Capítulo 20: La prueba (2).

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Tsunade y Naruto se habían apartado de los demás quedándose en medio de un lago, el silencio recorría el espacio generando al rubio un escalofrío.

Tsunade... -hablo Naruto con duda-

Está bien - interrumpió la rubia- tu prueba es muy fácil, solo tienes que sentarte sobre el agua y escuchar mi voz.

¿Por qué? -pregunto Naruto- no entiendo.

En esta misión usaste técnicas de baja moral, técnicas sucias y feas para la vida humana -volvió a hablar Tsunade- te he estado ayudando en el área médica y me confesaste que quieres ser el ninja médico del grupo, aunque los demás también tengan conocimiento en esa área.

Sigo sin entender el punto... ¡No puedes decirme cómo luchar! Conoces mi pasado, sabes lo que viví y como me tocó sobrevivir -grito Naruto enojado-

¡Silencio! -gritó enojada la ojimiel- Un ninja médico no debe actuar por cómo lo hiciste. Usaste el cuerpo de una persona como escudo, usaste esas partes como defensa; un ninja médico cuida del cuerpo humano... Un ninja médico cuida la vida de la persona y respeta la muerte.

Naruto se quedo en silencio nada más escuchando las palabras de Tsunade.

Siéntate, cierra los ojos y dame tus manos - dijo la rubia con voz suave-

Naruto hizo lo pedido y rápidamente se encontró en una celda dentro de su mente, el rubio tragó con fuerza al ver sus recuerdos flotando y a una Tsunade analizando cada uno de ellos.

Así que el zorro fue quien te enseño a luchar decentemente -susurro la rubia para si misma-

Naruto se quedo en silencio.

Antes luchabas de igual manera como está misión, lo que me genera curiosidad por saber... -de detuvo Tsunade- porque volviste a luchar de esa forma.

Eso no te debe importar - murmuró Naruto-

Lo hace - volvió a decir la rubia- eres mi familia ahora y me preocupas.

Naruto -siguio hablado la ojimiel- quien es Nonō Yakushi y porque es tan importante para ti.

Naruto evitó la pregunta de Tsunade, no quería contestar esa pregunta. Naruto miro hacía otro lado suspirando con resignación.

Nonō Yakushi -empezo el ojiazul- era una de las personas que se encargaba del orfanato.
Tenía como 78 años cuando yo llegue y era muy gruñona.
Cuando llegue por primera vez me sonrió y no supe el porqué pero ella siempre estaba ahí para mí.

Sigue -Tsunade le pidió-

Me cuidaba cuando llegaba mal y lastimado, me leía cuentos y me trataba como un ser humano y no como el Kyubi, aunque a este no le agradaba.

Tsunade le dió una mirada de que explicara lo último.

Kyubi decía que no confiara en ella, que había algo escalofriante y falso en esa mujer -confeso Naruto- fue ahí cuando desobedeci a Kyubi por primera y última vez.
Es que me sentía bien, me sentía querido.

Lágrimas fueron saliendo de los ojos azules de Naruto, recordar eso había generado tanto dolor en el pasado que ahora solo podía dejar que todo siguiera.
Tsunade lo tomo de las manos y le alentó a qué continuará.

Ella siempre -comenzo otra vez el rubio- estaba al pendiente de mi y de otro niño, un tal Kabuto; para ella nosotros éramos sus hijos.
En las noches ella siempre actuaba raro y decía que debíamos dormir más temprano así que una noche yo... Yo no podía dormir así que me levanté y empecé a recorrer el orfanato, escuché sonidos del sotano, eran lamentos y sollozos.

REESCRIBIENDO...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora