capitulo 69

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-¿Que dices maldito sucio?- discutió mi amado -¿Insinúas que eres mi padre?

-No, yo no lo insinúo. Yo soy tu padre- le contestó Grimmel -¿No crees que es mucha coincidencia que mi primer apellido sea Haddock? Igual que el tuyo.

-Grimmel Haddock- de alguna parte salió la voz de Drago -Todavía no entiendo como Cecilia podía amarte a ti. Por tu culpa ella ya no está.

La confusión que había en mí era inmensa.

-¿De que hablas Drago?- preguntó Hiccup con el rostro pálido.

-Es cierto Hiccup, él es tu padre- explicó Drago -Habíamos creído que estaba muerto durante muchos años pero la única que murió fue Cecilia , tu madre, a ella la mataron y tu padre es este resentido ángel caído.

-Tú siempre tan sincero amigo mío- discurrió Grimmel -Hijo, los malditos sucios son esos ángeles, soy como soy porque fueron los buenos los que se encargaron de alejarme de tu madre, la asesinaron y para terminar de hacerme desgraciado me convirtieron en otro ángel caído, te maldije en un momento de debilidad, estaba muy resentido con el universo entero.

Me desaparecí todos estos años para planear mi venganza contra todos ustedes cuerda de imbéciles.

También palidecí al igual que todos.

Con todo y el dolor de mis heridas intenté levantarme. Recibí un golpe de Grimmel en el rostro, lloré lastimada y no pude levantarme.

-No la toques maldito perro- vociferó Hiccup.

Después de esto mi salvaje héroe, de algún modo que no alcancé a ver, dejóa su propio padre inconsciente y sangrando.

Las alas negras de Hiccup se encogieron, tenía una mirada adolorida, eso me partía el alma.

Me puse de pie con mucho dolor, Hiccup se acercaba a pasos muy lentos observándome.

Al mismo tiempo vi a Jack despertar, venía ensangrentado corriendo hacia mí, abrió los brazos y cuando estuvo cerca me apretó a su cuerpo con un candente abrazo, sus manos me acariciaron la espalda y todas mis lesiones sanaban de forma reconfortante.

Con cierta desesperación me besó las mejillas, frente, barbilla para terminar besando mis labios.

Lo aparté con cautela para no herir sus sentimientos ni lastimarlo.

Lo único que me preocupaba era mirar a Hiccup, su mirada parecía arder en fuego, estaba mirando a su hermano gemelo con verdadero odio.

Mientras tanto la guerra seguía, ángeles matando demonios y demonios matando ángeles por doquier. Quise correr a los labios de Hiccup pero su rostro estaba completamente enrojecido de furia, sentí tanto miedo que no fui capaz de moverme.

-Te odio Jack Haddock- dijo Hiccup colocándose cara a cara frente a su hermano gemelo -Te odio puto ángel.

Hiccup lo golpeó enfurecido con sus puños, golpeaba a su hermano enloquecido por la rabia como si estuviera... ¿Celoso? No toleré ver como Hiccup lastimaba a mi esposo Jack, era horrible el modo en que Hiccup lo golpeaba, no lo dejaba moverse.

Me aventuré intentando interponerme entre ellos, luego sentí unas manos atraparme que evitaron que me moviera.

-Esto solo si arreglarasi luchan- me explicó Drago mientras me agarraba inmovilizándome.

Lo miré perpleja. ¿Como podía decir eso?¿Como podía permitir que se mataran de esa forma?

Debajo de Hiccup, Jack se movió sigiloso y enterró una flecha en la clavícula de su gemelo.

-¡No!- aullé con voz ronca.

Como si no le hubiera dolido en absoluto, Hiccup se arrancó la flecha y tocó su hombro verificando si sangraba.

-¿Quieres jugar sucio, hermanito?- inquirió Hiccup con las manos ensangrentadas y vi que sus ojos cambiaban de color, pasaron de ser verdes agua pasificos a ese diabólico verde amarillento felino.

Ambos chicos se levantaron del suelo, Hiccup mostró su espada, Jack lo imitó, se pusieron en guardia y utilizaron sus técnicas para defenderse de los ataques, el corazón me palpitaba a mil por segundo, deseaba que dejaran de pelear, además me sentí muy culpable, era mi culpa que ellos estuvieran peleando, todo era mi culpa.

Pasaron minutos llenos de intensidad, los dos fastuosos hermanos peleaban, sudaban y sangraban, ninguno iba rendirse, yo los miraba y escuchaba el chasquido del filo de las espadas cuando chocaban.

Noté que Jack estaba en peores condiciones, se le miraba más cansado y llevaba más heridas de las que antes le habían hecho. Estaba desestabilizado. Hiccup estaba siendo controlado por una demoniaca ira dentro de él.

-¡Drago debes detenerlos!- berreé sollozando -Suéltame, déjame detenerlos- le rogué.

-No van a descansar hasta que uno de ellos sienta que ha ganado.

Cerré mis ojos.

Llegaron imágenes a mi mente, eran como recuerdos pero no eran mis recuerdos.

Fue como si hubiese entrado en la mente de Drago, era como si hubiera leído sus pensamientos.

Asustada volví a abrir mis ojos y ahora vi un espantoso acto. El hermano demonio con las alas negras tenía el control de la situación, estaba aprisionando a Jack contra la pared de una edificación con la espada apuntándole el corazón. Los dos chicos jadeaban. La espada de Jack estaba en el suelo.

Hiccup con un veloz movimiento se inclinó hacia delante y la espada se hundió en el pecho de su hermano.

El hermano ángel cayó al suelo, mi corazón se hizo más frágil, sollocé todavía mas desesperada, me zafé de los brazos de Hiccup, fui corriendo hasta el pobre Jack, él aun respiraba, lo abracé con fuerza rogando no perderlo.

-¿Jack me escuchas? Jack háblame, no te mueras, quédate conmigo, te necesito- yo lloraba.

Jack cerró los ojos y dejó de respirar para siempre.

-¡No!- lloriqueé -¿Por qué? ¿Por qué hiciste esto, Hiccup? ¿Cómo pudiste?

Mi dolor era inmenso, terrible, insoportable.

Los ojos de Hiccup volvieron a tornarse verde, unos ojos atormentados y llenos de culpa.

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Espero les guste🥛

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enamorada de un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora