VIII

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La partida de Berk había finalmente comenzado, los vikingos habían hecho sus maletas con lo que sea que haya sobrevivido en el incendio y la destrucción de su pueblo. Ahora todos volaban siguiendo a Hicca y los jinetes en busca del tan famoso Mundo Perdido.

En un barco, siendo cargado por un dragón, una oveja estaba usando un adorable disfraz de uno de los reptiles voladores. Soltó un balido orgulloso hasta que vió a un dragón, sintiendo miedo al instante y se escondió nuevamente en la parte trasera del barco.

-Disculpe. Pasando.- Patapez se hacía pasó entre la gente.- Solo pasando por aquí. Pescadillo, come tus rocas. Come tus rocas.- Patapez alimentaba al pequeño bebé, quién chillaba emocionado.

-¡Roca, roca!- el pequeño devoraba feliz su comida.

-¡Gah! ¡La gente que vuela con bebés es de lo peor!- se quejó Patán. Pero no tomó en cuenta que Pescadillo le tiró un poco de lava en su asiento haciendo al chico gritar cual nena.

-Siento que siempre te estoy haciendo ésta pregunta, pero-¡Woah!- Bocón perdió el control de su dragón, Gruñón. Lo cuál en éste punto ya no era una sorpresa.- ¡Despierta, Gruñón! ¡Despierta!

Hicca por su parte ignoró a su padrino, igualmente las risas de Aren a su lado, y usó su catalejo para observar el horizonte.

-¿Tienes un plan o...?

-Solo volar hasta que alcancemos el fin del mundo.- explicó Hicca de forma simple.

-Ah, eso parece sencillo.

-Y una estupidez.- se quejó Chimuelo después de pasar horas volando. Hicca por supuesto escuchó eso y le dió un pequeño golpe en su costado haciendo reír más fuerte a Aren.

-Eso, cuñadita. Enséñale que tu eres la que tiene los pantalones en la relación.- el Furia Nocturna oji violeta esquivó por poco una bola de plasma que fue lanzada en su dirección.

Ya se imaginaba que Chimuelo no sería un padre con paciencia.

...

De regreso en Berk...

Todos los tramperos de dragones, jefes militares, y Grimmel se encontraban en la ahora isla desierta.

-¿Y? ¡¿En dónde están?!- preguntó Chagatai claramente enojado de perder su tiempo al buscar en una isla vacía.

-Se fueron. Obviamente.- respondió Grimmel de forma calmada.

-¿Los Furias Nocturnas se te escaparon? ¿También la bastarda esa de Estoico? ¡¿Otra vez?!- ahora se metió Griselda, otra de las jefas militares.

-Yo la mandé a hacerlo.- dijo Grimmel inspeccionando la casa abandonada de la jefa y alfa.- Solo abandonaron su única posición de defensa. Corriendo asustados con lo poco que tienen.

Todo iba de acuerdo a su plan.

...

De regreso con los Berkianos...

-Ugh. Solo no se acaba.- Hicca ya estaba a nada de aventar a su primo de su dragón de tanto que se estaba quejando.

Ella sufría de ciertos dolores y náuseas, pero no se quejaba en voz alta debido a que: uno, todavía era una sorpresa que contarle a Chimuelo. Dos, ella era la jefa, por lo que la gente y los dragones tenían sus esperanzas puestas en ella, así que no podía mostrarse frágil ante ellos.

-Eso puede ser porque el mundo es de hecho redondo.- aportó Brutacio.

Hicca solo rodó los ojos y negó con la cabeza no creyendo en lo que decía el gemelo.

Heart of a DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora