║16 ║ ¿Volverías a hablar con Louis?

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Ángel

—¡Ángel Para! —Escucho a Celeste gritar pero no tengo ninguna intención de seguir su petición— Nos puedes matar.

Piso el acelerador cada vez más. La adrenalina que provoca mi cuerpo al estar a altas velocidades, me hacía olvidar por unos minutos la vida que me ha tocado vivir. Prefiero hacer esto cuando me encuentro solo, pero ella ha sido la que ha deicidio venir conmigo.

—Ángel espera —Ella me sigue mientras salgo del comedor. No puedo aguantar ni un minuto más al ser humano que tengo como padre.

—Déjame solo Celeste —expreso acelerando mis pasos para alejarme de ella. Ubico la puerta principal de la casa. Solo necesito salir de aquí.

—Nunca te voy a dejar solo —Ella me toma del brazo con fuerza.

Pero no me permito ni siquiera mirarla. Me suelto de su agarre y salgo de la casa. Camino hacia mi camioneta. Necesito distraer mi cabeza con cualquier cosa. Así que no dudo en subirme a esta. Noto que ella también lo hace.

Mis ojos se posan en ella de inmediato, sé que no reflejan amabilidad. Pero ahora mismo solo quiero estar solo ¿Por qué no lo entiende?

—Bájate —grito.

—No.

La seguridad en su voz me hace gruñir.

—Bien, como quieras —Enciendo el auto.

Debí hacer que se quedara en casa, pero estoy tan enojado que ni me pasó por la cabeza en ese momento. La impotencia recorre todo mi cuerpo. No puedo creer que echo de menos a alguien que cada vez que aparece solo me hace sentir como el peor de todos. No sé tal vez lo sea, pero en parte es su culpa. Él no ha estado en mi vida y lo poca presencia que hace, solo es para recordarme que no soy suficiente. No importa lo que me esfuerce para mi padre nunca estaré defectuoso.

Me estaciono en el primer mirador que encuentro. Bajo del auto y cierro la puerta con fuerza. Sé que debo calmarme. Debo de permitirle que tenga este efecto en mí. Mi vista se concentra en las luces de la ciudad; desde aquí se pueden admirar. Por alguna razón que desconozco siempre me han causado paz. Cierro mis ojos al sentir la brisa fresca acariciar mis mejillas. Tomo aire y lo suelto con lentitud.

Cuando vuelvo a mí, miro hacia atrás y logro ver a Celeste llorando a un metro atrás de mí. Siento como mi pecho se oprime, odio verla llorar y más cuando sé que soy el causante de sus lágrimas. Desde que nota mi mirada en ella, se acerca con un poco de temor ¿a mí? pero al estar a solo centímetros de mí, me abraza. En verdad esto es lo que necesito, un abrazo, un gesto, sentir que para alguien soy importante.

 En verdad esto es lo que necesito, un abrazo, un gesto, sentir que para alguien soy importante

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Estábamos apoyados sobre la parte delantera de la camioneta, mirando las luces de la ciudad. Siento la mirada de Celeste sobre mí. Ella quiere hablar, la conozco. Suelto un suspiro con levedad no queriendo tener esta conversación.

No eres mi amigo #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora