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Al final, Jin disfrutó bastante de la carrera, se divirtió, aprendió y hizo muchas amigas, pero de todas ellas, una resaltaba, se llamaba Kana Hitomi, era la típica chica alegre, le gustaba el rosa, los gatos y las flores de cerezo en primavera.
Después de que Jin acabara la carrera, seguían en contacto. Y a sus 24 años, Jin era una chica normal, le gustaba beber, ir de fiesta y quedar con sus amigas, pero cuando no hacía todo eso, estaba en reuniones con los empresarios mas importantes de Japón, justo como hoy.
"Que pereza"- pensó Jin- "Cuando termine, no haré nada en todo el día, no me apetece hacerlo."
Aunque Jin pareciera seria, en realidad era "divertida" o eso decía la gente, la gente creía que Jin era responsable, el mayor error de sus vidas, era vaga, y todo lo que tocaba acababa destruido o perdido, no era algo de lo que estuviera orgullosa, pero se apañaba.
Se vistió, tenía que dar buena imagen, no podía ir en vaqueros a una reunión tan importante. Así que se puso una blazer y una falda a conjunto.
Salió a la calle y entró en la sala en la que se haría la reunión. Estaba llena de gente que ni se había molestado en mirar, solo se fijó en su padre, que también estaba ahí, si no fuera por el, seguramente estaría trabajando de camarera en algún restaurante de los callejones de la ciudad, a el se lo debía todo, ya que, cuando su madre murió, el fue su pilar, y siempre se lo agradecerá.
La reunión fue aburrida, como las otras. Cuando Jin tuvo sus primeras reuniones se lo pasó bastante bien, pero poco a poco se fue dando cuenta de que eran todas lo mismo. Había veces que había ido a reuniones sin saber de que iban, cuando llegaba tampoco sabía de que, seguramente los demás tampoco. Pero por muy aburridas que fueran, ir a esas reuniones era básicamente su trabajo, iba con su padre para representar su empresa, y por ir a las reuniones eran tan ricos, así que Jin intentaba no quejarse, en alto.
Cuando la reunión acabó, Jin fue directamente a su casa, se puso el pijama y se tiró en el sofá en plancha, encendió la tele y puso lo primero que pilló un poco entretenido.
Estaba relajada, hasta que el móvil sonó. ¿Cuánto habría estado descansando? Una hora como mucho, y ya la estaban molestando.
Kana: No me importa lo que estés haciendo, ahora mismo te vistes.
Ella creía que la estaban molestando. Pero era Kana, si ella era no le importaba que la escribieran. Aunque la verdad es que ahora mismo no entendía lo que le estaba diciendo su amiga.
