Capitulo 41; El Mapa

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La pregunta salió de los labios de Ronald con cuidado, precaución y sutileza. No quería que alguien de su familia escuchara y se aprovechara de la situación, pero necesitaba saber la respuesta. El silencio se prolongó unos minutos, haciendo que Ronald tuviera más ansiedad. Sus piernas ya temblaban sin mucho disimulo, amenazando con dejarlo caer. Melannie estalló en risas, levantando la cabeza hacia el techo e inclinándose un poco hacia atrás en el acto.

-¿ Qué ocurre ?- Ronald se aterró aún más 

-Debiste verte la cara a ti y a tus primas- contestó su acompañante aún riendo 

-¿ De qué hablas ?- Ronald seguía sin comprender 

-Cálmate, Ronald. No te haré nada

-¿ Qué ?

-De verdad no tengo una ninguna intención respecto a ustedes

-¿ Hablas en serio ?

-Totalmente

-¿ Entonces por qué actuaste de esa forma esta mañana ?- Ronald ahora estaba un poco más enojado que sorprendido

-Bueno, me agradaba mucho la idea de ver sus caras cuando se los dijera, y la verdad fue que no me agradó... ¡Me encantó! No pude soportar ver tu cara cuando vinieron después con Alice. Ni la de Esmeralda cuando se enteró, y tuve que irme para poder reír. ¡Fue todo un espectáculo!

-¡¿ Hablas en serio ?!- Ronald estallo- ¿ Hiciste todo esto por una broma ? Melannie, no es gracioso. Esto es muy serio y no te lo deberías tomar tan a la ligera. ¿ Sabes el peligro en el que te fueses convertido para nosotros ?

-Vamos, Ronald. No puede ser tan serio- Melannie aún sonreía

-Sí, si lo es

-¿ Por qué ?- Melannie lo retó 

Ronald abrió la boca para hablar pero no pudo, no le podía explicar todo así nada más. Pero tenía que darle una muestra de lo serio que era.

-¿ Ves ? ¿ Cómo lo demostrarás ? Por Dios, Ronald. Simplemente son una familia real que tiene privilegios y probablemente un gran tesoro. ¿ Qué complica tanto las cosas ? ¿ Qué lo hace tan serio ?

Ronald no contestó por unos minutos. Pero cuando iba a demostrar su punto, tampoco habló. En vez de eso, la tomó de la mano y se dirigió al costado de la escalera con ella. Miró a ambos lados, vigilando que no hubiera nadie de su familia cerca, y cuando se cercioró de que no había nadie, desbloqueó el pasadizo. Metió a Melannie en él y luego entró, cerrando la puerta detrás de él.

-¡¿ Ronald que es...?!- comenzó a exclamar Melannie, pero Ronald le tapó la boca y le indicó que guardara silencio. Melannie asintió

La dirigió escaleras abajo hacia el sótano y cuando llegaron al espacio que parecía una biblioteca, Ronald habló.

-Muy bien, puedo explicar por qué es tan complicado pero con dos condiciones- Melannie no contestó permitiéndole hablar- Primero, tienes que darme una razón para confiar en ti

-Pues, porque soy tu amiga, ¿ no ? Puedes confiar en mi 

-¿ Eres mi amiga ?- Ronald se distrajo con esa explicación 

-Bueno, creo que sí. ¿ Me consideras tu amiga ?

-Por supuesto- contestó rápidamente. Ronald aguardó un momento, mientras trataba de concentrarse de nuevo en la situación, hasta que por fin habló- Entonces tienes que prometerme no decirle a nadie 

-Lo prometo- Melannie levantó la mano a modo de juramento. Ronald volvió a esperar un momento antes de hablar

-Lo que ocurre es lo siguiente: llegué aquí por una carta de mi bisabuelo, conocí toda mi familia y el mismo día en que llegue descubro este pasadizo y me entero del tesoro. Desde entonces no han parado de pasarme todo tipo de cosas. El libro es porque necesito saber mas de mi familia para encontrar el tesoro antes que el resto, porque si ellos lo hacen probablemente no lo querrán dividir, además que asumirían su posición como realeza y harían que todo fuera un caos. Y sería todo mi culpa. Ya que la casa esta repleta de pasadizos y puede que aún no los conozca todos, pero hay uno que oculta el tesoro y mi reloj es el único que puede desbloquearlo, mi reloj y otras reliquias. Por eso me lo quieren quitar, pero no puedo permitirlo. Ahora hay más personas involucradas incluyéndote a ti, y, ¡ya no se qué hacer!

Ronald habló rápido, sin dar tiempo para procesar una sola palabra. Era consciente de que Melannie no comprendería todo en ese momento, pero el simple hecho de tener a alguien con quién desahogarse, le producía una leve sensación de querer decirlo todo. Ronald no había notado que sus ojos se habían humedecido y se encontraba casi sollozando. Melannie no habló y eso le produjo una inseguridad enorme. Notó que ella se acercó rápidamente a él y le rodeaba el torso con los brazos. 

-Has estado conteniendo mucha presión-dijo Melannie en su pecho, después de unos minutos- Es demasiado para ti, incluso si la compartes con tus primas

-Solo quisiera que todo acabara de una vez- dijo Ronald con un nudo en la garganta  

-Ya, cálmate- Melannie dijo despacio- Puedes contar conmigo de ahora en adelante. Para lo que sea. ¿ Entendido ?- Ronald asintió y Melannie lo soltó 

-Creo que deberíamos ir a hacer ese ensayo de álgebra ahora- aconsejó Ronald limpiándose algunas lágrimas 

-Si. Tienes razón 

Subieron al cuarto de Ronald, para salir al pasillo y regresar a la sala, en donde comenzaron a hacer el ensayo.





Durante toda una hora, Ronald y Melannie solo hablaron del ensayo que estaban haciendo. Este era interrumpido por alguna llamada de Esmeralda a Ronald, y algunos mensajes que ametrallaban  su teléfono. Pero, cuando terminaron, Ronald observó lo que le decía.

-Creo que eso es todo- anunció Melannie cuando terminaron el ensayo

-Qué cansancio. Necesito estirar las piernas- Ronald se levantó mientras hablaba y tomó su celular- ¿ Qué habría querido Esmeralda ?- dijo viendo sus notificaciones de llamadas y mensajes. Cuando comenzó a leerlos, abrió los ojos de para en par.



-Ronald, no hemos podido encontrar lo que había en los túneles, olvidamos tomar tu reloj. Y lo necesitamos para desbloquear el cajón- había escrito Esmeralda- Necesitamos que vengas lo más pronto posible

-¿ Ocurre algo ?- preguntó Melannie al ver la expresión de su acompañante 

-Necesito salir. Ahora

-¿ Mucha urgencia ?

-Sí. ¿ Quieres que te lleve a tu casa antes de irme ?

-No. Sé llegar- Melannie se levantó, tomando sus cosas del piso y dirigiéndose a la puerta principal- Nos veremos el lunes- se despidió, antes de marcharse 

Ronald se dirigió al sótano, para tomar el ascensor que lo llevaría a los túneles subterráneos. Al llegar, camino por los túneles hasta llegar al cuarto donde había estado ya dos veces, donde encontró a su madre y a sus primas, sentadas o recostadas e las paredes, esperando ha que él llegara.

-¡Ronald!- exclamó Esmeralda al verlo- Hasta que por fin llegas

-Lo siento, estuve ocupado 

-Bueno, podrías haber escrito- se quejó Astrid

-Aunque si fuésemos pedido su reloj antes no estaríamos en esta situación- aseguró Esmeralda

El silencio duró unos minutos.

-Entonces, ¿ están listas para ver qué hay dentro ?- preguntó Ronald dirigiéndose a la pared

Sin esperar el consentimiento de nadie, Ronald se soltó el reloj y lo colocó en la pared. Escuchó un ligero "clic". Giró el reloj y el cajón se abrió. Como antes, el cajón contenía un pedazo de papel enrollado. Ronald lo tomó y se giró para verlo junto con las personas que lo acompañaban. Todos se acercaron. Ronald desenrolló el papel y al verlo con claridad encontró lo que solo pudo identificar como... un mapa... Un mapa que conducía al Castillo Robinsonn.

Los RobinsonnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora