capitulo 29

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Él me miró del mismo modo durante muchos segundos, quizás eternos minutos pudieron pasar y ambos seguíamos en silencio mirándonos.

-Tú eres lo más lindo que me ha pasado, Astrid- cortó el silencio Jack, su ternura me hizo olvidarme de Hiccup repentinamente, o quizás era lo contrario, me hizo recordar tanto a Hiccup, es que sencillamente eran iguales. Con mi rostro tan enrojecido como una bala en el pecho bajé mi mirada sintiéndome algo avergonzada y cohibida al mismo tiempo que en mi estomago revoloteaba esa sensación parecida a cuando caes y caes al vacio.

-Mírame- él levantó mi rostro con una de sus manos delicadamente y su otra mano estaba todavía sobre mi hombro -Eres la más hermosa que jamás he visto.

¿Por qué Jack me estaba diciendo todo esto a mí? Cada vez que veía su rostro podía ver al Hiccup indefenso que aparentaba ser malo, sus ojos me miraban de la misma forma, los halagos de Jack me daban me daban directo en el corazón haciendo que aumente mi nerviosismo de manera notable. No sabía que decirle... ¿Tal vez Gracias? O quizás un "Ah sí, pues tú también eres bastante guapo." Seguía callada como la soledad y el vacío, no pude siquiera en pensar algo para decir cuando sentí sus labios tocar los míos, esos labios suaves acariciaron los míos con ternura, se sentían igual a los de él, se sentían casi tan maravillosos como los labios de Hiccup, si bien los besos de Hiccup eran más apasionados, los de Jack eran dulces y llenos de ternura, de todas formas el sabor era el mismo, sus labios sabían a Hiccup...

Yo me dejé llevar por ese delicioso sabor, ese exquisito aroma de su piel que también era igual al de Hiccup, no podía evitar la comparación entre los dos, besar a Jack me recordaba tanto a él... Mejor dicho, era casi como besar al mismo hombre, sus besos eran casi igual de buenos, solo casi. Nuestro beso no duro demasiado porque fuimos interrumpidos por aquella voz firme e impecable.

-Parece que se están divirtiendo- habló Hiccup desde alguna parte de la oscuridad del pasillo -Siento interrumpirlos, chicos, pero no pensé que estuvieran en eso- había demasiado filoso y cortante sarcasmo en su voz, él apareció entre la penumbra y nos fulminaba con su mirada, sus ojos nuevamente eran verdes suabes y brillaban en un tono plateado por el efecto del brillo de la luna entrar por las ventanas cercanas al techo. Supe que Hiccup se sintió traicionado por mí, y era lo más lógico además, yo acababa de tener un momento muy intimo junto a él y luego me besaba con su hermano, me sentí terriblemente por primera vez como una traicionera. Hacía minutos atrás le había confesado que lo amaba y luego estaba en brazos de Hashton pero es que... Eran tan idénticos.

-Hiccup...- dijo Jack.

-Cállate, hermanito- musitó Hiccup -¿Quién lo diría? Como resultó de traicionero el angelito, y tu... Astrid pues...- la frase quedó en el aire, sus palabras parecieron quedar ahogadas en su garganta.

-Hiccup, déjala en paz- le pidió Jack a Hiccup -Sabes que también la matarás.

-Claro- Hiccup sonó con aquel sarcasmo -Ahora dices eso luego de que me habías dicho que me ayudarías a encontrar la forma de romper la maldición- no me atreví a defenderme ya que me sentía culpable con todas las letras.

-¿Qué pasaría si te digo que a mí también me agrada la chica, me gusta y mucho- Jack lo retó -Es muy fácil enamorarse de ella, ¿sabes?

-¡Sucio arcángel!- Hiccup casi gritó y se alteró con bastante enojo acercándose hasta Jack como si fuera a golpearlo pero pareció contenerse.

-Eres tú a quien no le importa ella, en lugar de alejarte de Astrid sigues sin importarte las consecuencias- decía Jack -Hermano, yo te quiero, pero debes entender que estás equivocándote.

enamorada de un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora