Capitulo 30; Conocidos

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-Hola- dijo Ronald con el ceño fruncido- Así es, ¿ cómo lo sabes ?

-Todo el mundo habla de ti- dijo casi sonriendo- Mi nombre es George. Dime, ¿ qué se siente ser un Robinsonn ?

-¿ También crees que soy un príncipe ?- preguntó Ronald algo irritado

-De hecho no, conozco todas esas leyendas pueblerinas, pero no creo mucho en ellas- Ronald suspiró aliviado

-Entonces, ¿ por qué preguntas ?

-Pregunto porque me gustaría saber qué se siente ver a Esther todos los días

-Ah, eso. Bueno, bien, supongo, aunque a veces es algo irritante

-Y tan hermosa- dijo su acompañante mientras daba un suspiro

-Si- dijo Ronald dudoso- Lo que tú digas 

Terminaron de bajar las escaleras, y las rodearon para dirigirse a una zona donde se ubicaban los casilleros. Su profesora de historia, bajo indicaciones del director Lee, le había dado un papel donde decía el número de su casillero. 231. Ronald fue escoltado por George hacia su lugar, el cual hizo un mohín de disgusto cuando llegó la hora de dejar al nuevo de la escuela.

-¿ Qué clase te toca ?- preguntó George y Ronald consultó en su papel  

-Álgebra- contestó

-Es una lástima, me gustaría que habláramos más 

-Supongo que será después

-Está bien. ¿ Te veo en la cafetería ?

-Por supuesto 

Al oír esto, George se alejó mientras se despedía de Ronald con la mano. Ronald se quedó pensando un momento, ¿ en serio le había dicho eso a un chico a apenas conocía ? Mientras pensaba en esto, dejó su mochila en el casillero y sacó su uno de sus cuadernos para que fuera el de álgebra, antes de darse cuenta de que ya no había nadie más con él. El timbre sonó y entonces se dio cuenta de que iba tarde a su próxima clase. Salió rápidamente del lugar y corrió escaleras, con e papel que mostraba los salones en la mano, localizó el aula de la clase que le tocaba. Al abrir la puerta, vio toda un aula de clase organizada y un profesor que estaba a punto de comenzar su clase.

-Me empezaba a preguntar si alguna vez llegarías, Ronald - le dijo el profesor

-Lo lamento, me he retrasado un poco

-Igual de irresponsable que su prima 

Ronald observó el lugar y la identificó, Astrid estaba en un puesto en la parte del centro del salón y miraba desafiante al profesor.

-Tome asiento- le indicó el profesor 

Ronald caminó, mirando a derecha e izquierda buscando un asiento libre. Encontró uno casi al fondo del salón. Le gustaban esos asientos, le ofrecían algo de privacidad. Al pasar al lado de su prima esta lo saludó, saludo al que él correspondió. Se sentó y observó a su lado una chica que parecía no querer verle, ya que su cabeza giraba al lado contrario al que él estaba.

-Hola- Ronald trató de iniciar una conversación, pero la chica se encogió aún más y no le habló

-Muy bien, clase, qué tal si recordamos algo de lo que vimos el año pasado 

Ronald prestó a la clase toda la atención que pudo, pero la chica a su lado hacia que fuera muy difícil. La observó más a fondo y notó su vestimenta; Llevaba unos jeans cafés, que se le ajustaban al cuerpo y una blusa de color amarillo con motas blancas, combinaba muy bien con sus ojos color pardo.

Los RobinsonnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora