capitulo O8

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-Eso te pasa por ser una tontita niñita llorona que le tiene miedo a todo. Vendré por ti en la mañana, Hofferson...- escuché a Hans muy enojado.

-Hans, no quiero esta sola te lo pido no me dejes.- masculle -No sabes lo horrible que es sentir como yo me siento cuando estoy sola.-

Me ignoró y salió por la puerta rota de la casa vacía. Estaba sola y asustada sentada sobre un sofá que no me pertenecía, en una casa que tampoco me pertenecía y que ahora que estaba sola siempre estaba asustarme su terrorífico aspecto. Cuando yo estaba sola era vulnerable a todo, cuando yo estaba sola todo me asustaba. Podía echarme a llorar en cualquier momento, podía empezar a gritar histérica, por lugar de eso sucedió algo más extraño.

Fije mi mirada en una habitación que se veía con la puerta entreabierta, me ha llamado la atención de manera tan increíble que hasta pude olvidarme del hecho que estaba sola. Vi a través de la puerta entreabierta una cama enorme y antigua, sus sábanas eran apenas de un color rosa desteñido por el tiempo, era de madera sólida y sobre el colchón había una muñeca pequeña vestida con un hermoso vestido de época de color blanco y su cabello era bucles pelirrojo. Una extraña atracción me hizo mover mis pies y empezar a caminar hasta aquella puerta, era como si mis pies se movieran por su propia voluntad y yo no tuviera control de ellos era como si estuviera poseída y me sentía absolutamente atraída de forma sobrenatural por entrar a ese lugar, mis pies continuaron dando pasos hasta que estuve frente a la puerta de madera pintada de color blanco, apoyé a ambas manos sobre la misma y le empujé lentamente.

Vi el resto del interior del cuarto parecía ser la habitación de una niña, sus muebles eran de madera ya envejecida por el tiempo, había una caja de música sobre la mesa del tocador que tenía una pequeña muñequita tallada de una bailarina, sobre las dos mesitas de luz habían antiguos libros y una lámpara decorada, cada adorno y cada detalle se veía y hermoso aunque estuviera viejo y descuidado, también pude observar una gran ventana con cortinas blancas y rosadas por la que se miraba la luna con aspecto espectacular.

Quedé paralizada mirándolo todo con atención y examinando cada detalle de cada objeto, me acerque hasta la caja de música y antes de que pudiera siquiera tocarla empezó a sonar sola una melodía hipnotizante, antes me hubiera asustado de no ser porque la música me estaba embobado como jamás lo había imaginado. Sonó sola- pensé cuando caí en la realidad. Seguía sonando aquella música, quise tocar aquella cajita y me puse frente "eres nuestra" "ven", "acercate", las voces se contradecían una y otra vez y por más que intentara no podía dejar de escucharlas. Cubrí mis oídos con mis manos como si eso fuera funcionar y alejar las voces de mi cabeza. Entré en el llanto.

Lo veía todo negro y de un momento a otro parecía que ellos me hubieran obedecido y todo estuvo en silencio nuevamente. Abrir los ojos cómo está exaltación vida nuevo la imagen de la niña en el espejo, aún mirándome con los ojos ardiendo en fuego.

"Ven a jugar conmigo"- me susurró esos oscuros labios vino tinto. Yo llore aún mas desconsolada, su voz me hacia sentir todavía mas pánico. Salí corriendo de la habitación y volvió a la sala principal, todo estaba muy oscuro y silencioso, mire hacia las ventanas y en los vidrios vi sombras demasiado negras deformes pasar rápidamente, las puertas de las ventanas comenzaron a abrirse y cerrarse ruidosamente, quise huir y correr hasta la puerta pero ésta se cerró sola de un portazo, puse mis manos en la manilla y la gira pero no se movía.

Aterrorizada golpeé la puerta y seguí llorando -¡Dejenme en paz!- grité y me senté sobre el suelo apoyada en la pared, cerré mis ojos nuevamente por aún seguir escuchando todos esos ruidos de las ventanas abrirse y cerrarse.

El piano empezó a sonar melodiosamente pero no había nadie tocándolo, cuando abrí los ojos y las teclas de este hundirse y las notas sonaban perfectamente, mi miedo cada vez crecía más, mi cuerpo temblaba de pies a cabeza mis lágrimas rodaban sobre mis mejillas. -¡Detengase por favor!- grité y solloce.

Escuchando ambos todavía más maligna susurrarme "Sufrirás mucho" "Morirás Astrid" mi llanto sonó mas audible. Yo me preguntaba ¿porque? ¿porque a mi? ¿yo que hice para merecer esto? El siguiente segundo todo se inmovilizó y quedó en silencio, una brisa helada atravesó las ventanas y todo mi cuerpo helándome la piel y haciendo que me recorra un escalofrío. Me levante del suelo camino unos pasos hacia el centro de la habitación dándole la espalda la puerta principal de la casa, me quedé de pie y miré a mí alrededor toda la habitación, mi corazón palpitaba audiblemente y con desespero y mi respiración estaba agitada, no lograba escuchar nada más que el susurro del viento entrando por las ventanas.

-Astrid Hofferson ¿no?- escuche esa voz qué hizo que me estremeciera, era la perfecta voz de Hiccup que sonó a mis espaldas. Volví la mirada hacia atrás y lo vi de pie con todo su perfección, su pose era rígida y a la vez relajada, su rostro relucía a la luz de la luna y la comisura de sus labios se curvaba en una alucinante sonrisa. Su presencia debilitó mi cuerpo y nuevamente algo en mi interior me gritaba que debía correr lejos de él y tenerle mucho miedo. Su perfección era impactante y su luz me iluminaba y segaba mis ojos de modo que lo único que podía ver era el y únicamente a el. Lo miré con suma preocupación y no le dije ni una palabra.

-Astrid Hofferson- continuó el -Nacida en Australia un 21 de Marzo, tus padres muy adinerados antes de que tu nacieras pero perdieron todo su fortuna apostando, así fue como terminaron en una pequeña casita frente el mar, naciste con potentes dónes, tienes el don de la pintura y te apasiona, solías hacerlo a diario al igual que el surf, pasabas todas tus tardes en el mar ya que no tenías nada más que hacer, tus padres eran tan pobres que apenas les alcanzaba para darte de comer y nunca pudieron ofrecerte una educación como es debida.-

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Espero les guste.🐉

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enamorada de un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora