CUANDO todo acaba, Amanda, Jungkook y yos nos dirigimos hacia la limusina que nos espera y sin darle tiempo a Jungkook para que vuelva a humillarme, me siento directamente junto al chófer.
Para chulo, ¡yo!Los oigo hablar. Incluso oigo cómo Amanda cuchichea y ríe como una gallina. Oigo lo que hablan y me enfurezco. No quiero hacerlo. Sólo hay que mirar a Amanda para saber qué es lo que busca. ¡Perra!
Espero que dividan los ambientes en la limusina, pero esta vez Jungkook no lo hace. Desea que me entere de todo lo que dice. Habla en alemán y oírlo me agita. Me provoca.
Al llegar al hotel, la limusina se detiene. Abro mi puerta y desciendo.
Deseo con todas mis fuerzas perder de vista a Jungkook y a esa imbécil, pero espero educadamente a que mi jefe y su acompañante bajen del coche. Después me despido y me marcho.
Casi corro hasta el ascensor y cuando se cierran las puertas, suspiro aliviado. ¡Solo!El día ha sido horroroso y quiero desaparecer. Cuando llego a la suite tiro el maletín sobre el bonito sofá. Enciendo el hilo musical. Me quito la chaqueta del traje y me saco la camisa del pantalón. Necesito una ducha.
Entonces suenan unos golpes en la puerta. Mi mente intuye que es él. Miro a mi alrededor. No tengo escapatoria a no ser que me lance desde el ático del hotel y muera aplastado en pleno paseo. ¡Qué disgustazo para mi pobre padre! ¡Ni hablar!
Decido ignorar las llamadas. No quiero abrir, pero insiste.Cansado, abro finalmente la puerta y mi cara de sorpresa es mayúscula cuando veo que es Amanda quien está ante mi puerta. Me mira de arriba abajo.
-¿Puedo pasar?-me pregunta en alemán.
-Por supuesto, señorita Fisher -respondo, también en su idioma.
La mujer entra. Cierro la puerta y me doy la vuelta.
-¿Vas a quedarte el fin de semana, como hiciste en Barcelona? -me pregunta, antes de que yo pueda decirle nada.
Hago lo que suele hacer Jungkook. Tuerzo el gesto. Pienso... pienso y pienso y finalmente respondo:
-Sí.
Mi contestación le molesta. Se pasa la mano por el pelo y pone los brazos en jarras.
-Si tu intención es estar con él, olvídalo. Él estará conmigo.
Arrugo el entrecejo, como si me hablara en chino y no comprendiera nada.
-¿De qué está hablando, señorita Fisher?
-Tú y yo sabemos muy bien de lo que hablamos. No te hagas el tonto. No eres el pobreton español que ve en Jungkook un filón, ¿verdad?
Me quedo boquiabierto por lo que acaba de decirme. Pestañeo, y dejo salir a la macarra que llevo dentro.-Mira, guapa, te estás confundiendo conmigo. Y si sigues por ese camino vas a tener un problema, porque yo no soy de los que se callan ni se amilanan. Por lo tanto, cuidadito con lo que dices, no te vaya a tener que sobar los morros un pobreton español.
Amanda se aleja un paso de mí. Mi advertencia ha debido de sonarle verosímil.
-Creo que lo más inteligente por tu parte es que te alejes de él -añade-. Yo me encargaré de todo lo que Jungkook necesite. Lo conozco muy bien y sé cómo satisfacer sus deseos.
Aprieto los puños. Tanto, que me clavo las uñas en ellos. Pero soy consciente de que no puedo actuar como deseo. Así pues, cuento hasta veinte, porque hasta diez no me vale, me dirijo hacia la puerta y la abro.-Amanda -le digo, con toda la amabilidad de la que soy capaz-, sal de mi habitación porque, como sigas aquí, algo muy feo va a pasar.
Cuando se va, doy un portazo mientras por mi boca sale de todo, menos bonita. Me quito los zapatos y los lanzo con furia contra el sofá. ¡Maldito sea!
Mi indignación me enloquece. Jungkook me ha estado utilizando para dar celos a aquella muñeca hinchable. Maldigo y doy un zapatazo al caro sillón. ¿Cómo he sido tan tonto? Sin querer pensar en nada más, saco mi portátil cuando mi móvil suena. He recibido un mensaje.Jungkook. «Ven a mi habitación.»
Leer eso me cabrea más. Siempre me he considerado un muñeco entre sus brazos, pero en ese momento me doy cuenta de que soy un muñeco tonto.
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~Ask mę whätever ¥ou wªnt. ¹~ Kookmin
FanfictionUna de las sagas más eróticas. Adaptacion (Pídeme lo que quieras). Kookmin. Terminada.