II

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Todo el comedor se hallaba hasta el límite de dragones y vikingos cuando el grupo de jinetes buscaba una mesa disponible donde podrían comer a gusto.

-La cuestión es que no puedes seguir trayendo dragones aquí.- opinó Bocón tratando de hacer que su ahijada lo escuche.- ¡Si!

-Vamos, amigo.

-Solo te estás buscando problemas.- Hicca lo detuvo por un breve instante.

-No lo mates, ¿de acuerdo?- la jefa le pidió a un vikingo que estaba persiguiendo a un dragón.

-Esos tramperos se acercan día a día.- Bocón alzó la cola de un dragón para poder pasar.

-Podemos manejarlo. Los dragones nos tienen a mí y al alfa.- tomó una manzana.- ¿No es cierto, amor?- le preguntó a su prometido con una sonrisa.- Mira lo felices que son.

Vieron a Valka y a Patón practicando fuerza de brazos, competencia la cual ella ganó a pesar de su delgado cuerpo y rió ante su victoria mientras su cuñado se quejaba.

-Ella es...Increíble.- dijo fascinado Patán.

-Bocón, relájate. Lo logramos.- trató de convencerlo ahora siguiéndolo.- La primera utopía vikinga de dragones en el mundo.- le dió la manzana a su prometido, quien comenzó a comerla con mucho gusto.- Hicimos realidad el sueño.

-Tu sueño tal vez.- la miró seriamente.- El mío es menos concurrido y más.- se giró a ver la sopa y pegó un grito al ver algo que no debía estar en ella.- Sanitario.- rechazó la comida de forma amable e incómoda.

-Bocón, no engañas a nadie.- comentó Hicca de forma burlona.- Sé que los amas.

Chimuelo carraspeó su garganta viendo al dragón que se había colado en el caldero con la sopa.

-¿Te importa?- el pequeño dragón solo bufó molesto y se terminó yendo.- Gracias.

-Se supone que son la generación que nos llevará al futuro.- Bocón empujó a Astrid para poder sentarse mientras los gemelos comenzaron una nueva pelea.

-¡Pelea de comida!- gritó Patán.

-¡Magnífico!- dijo Brutilda tomando de su bebida y realizando una pose para nada coqueta.

-¡Golpea!- exclamó Brutacio lanzando su comida a su gemela.

-¡Cuidado con el cabello!- empezó a lanzarle la comida de igual manera.

-Pescadillo.- Patapez comenzó a darle de comer al bebé Gronckle, quien estaba sentado en una silla para bebés.

-¡Thor, ayúdanos!- Bocón pidió limpiando su rostro debido a la pelea de los gemelos.- Es hora de dejar de preocuparse por los problemas de fuera.- abrazó por los hombros a su ahijada y jaló al alfa que pasaba junto a Tormenta con sus platos de comida.

-¡Oye, Bocón!- se quejó Chimuelo tratando de liberarse y tratando de no tirar su comida.

-Y empezar a ordenar los que están junto aquí.

-Está bien, está bien.- Hicca igualmente trataba de liberarse, pero su padrino si que le daba pelea.- Ya... Lo voy a pensar.

-Cuelguen la silla de montar y cásense.- dijo Bocón emocionado haciendo que todo el comedor se quede en completo silencio; y si prestas atención podrás observar las almas de la pareja abandonar su cuerpo por unos momentos.

-¡La palabra con "C"!

-¡Qué asco!- gritó Brutilda al igual que su gemelo.- A menos que sea yo.

-Empiecen a gobernar como una pareja real de verdad.- propuso.- ¡Cásate con ella, por favor!- le rogó a Chimuelo, que una vez pasado el shock volvió a intentar liberarse.- Eres el único con sentido común por aquí. Contigo llevando los pantalones, todavía hay esperanza.

-Vaya, Bocón. Para nada incómodo.- dijo Chimuelo por fin fuera del agarre.

Hicca igualmente logró zafarse y vió a Bocón con una mirada entre incómoda y enojada por la absurda propuesta, pero eso cambió rápidamente a sorpresa cuando vió a Chimuelo yéndose rápidamente del lugar, su bandeja de comida ahora abandonada en una de las mesas.

-Kreston, no seas así.- trató de detenerlo, pero fue completamente en vano.

Estaban comprometidos, sí. Y claro que querían tener una boda y casarse; pero ambos habían acordado que sería en su debido tiempo cuando logren crear la utopía perfecta para vikingos y dragones; claro que con Bocón apresurando las cosas no ayudaba mucho en el proceso.

-Eso es un no definitivo.- habló Brutacio sentándose a lado de ella.- Mira, si necesitas una barba para llorar, solo apóyate en mi hombro y podrás llorar en...- la acercó a él rápidamente antes de que tomara la oportunidad para escapar.- Mi barba tupida y gruesa.

-Gracias, Brutacio, muchas...- se sintió todavía más incómoda sin notar a Eret detrás de ellos para poder hablar con la jefa.- Gracias...- aceptó su derrota y ya no luchó para zafarse, pero para su buena suerte escuchó un carraspeo detrás suyo y ahí fue cuando notó la presencia de Eret. Se logró soltar aprovechando la distracción y de paso golpeó a Brutacio para después limpiarse.- ¡Eret hijo de Eret!- lo saludó aliviada y agradecida.- ¿Cuál es el informe?

Dos barcazas de tramperos más, avistadas en el estrecho.- le informó con calma viendo a Brutacio retorciéndose en el suelo por el dolor.

-Así que iremos tras ellos.- dijo Hicca decidida y notó a su equipo retirándose para poder preparase. Eso hasta que notó a su padrino a su lado nuevamente.- ¿Qué?

-Un día vas a elegir una pelea que no puedes ganar.

Y como no tenía idea de que esas palabras que tanto escuchaba desde pequeña iba a tener una gran consecuencia en un futuro cercano.

Heart of a DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora