Capítulo 2

230 20 4
                                    


A las siete y media llego a mi casa. Saludo a mi gato Curro que acude a recibirme acercándose muy despacio. Una vez dejo el bolso sobre el sofá color berenjena, me dirijo hacia la cocina, cojo unas gotas, abro la boca de Curro y le doy su medicación. El pobre ni se inmuta.

Tras darle su ración de mimos, abro la nevera para tomarme una Coca-Cola. Tengo un vicio con las Coca-Colas... ¡tremendo! Sin pensar en nada más, miro el montonazo de plancha que tengo esperándome en la silla. Aunque esto de vivir solo y ser independiente tiene sus cosas buenas, seguro que si aún estuviera viviendo con mi padre, esa ropa ya estaría planchadita y colgada en el armario.

Tras acabarme la lata me voy directo a la ducha.
Antes pongo un CD de Guns'n'Roses. Me encanta este grupo. YAxl, el cantante, con esos pelos y esa cara tan de guiri, y con su particular movimiento de caderas. ¡Me vuelve loco! Entro en el baño. Me quito la ropa mientras tarareo Sweet Child O'Mine:

She's got a smile that it seems to me,
Reminds me of childhood memories
Where everything was as fresh as the brigh blue sky.

¡Vaya, qué marcha! ¡Qué voz tiene ese hombre! Instantes después, suspiro al sentir cómo cae el agua caliente por mi piel. Me hace sentir limpió. Pero, de repente, el señor Jeon y su manera de hablarme aparecen en mi mente y mis manos, resbaladizas por el jabón, bajan por mi cuerpo. Abro las piernas y me toco. ¡Oh, sí, Jeon! Pensar en su boca, en cómo recorrió mis labios con su lengua me enciende. Recordar sus ojos y todo él me pone a cien. ¡Calor de nuevo! Mis manos vuelan sobre mí y una de ellas se para en mi pecho derecho mientras la desgarradora voz del cantante de Guns'n'Roses continúa su canción. Me toco el pezón derecho con el pulgar y éste se hincha. ¡Más calor! Cierro los ojos y pienso que es Jeon quien lo toca, quien lo endurece. No lo conozco. No sé
nada de él. Pero sí sé que su cercanía me pone como una moto. Un jadeo sale de mi boca justo en el momento en que oigo sonar mi teléfono. Paso de él. No quiero interrumpir este momento. Pero al sexto pitido abro los ojos, salgo de mi burbuja de placer, cojo la toalla y corro a mi habitación para cogerlo.

-¿Por qué has tardado tanto en cogerlo?
Es mi hermana. Como siempre tan oportuna y tan preguntona.
-Estaba en la ducha, Raquel. ¿Alguna objeción?
Su risita me hace reír a mí también.
-¿Cómo está Curro?
Me encojo de hombros y suspiro.
-Igual que ayer. Poco más puedo decir.
-Cuchufleto, tienes que estar preparado. Recuerda lo que dijo el veterinario.
-Lo sé, lo sé.
-¿Te ha llamado Taehyung? -me pregunta tras un breve silencio.

-No.
-¿Y lo vas a llamar tú a él?
-No.
Como mi hermana no se contenta con lo que respondo, insiste:
-Jimin, ese chico te conviene. Tiene un trabajo estable, es guapo, amable y...
-Pues líate tú con él.
-¡Jimin! -protesta mi hermana.

Taehyung es el típico amigo de toda la vida. Ambos somos de Jerez. Mi padre y su padre viven en esa preciosa localidad y nos conocemos desde pequeños. En la adolescencia comenzamos un tonteo que continuamos en la madurez. Él vive en Valencia y yo en Madrid. Es inspector de policía, y nos vemos en las vacaciones de verano e invierno cuando los dos vamos a Jerez o en viajecitos relámpago que él hace a Madrid con cualquier excusa para verme.

Es alto, moreno y divertido. Con él te puedes pasar horas riendo, porque tiene una gracia y un salero que no se pueden aguantar. El problema es que yo no estoy colgado por él como sé que él lo está por mí.
Me gusta. Es mi rollito de verano y compartimos fluidos cuando viene a verme. Pero nada más. Yo no quiero nada más, aunque mi hermana, mi padre y todos los amigos de Jerez se empeñen en emparejarnos una y otra vez.

-Escucha, Jimin, no seas tonto y llámalo. Dijo que iría a verte antes de ir a Jerez y seguro que lo
hace.
-¡Dios! ¡Qué pesadita eres, Raquel!
Mi hermana siempre me hace lo mismo: me lleva al límite y, cuando ve que voy a salir por peteneras,
cambia de conversación.
-¿Vienes a casa a cenar?
-No. Tengo una cita.
Oigo que resopla.
-¿Y se puede saber con quién? -pregunta.
-Con un amigo -miento. Con lo puritana que es, si le digo que es con mi jefe, seguro que le da un patatús-. Y ahora, hermanita, se acabó de preguntar.
-Vale, tú sabrás lo que haces. Pero sigo pensando que estás haciendo el tonto con Taehyung y, al final, se va a cansar de ti. ¡Ya lo verás!

~Ask mę whätever ¥ou wªnt. ¹~ Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora