capitulo 15

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"No toques lo que no le que no te pertenece" me susurró una voz maliciosa y demoníaca "Sal de aquí"

El viento comenzó a hacerse violento de un segundo a otro, me estremecí, las voces empezaron a hablar y susurrarme cosas inentendibles, era como si escuchará mil voces de distintas personas hablando al mismo tiempo, no logré entender ninguna de sus palabras excepto una de ellas, una de las voces dijo su nombre... "Hiccup", esa palabra podía distinguir la sin problemas desde cualquier muchedumbre esa palabra para mí y resaltaba más que cualquier otra... Su hermoso nombre. La niña ladeó su cabeza mientras me miraba con sus ojos diabólicos.

-Ven a jugar conmigo- me dijo sin siquiera mover sus labios, pero aún así supe que era su voz porque era la misma horrorosa voz había escuchado la noche anterior diciéndome exactamente las mismas palabras.

Mi cuerpo empezó a temblar y comprendí que estaba comenzando a tomar movilidad, sacudí mi cabeza de un lado a otro y en cuanto supe que podía hablar susurre "Hiccup" , acto seguido: la niña se desvaneció y desapareció en mis narices sin dejar rastro. Todo se silenció nuevamente. Aún con lágrimas en los ojos mire mi muñecas y alrededor de estar estaban marcados cada uno de los dedos de ella. Corría en busca de Hans yo lo encontré en la sala secando su pelo con una toalla y vestido con ropa nueva.

El ni siquiera noto que mi rosa estaba bañado de lágrimas. Esa noche yo no le conté nada de lo que había visto a Hans, y ambos dormimos cada uno en un sofá. Me desperté exasperada cuando sentí unas grandes manos tomar mi rostro con fuerza haciéndome daño, al abrir los ojos descubrí a Hans sobre mí con un gesto en el rostro que destilaba furia.

-!Estas diciendo Hiccup!- gritó -¿Ese es el tipo con quien estuviste la otra noche no es cierto?

Hans estaba furioso, manaba fuego de sus ojos.

-¿Por que lo mencionabas a el mientras duermes?- continuó a gritos -Dime quien es ese tal tipo. Dímelo de una vez, Astrid

-Yo...- dije asustada -Yo...Hans....

Vi a Hans alzar su mano para golpearme y cerrar los ojos, seguidamente sentí su mano abofetearme y mejilla arder adolorida.

-¡Zorra!- me insultó

Contuve mis lágrimas por orgullo, me mantuve callada y en extremo silencio. Ya todo empezaba a hartarme los golpes, los maltratos, los gritos, los insultos y Hans con su temperamento asesino. ¿Cuanto tiempo mas podré soportarlo? A la mañana siguiente salimos de casa y nos arreglamos para desayunar en una panadería, pan tostado junto a un café, alcanza el dinero de Hans únicamente para comprar aquello.

Mientras comíamos en las mesas de la panadería Hans me mencionó que había contratado a un tutor de tiempo completo para que me enseñar a leer y algunas otras cosas con un dinero que lo pagaron, mi rostro se iluminó con una sonrisa cuando Hans hablo de esto.

Ese día conocí a Tadashi, un joven de apenas unos diecisiete años, nunca imaginé que un chico tan joven podría ser tutor pero me sorprendí a escucharlo hablar, sabía de todo lo que puedas imaginar sabía sobrarte ciencias, historia, mitología, libros, anatomía, astrología, pintura, música y podía hablar castellano, inglés, francés, alemán, portugués, italiano y latín. Era guapo e inteligente, también bastante serio y parecía un poco tímido, él nos acompaño a Hans y a mí durante todo el día mientras me explicaba la historia de cada monumento que veíamos en las calles de Roma. Me deslumbre al notar que este joven si me daba un buen rato, me explicaba cada cosa con absoluta paciencia y me hablaba calmadamente sonriéndome y sin malas caras. Comprendí que no tubos en el mundo eran malos sino que yo solo conocía los malos.

Tadashi Amada no me juzgaba por parecer una salvaje y una bruta, llego a decirme que yo era muy inteligente y talentosa. Hans pareció estar molesto todo el día viendo a Ruggero tratarme bien y hablar conmigo cómodamente, era la primera vez que alguien conversaba conmigo y me hacía sentir tan cómoda.

-Ya vuelvo- dijo Hans cuando llegamos a una casa descuidada y fea escondida en un callejón -Iré a hablar con un tipo peligroso, será mejor que te quedes aquí afuera Astrid. Tu Tadashi vienes conmigo

-Hans, no pensaras dejarme sola

-Yo puedo quedarme di te da miedo estar sola- se ofreció Tadashi

-He dicho que vendrás conmigo- dijo Hans con enojo -¿Que acaso eres sordo?

-No quiera estar sola, todo está oscuro y me da mucho miedo.

-Callate y quedate aquí, no te muevas- me ordenó Hans con enojo.

Hans y Tadashi se acercaron a la fea casucha y Hans llamo a la puerta golpeándola con un puño cerrado repetitivamente. Enseguida la puerta se abrió y haz de luz proveniente de la casa iluminó la calle. Hans junto con Tatashi entraron sigilosamente y la puerta se cerró. Me quede sola, yo estaba a lo lejos atenta para ver a Hans y Tadashi salir, las calles no abundaban de personas, y de vez en cuando se escuchaban ruidos de autos pasar a toda velocidad por la avenida. Seguía de pie como un idiota estatua sola esperando cuando escucha a lo lejos el ruido aparente de una motocicleta seguido de un espantoso grito de miedo de una mujer. Me asusté tanto que estuve a punto de correr hasta la casucha aquella y rogar que me abrieran la puerta, pero en lugar de eso me senté al final del callejón en el sucio suelo en un rincón casi escondida.

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enamorada de un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora