-Esmeralda..
-Por Dios, Ronald no sabes el susto que me acabas de dar
-¿ Tanto así ?
-Si. Pensé que estabas durmiendo
-No, ya no pude dormir más por lo que me levanté, por cierto Esmeralda, feliz cumpleaños.
-Gracias Ronald- dijo sonriendo
- ¿ Qué hacías?
-Ven, ahora comprendo lo que me querías decir la otra vez de tía Lina y... y...- la expresión en la cara de Esmeralda cambió por completo- y...
-¿Gabriel?
-Si, y él. Bueno ¿ qué esperas?, ven conmigo
-¿ A dónde ?- Esmeralda llevó a Ronald al comedor- ¿ Y ?, ¿ qué querías mostrarme ?
-Esto- Esmeralda tiró de la misma lámpara que usaron Aisha y Gabriel para desbloquear el pasadizo
-Con razón, cuando intenté mostrártelo ya no estaban, se fueron por ahí
-¿A dónde crees que lleve?
-No lo sé. Solo hay una forma de averiguarlo, hay que bajar
-¿ Te volviste loco ?, no sabemos hacia dónde lleve eso, podríamos arriesgarnos a muchos problemas
-Y, ¿ qué tiene de malo ?, vamos Esmeralda, ya llegamos hasta aquí, ¿ por qué regresarnos?
En realidad Esmeralda no quería descubrir algo que inculpara a Gabriel, ella lo amaba, o por lo menos eso creía, y descubrir algo perturbador haría que no lo pudiera volver a ver jamás en la vida.
-Tienes razón. No debemos renunciar a la búsqueda, y mucho menos cuando ya hemos descubierto tantas cosas
Esmeralda y Ronald bajaron las escaleras. Mientras Ronald iba decidido a saber qué pasaba, Esmeralda todavía quería creer que todo era un simple juego de Gabriel y tía Aisha, aunque solo fuera para engañarse a sí misma. Bajaron hasta llegar a un lugar iluminado por las mismas lámparas en la pared que en el comedor, una de estas estaba un poco torcida, y por curiosidad, Esmeralda acomodó la lámpara como iba, y esta logró que la escalera se recogiera. Caminaron un poco por un túnel hasta llegar a una puerta, donde había un letrero que Ronald leyó en voz alta.
-Cuidado, esta puerta puede ser el camino al infierno en la tierra. El que pase por esta puerta tiene que abstenerse a las consecuencias, deberás encontrar las pistas que te llevarán a descubrir lo que hay más adelante. Buena suerte- era lo que decía
-Ronald-dijo Esmeralda- comienzo a asustarme, ¿ a qué crees que se refiere ese letrero ?
-No lo sé. Pero quizás si entramos a investigar...
-¡Que eso no se te ocurra Ronald!, ya suficiente es el seguirte hasta acá simplemente para descubrir nada
-Vamos Esmeralda, nada nos va a pasar
-No pienso pasar por ahí- Esmeralda se dio media vuelta
-Esmeralda, ¿ a dónde vas ?
-Me voy de aquí, ya te dije que no caminaré más allá de esa puerta- Esmeralda siguió su camino y volvió a la casa
-Bien, ahora me he quedado aquí solo por Esmeralda- parloteaba Ronald
Ronald cruzó la puerta y tras ella encontró cuatro puertas distintas, y en el piso, otro letrero.
"Bienvenido a Los Juegos, quizás no salgas de aquí con vida, pero si quieres encontrar la salida, sigue las reglas al pie de la letra: Regla número uno; no debes hacer trampa, si escoges un camino debes irte por ese hasta llegar al final, no te puedes regresar y entrar por otro. Regla número dos; si vienes con alguien, no se podrán ir por el mismo camino, son cuatro caminos para cuatro descendientes, y, a menos que sean hermanos, no podrán tomar el mismo camino. Regla número tres, este más que una regla es un consejo; sigue las pistas y señalamientos que te dan al principio, mitad y final del camino para poder llegar a tu destino. Buena suerte. Atentamente E. R."
-De verdad que si lo que tratan de hacer es asustarme no lo lograrán tan fácilmente- se burló Ronald- a ver estas puertas
Cada puerta tenía un tipo de acertijo, a Ronald se le ocurrió volver a subir para buscar algunas cosas y regresar para enfrentarse a "Los Juegos". Tomó su mochila y dentro puso el libro, una linterna y su celular; se vistió un poco más casero, y se colocó una gorra, y, como siempre, llevaba en su mano izquierda el reloj de su padre. Trató de convencer a Esmeralda de que volviera a bajar con él, pero no logró nada, esa chica estaba decidida a quedarse en su habitación. Volvió al comedor para bajar por esa escalera y descubrir otro de los misterios que ocultaba su familia. Al volver al punto donde estaba antes, Ronald escogió la segunda puerta, vio el acertijo que le daban y decidió tomarle una foto para llevarlo consigo por si lo necesitaba.
"De los cuatro hermanos, el segundo yo soy, y el más despreciado, por culpa del amor. Si tienes mi reloj, por aquí podrás pasar, desbloquea la puerta para poder entrar"
El acertijo era, de hecho, muy claro, si Ronald supiera algo de su familia lo fuese resuelto en un abrir y cerrar de ojos, pero algo era seguro y algo sabía; él era, hasta el momento, el único de su familia que usaba un reloj muy antiguo, por lo que supuso que esa puerta era la indicada. Colocó el reloj tal como lo había hecho cuando llegó a la mansión y como lo hizo en el lago; lo giró suavemente y la puerta se abrió.
Mientras Ronald entraba en la oscuridad de ese misterio, Esmeralda estaba sumida en una de las tristezas más grande de su vida; no quería ayudar a su mejor amigo a investigar lo de la escalera secreta, pero tampoco quería descubrir algo que la hiciera molestar con Gabriel. Estaba tumbada en su cama llorando cuando tocaron a la puerta de su cuarto; toc, toc, toc.
-Esmeralda, ¿ estás ahí ?- era la voz de Gabriel
-¿ Gabriel ?- la voz de Esmeralda se cortaba con el llanto- pasa- le concede
-¡Esmeralda!- dijo una vez que la vio- ¿ qué te ocurre ?
-No es nada, descuida
-Esmeralda no me mientas, dime ¿ alguien te hizo algo ?, dime quién fue y te juro que le partiré la cara
-No fue nada, ni nadie
-¿ Estás segura ?
-Si- dijo secándose las lágrimas
-Bueno, en todo caso, te pido que me acompañes
-¿ A dónde ?
-Es una sorpresa
Gabriel llevó a Esmeralda a un jardín secreto que estaba cerca del lago; un lugar precioso lleno de flores de todo tipo, y un gran árbol de hojas amarillas cubría todo el jardín, recorrido por un hermoso riachuelo, que gracias a la temporada, estaba congelado, dejando ver un gran espectáculo de pequeñas cascadas de hielo. Las diversas flores cubiertas por una suave capa de nieve, hacían que el espectáculo blanco dejara boquiabierto hasta a la persona más difícil de impresionar.
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Los Robinsonn
AdventureTodo era, es y siempre será un misterio en el legado de Los Robinsonn