Habían pasado horas desde que habían salido de Nueva Berk. Hicca y Astrid estaban volando en Tormenta a través del cielo azul y sobre el océano en busca de Chimuelo.
-¿A dónde-A dónde vas, Tormenta?- Hicca preguntó al no ver nada que les dé una pista de a donde pudieron ir los tres dragones desaparecidos.
-Está rastreando algo, ¿no es así, nena?
-Creo que sé por dónde voy. Solo confíen en mí.- fue su única respuesta.
-Pero no hay más que kilómetros y kilómetros de-
De la nada, notaron como el agua parecía salir a modo de vapor y siguieron la corriente encontrando una enorme cascada.
-Una gran cascada.- finalizó Hicca su oración.
-Al final del mundo.- continuó Astrid.
Ambas se vieron completamente sorprendidas, pues parecía ser que las leyendas resultaron ser reales.
-Sujétense bien.- Tormenta les avisó antes de volar en picada hacia abajo siguiendo la cascada.
-¡Tormenta!- gritó sorprendida Astrid.
Las tres entraron al Mundo Oculto después de pasar por aquella corriente de agua. Tormenta e Hicca lograron olfatear una entrada que se encontraba oculta encontrándose con el bosque de champiñones que decoraban el Nido entero. Volaron por encima de la brillante agua azul entrando a un área bioluminiscente donde habían grandes pilares. Cuando Tormenta pasó cerca de ella su cuerpo entero comenzó a brillar haciendo reír a Hicca.
-¡Wow!- exclamó Astrid viendo a su alrededor hasta que sus ojos aterrizaron en Hicca y casi saltó de su asiento.- ¡Hicca, estás brillando!
La chica se quedó confundida ante eso y vió su reflejo en el agua notando que sus ojos reptilianos brillaban de un verde tóxico y tenía pequeñas escamas en su rostro que brillaban de un tono violeta.
-Vaya, así que esto también es uno de los efectos de mi sangre.- comentó asombrada por su apariencia.- ¡Astrid, mira!- señaló el borde de un acantilado.
Continuaron volando llegando a ver incluso unos huevos de dragones. Los huevos brillaron y presenciaron sus nacimientos, llenando de nostalgia a Hicca cuando presenció aquello por primera vez y la atmósfera del Mundo Oculto le recordaba a su Nido natal. Volaron por encima de cientos de Gusafuegos y trataron de tocar algunos.
Y finalmente llegaron a lo que sería el centro del Mundo Oculto, el cuál tenía un trono para el Rey de los Dragones. Astrid se sorprendió y notó un dragón que estaba bastante cerca y le dijo a Tormenta que se escondiera. Cuando la Nadder aterrizó las chicas desmontaron y comenzaron a caminar para explorar.
-Realmente existe...- volvió a decir Hicca incrédula.
Iba a caminar cuando fue jalada de la nada hacía atrás y algo cubría su boca. Astrid y Tormenta se prepararon para atacar, solo para bajar la guardia al ver quien era. Pero Hicca no tuvo ese privilegio, por lo que decidió soltar un codazo golpeando a su atacante y se dió la vuelta encontrando a-
-¿Chimuelo?- preguntó Hicca emocionada al ver a su dragón otra vez.
Dragón que estaba en su forma humana y se agarraba el estómago adolorido.
-Hola a tí también, renacuajo.- soltó sus palabras con dolor.
Hicca se abalanzó hacia él y lo abrazó, a lo que Chimuelo no tardó en regresar el gesto y besarla en los labios. Aunque ambos tuvieron que salir de su mundo al escuchar a las chicas reír.

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Heart of a Dragon
FanfictionHicca y Chimuelo se habían convertido en los nuevos jefes y alfas de Berk, creando una perfecta utopía uniendo a ambos mundos para vivir en una nueva era de paz. Más los problemas no acababan para ellos, con la presión de una boda, una nueva especie...