Ronald respiraba con dificultad, sus ojos iban de un lugar a otro en la habitación y notó que sus temblaban levemente. Debía calmarse. Tenía que hacerlo. Se levantó de su cama y caminó por el pasillo directamente hacia la habitación de Esmeralda.
-¡Ronald!- escuchó que alguien gritó y se volvió para ver quién era. Su tía Lina estaba parada a unos pasos de él y lo miraba preocupada- ¿ Qué te ha ocurrido ? ¡Estás pálido!
-Ti... Tía Lina- Ronald tartamudeó- Yo... Yo estoy bien... solo, solo necesito hablar con Esmeralda
-Pero no te ves muy bien- ella se acercó un poco y Ronald se estremeció- Además, Esmeralda no está en su habitación. Todos te esperábamos para cenar, así que venía a llamarte
-Ah, entonces, creo que deberíamos ir- Ronald rodeó a su tía y caminó apresuradamente hacia las escaleras
Las bajó como si su vida dependiera de ello, y luego se dirigió al comedor. Ahí estaban todos; Alice, Astrid, Jazmine, Esmeralda y el resto de su "Familia". Vio una silla vacía al lado de Esmeralda y caminó hacia ella.
-Hola, Ronald- Una niña que no reconoció se paró en frente de él- Soy Estella. Probablemente no me conozcas muy bien, dado que casi no hablamos, pero soy hija de Lina, y... Te guardé un asiento- la pequeña Estella tomó del brazo a Ronald y lo encaminó hacia el otro extremo de la mesa
-Pero necesitaba hablar con...- Ronald volteó a ver Esmeralda que parecía concentrada en algo que él no entendía. Segundos después, Ronald ya estaba sentado en la silla que Estella le había indicado
-Creo que es una bonita forma de conocernos mejor, ¿ no te parece ?- Estella le ofreció una sonrisa. Ronald trató de fingir una, pero lo único que logró fue hacer una mueca torcida
Minutos después habían servido la comida, y Ronald comía lo más rápido posible, mientras escuchaba a Estella hablar y hablar. No quería hablar con ella, pero tampoco ignorarla, por lo que de vez en cuando decía cosas como: "¿ Si ?, ¿ No ? ¿ De verdad ?". Y de esa forma sabía de qué hablaba sin entablar algún tipo de conversación. Pero una de las cosas que dijo, le llamó la atención y no pudo evitar mirarla.
-¿ Qué has dicho ?- preguntó Ronald
-Dije: "Sé que lo sabes"- la pequeña miraba su plato de comida mientras hablaba
-¿ A qué te refieres?- Ronald la seguía mirando. Estella levantó la cabeza y miró fijamente la lámpara que Ronald sabía que dirigía al pasadizo donde casi se ahoga. Lo miró unos segundos y luego volvió a ver a Estella
-Ustedes creen que solo ustedes y los adultos tienen derecho a saberlo. Pues yo también lo sé, y... Quisiera ayudarlos
-No te creo. Probablemente solo nos espíes o algo así
-Vamos, Ronald. No solo porque soy hija de alguien "malo", si se le puede decir así, quiere decir que yo también lo sea
-Sigo sin creerte- Ronald sentenció y dirigió la mirada a su plato
-Confía en mi- dijo añadió en un susurro- Yo no soy como una de esas gemelas
Ronald se levantó de ipso facto, tirando la silla al suelo en el acto, y la mirada de todos los presentes fue dirigida directamente hacia él. Observó con rapidez todos los rostros, que preguntaban qué ocurría, hasta que las encontró. Las gemelas se encontraban en uno de los bordes de la mesa, separadas por su madre, Aisha. Ellas también lo observaban, desconcertadas por su acción anterior. Ronald dirigió la mirada de nuevo a Estella, quien era la única persona que no lo observaba.
-Estás equivocada- le espetó, y sin decir más, caminó a través de la habitación y salió, dirigiéndose a su cuarto
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Los Robinsonn
AdventureTodo era, es y siempre será un misterio en el legado de Los Robinsonn