Lo recordaba perfectamente como si hubiera pasado ayer. Hicca tenía tan solo cuatro años cuando no podía dormir aquella noche y se despertó encontrando a Chimuelo durmiendo en una posición incómoda en una roca a lado de su cama.
Se levantó con cuidado y caminó hacia la salida de su cueva y caminó por un pasillo llegando a otra encontrando una pequeña fogata encendida y a su guardián y padre adoptivo sentado frente a éste con una mirada entre culpable y melancólica.
-¿Padre?- Hicca le llamó casi en un susurro asustando al Windwalker, quien se encontraba en su forma humana. Su rostro se convirtió en uno de cariño al encontrar a su pequeña en la entrada de su cueva.
-Hicca, ¿qué pasa? ¿No puedes dormir?- preguntó en un tono suave y rió levemente al ver a la pequeña encogerse en su lugar y negar con su cabecita.- Supongo que no tengo otra opción.- palmeó su rodilla e Hicca se acercó corriendo feliz al saber que era hora de un cuento.- Veamos, ¿qué historia te voy a contar hoy?
-¿Me puedes terminar el cuento de la otra vez? La que me prometishte.
Virran rió ante la ternura de su hija.
-¿La del Mundo Oculto? A ver, ¿dónde me quedé?
...
-Hicca.- habló Estoico a su hija, a quien la tomaba de un hombro debido a que todavía se acostumbraba a su nueva pierna prostética mientras observaban el atardecer y el viento movía el cabello de ambos.- Éste es Berk, hija. Es nuestro hogar. Era la casa de tus abuelos.- la miró con profundo cariño sabiendo que ella entendía sus palabras.- Y sus abuelos antes que ellos. Mi trabajo como jefe es protegernos, Hicca.- la miró nuevamente.- Y un día, cuando seas mayor, ese trabajo será tuyo.
-Ve... Aquergo...- habló con inocencia y forzando las palabras tratando de hablar de forma normal.
-Es muy importante, hija. Por ahí afuera, más allá de la puesta del Sol.- señaló dicho lugar.- Yace el hogar de los dragones.- escuchó el asombro de su hija y no pudo evitar reír por ello.- Sí. Las leyendas hablan de los Barrón que navegaron cerca de éste, sólo para caer en el borde del mundo, para que no los volvieran a ver nunca más. Pero los marineros volvieron, contando historias de una gran cascada. Y dragones vigilando la entrada al Mundo Oculto.
Hicca recordó la misma historia que Virran le contó hace años atrás, pero dejó que su padre siguiera relatando su parte de la leyenda.
-No es solo un Nido, Hicca. Si no una tierra de la que provienen todos los dragones.
-¿Furiaz... Vocturdas?- preguntó viéndolo. La misma pregunta que le había hecho igualmente a su guardián.
-Especialmente los Furia Nocturna.- le sonrió con cariño e Hicca le devolvió la misma al recibir la misma respuesta.
-Esho eshpero...
-No te preocupes.- le acarició el cabello de forma amorosa.- Un día encontraré ese Mundo Oculto.- notó a Hicca a punto de dormirse cuando sintió su cabeza apoyarse contra su pecho y sonrió con cierta culpa.- Y lo sellaré. Para que la gente y los dragones... No se peleen más.- suspiró con melancolía.
...
Hicca miraba la aldea recordando los bellos momentos que pasó junto a ambas figuras paternas que marcaron su vida y la llevaron por el camino correcto para convertirse en una verdadera líder.
Escuchó el rugido de un Furia Nocturna a sus espaldas y cierto destello negro revelando que no era su dragón, si no Aren el que había llegado a su encuentro.
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Heart of a Dragon
FanfictionHicca y Chimuelo se habían convertido en los nuevos jefes y alfas de Berk, creando una perfecta utopía uniendo a ambos mundos para vivir en una nueva era de paz. Más los problemas no acababan para ellos, con la presión de una boda, una nueva especie...