora.

Se acomoda en el sillón y, con cuidado, me rodea con sus brazos la cintura. Lo miro y veo que no esperaba mis exigencias y que lo vuelven loco. Mis caderas toman vida propia y se mueven sobre él. Su respuesta es inmediata. Noto cómo crece su duro pene y eso me activa más.
Una de sus manos abandona mi cintura para subir por mi espalda hasta llegar a mi pelo. Lo agarra y tira de él. Sí… ¡ése es Jungkook!

Mi cuello queda totalmente expuesto ante su boca y lo chupa. Lo lame con ansiedad, con capricho y me hace suspirar de placer.
Su otra mano abandona mi cintura y llega hasta mi pecho, que quedan ante él. Su boca carnosa se dirige hacia mis pezones. Los chupa. Los devora. Me mordisquea los pezones y los endurece. Me aviva.
Me suelta el pelo y puedo volver a mirarlo a la cara. Sus manos están a cada lado de mi pecho y, con reclamación, los junta y los aprieta para meterse los pezones en la boca.
—Me vuelves loco…
—Tú a mí más, aunque a veces eres un gilipollas.
Sonríe. Me pego a él.
—Jim… tu brazo. Cuidado. Vas a hacerte daño.
Su preocupación por mí me chifla. Cuando va a tomar las riendas de la situación, le sujeto las manos y susurro cerca de su boca:
—No… Jungkook… tu castigo por no haber cooperado conmigo hace unas horas en mi cama, será que yo mando.
—¿Mi castigo?
—Sí. Creo que voy a tener que empezar a castigarte como tú a mí.
—Ni lo sueñes, pequeño.

~Ask mę whätever ¥ou wªnt. ¹~ Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora