*Autora*
Ella había regresado a casa, ese era su hogar, el lugar en el que tenía una familia que la esperaba, el lugar en el que anhelaba descansar por fin. Ese mundo la había enseñado a ser fuerte, ha defenderse, a creer en la magia y la fantasía, había llegado a ese mundo como Dhenet, la humana pelirroja, huérfana, débil e indefensa, ahora volvía a ese lugar como hija de dioses. Se preguntaba si había cambiado, si sus amigos la recordaban o ya la habían olvidado.
Por otro lado Ghan y su equipo estaban en las afueras del castillo, habían estado buscando cualquier cosa que hablase de los hijos de Dhot, pero no mencionaban a ninguna Rhaysatt. Ahora tenían que ir a casa del segundo supervisor para notificar que estaban listos para aceptar a otro miembro en el equipo, habían perdido la esperanza, pues para ellos habían pasado dos años cuando para Dhenet solo fueron unos días.
Al salir del castillo miraron al cielo y vieron una inmensa torre de obsidiana con runas, no sabían de dónde había salido o cuándo había aparecido, no les importaba tenían cosas más importantes en la cabeza.
Haz andaba detrás de ellos, habían dejado de hablar con él desde el día en que dijo que Dhenet estaba mejor muerta, caminaron durante un rato hasta que escuchó una voz conocida_me imagino que no me has hechado de menos...
Haz se dió la vuelta deseando que esa voz no fuera de la persona en la que estaba pensando, seguía pensando que ella estaba mejor muerta. Se dió la vuelta muy despacio abriendo los ojos como platos al finalizar su giro, si que era esa chica en la que estaba pensando, su cabello pelirrojo era inconfundible y tampoco lo era la belleza que crearon los dioses al unir esa cabellera pelirroja y esos profundos ojos tan grises como el acero.
_¿tu?_él estaba conmocionado, cómo era posible que siguiese viva, él no estuvo pero sus amigos hablaron con tanto dolor de cómo se había caído por las cataratas que creyó que nunca más tendría que verla
_yo...
El resto se había marchado ya, no se habían dado cuenta que Haz se había parado ya que le ignoraban la mayor parte del tiempo.
_tengo que hablar con todos ustedes, es urgente
_...
_oye, sé que hemos tenido nuestras diferencias pero hoy necesito que me ayudes a encontrarlos.
_si...si, espera aquí_Haz la dejó, enconcontró a un Khades guardián en su camino de vuelta al castillo_¡he!, escucha...escucha, dile al director que he encontrado a la hija de Axavel, dile que nos dirigimos a casa del segundo supervisor
_está bien.
Haz volvió con Dhenet para llevarla a casa de Aghenadet donde estaban sus amigos. Por el camino no pudo evitar mirarla más de una vez, todavía no se creía que estuviese viva y aunque no quería admitirlo le alegraba mínima verla viva y le dolía entregarla al director para que la condenaran a morir pero tenía que hacerlo, como ella él también era huérfano y para ganarse un lugar había tenido que luchar, por eso le molestaba su presencia, los dos habían sido huérfanos pero él había tenido que luchar para tener un lugar en su mundo mientras que ella, que además era extranjera, no había sufrido, solo había bastado que el primer y segundo supervisor casi pelearan para ver quién se quedaba con ella. ¿Porqué no se habían peleado también por él?, ahora ya tenía la respuesta... Porque ella era hija de dioses.
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EL KHIARZO
MaceraExisten siete mundos, por cada mundo unas criaturas y una llave para abrir el Grixnos (libro que contiene los secretos de todos los mundos), y Axavel, quiere el libro a toda costa, pero los Khades no pueden permitir que lo consiga, por ello empieza...