Capítulo 24

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A la mañana siguiente, Jungkook y yo llegamos a la oficina por separado. Está emocionado por mi próximo traslado a Alemania y yo también. Por suerte tengo algo de ropa en su hotel y me cambio para no ir con lo mismo del día anterior. No le he explicado el episodio vivido con aquellas mujeres y decido callar. En
realidad, no pasó nada y, si se lo cuento, se enfadará conmigo.

Miguel, como cada mañana, viene a buscarme. Nos vamos a tomar un café antes de comenzar a trabajar.
Acepto encantado y me siento frente a la puerta. Sé que Jungkook entrará de un momento a otro y me buscará con la mirada. No falla. Diez minutos después, el hombre del que estoy completamente
enamorado entra por la puerta y, tras ver dónde estoy sentado se sienta enfrente de mí.

Miguel y yo seguimos charlando y observo disimuladamente a Jungkook desayunar. Su elegancia para untar la mantequilla en el cruasán me tiene totalmente ensimismado. En un par de ocasiones, nuestras miradas se cruzan, sé que está feliz por mi decisión de irme con él a Alemania y tengo que hacer grandes esfuerzos para no reír como un tonto.

Cuando acabamos el desayuno, Miguel y yo nos levantamos y Jungkook hace lo mismo. Lo veo salir y, cuando llegamos al ascensor, está esperando con las manos metidas en los bolsillos y su gesto serio e inescrutable. Al vernos, nos mira.
-Buenos días, señorito Park. Señor Morán.
-Buenos días, señor Jeon -decimos al unísono.
Las puertas del ascensor se abren y los tres nos metemos en él. Damos a la planta diecisiete, pero, mientras sube, el ascensor se para en otras plantas y coge a más personas. De pronto, siento que Jungkook roza mis nudillos con los suyos y sonrío. Cada vez es más difícil estar juntos sin tocarnos.
Cuando las puertas se abren en nuestra planta, los tres nos bajamos pero Jungkook toma un camino diferente al nuestro.

-¿Tú crees que Iceman sonríe alguna vez? -cuchichea Miguel, al ver que se aleja.
-Pssss... no sé.
-A ese tío lo que le hace falta es un buen polvo. Verías cómo sonríe.
Eso me hace soltar una carcajada. Si Miguel supiera lo que yo sé, se quedaría de piedra, pero prefiero seguirle el rollo.
-Estoy totalmente convencido.
Entonces aparece mi jefa, nos mira y con su voz chillona dice de malos modos:
-Jimin, sobre tu mesa he dejado varias carpetas. Necesito que fotocopies lo que hay en ella y después lo lleves a mi mesa. Miguel, creo que te buscan en tu departamento. Vamos, ¡a trabajar!

Prosigo mi camino solo hasta el despacho. Una vez allí, veo las carpetas de mi jefa y me encamino hacia la fotocopiadora. Hago lo que ella me pide y después contesto varios correos de las delegaciones.
Sobre las once, entro en el archivo. Necesito varios papeles que me han pedido los delegados. Me encuentro ensimismado con ellos, cuando oigo una voz a mi espalda.
-Mmmmm... reconozco que encontrarte en el archivo me sugiere mil perversiones.
Sonrío. Es Jungkook, que me observa desde la puerta.
-Señor Jeon, ¿desea algo?
Sus ojos pasean por mi cuerpo.
-¿Qué tal una vueltecita? Me encanta cómo te quedan esos pantalones.
Lo complazco y hago lo que me pide. Doy una vuelta sobre mí mismo y, cuando la termino, pregunto:
-¿Contento?
-Sí... aunque lo estaría más si te desnudaras y...
-¡Jungkook!
Con las manos en los bolsillos, sonríe.
-Nene... -murmura sin acercarse a mí-. Pero si me provocas...
-¡Tendrás morro! -Río y, cuando veo que se acerca, levanto una mano y murmuro-: ¡Stop!

Jungkook se para.
-Fuera de mi archivo. Estoy trabajando y no quiero que me despidan por hacer cosas en el trabajo que no debo, ¿entendido?
Jungkook da otro paso hacia mí.
-Mmmmm... estás tan guapo cuando trabajas. Ven aquí y dame un beso.
-No.
-Vamos... lo estás deseando tanto como yo.
- Jungkook, alguien nos puede ver...
Pone cara de bueno y hace un gesto con la mano.
-¿Uno chiquitito?
Resoplo... pero me acerco a él y le doy un beso en los labios. Inmediatamente, Jungkook me coge de la cintura, me apoya contra los archivadores y me mete su lengua en la boca. Me devora y yo me dejo llevar.
-Dios... pequeño ¿Qué voy a hacer contigo?
-De momento, soltarme -me quejo-. Me estoy clavando el pomo de la puerta del archivador en el culo.

~Ask mę whätever ¥ou wªnt. ¹~ Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora