Heart of a Dragon

VI

Hicca depositó la flecha sobre una mesa de la fragua con Chimuelo detrás suyo dejando a los presentes confundidos y ella solo veía a los Furia Nocturnas preocupada.

-Alguien está aquí.- comentó Hicca y Bocón se giró a verla antes de detener su trabajo.- Se las arregló para escabullirse de nuestros exploradores y tender una trampa en el bosque.- les informó con un mal presentimiento de lo que sea que se haya infiltrado en Berk.

-Arruinó la charla de chicos.- Brutracio dijo molesto y lanzó la flecha muy cerca del rostro de Eret, quien la logró esquivar justo a tiempo antes del impacto.

Chimuelo solo gruñó a lo bajo recordando esa incómoda y frustrante charla que tuvo con el vikingo.

-Por Thor, déjame ir y le-

Bocón estaba listo para la guerra, pero fue rápidamente detenido por su ahijada antes de que pueda cometer una estupidez.

-Más despacio, Bocón. Coloquemos un equipo de búsqueda en tierra y exploradora en el aire.- Hicca sugirió de forma firme. Digna de una líder.- Chimuelo, Aren y yo volaremos por la costa.

-Sí, yo no aconsejaría llevar a dos Furias Nocturnas a ninguna parte, jefa.- comentó Eret tomando la flecha de la pared.- Conozco este trabajo.- alzó la flecha para enseñarla mejor.- Grimmel el Grimoso. Es famoso de dónde vengo. El cazador de dragones más inteligente que haya conocido.- la miró con una extraña calma.- Bueno, luego de mí, por supuesto.

-No puede ser tan listo. Dejó su trampa sin vigilar.- Hicca dijo no del todo convencida.

Eret rió ante las palabras de la jefa y le dió la flecha a Astrid, quien apenas iba entrando.

-Nada es accidental cuando se trata del viejo Grimmel.- reveló con cierta molestia.- Vive para la caza.- observó a ambos Furias Nocturnas antes de ver nuevamente a Hicca.- Para entrar en la mente de su presa y para controlarla. Todo es un juego para él.

-Bueno, no sabe con quién está jugando.- comentó Astrid molesta.

-Sí, ya hemos tratado con los de su clase antes.- Hicca dijo recordando todo lo que había vivido desde que había llegado a Berk; y vaya que recordaba haber ganado cada encuentro contra los cazadores.

-No lo subestimes, Hicca.- la miró fijamente a los ojos para dejarle el mensaje claro.- Recuerda mis palabras. Él regresará.

-Entonces lo estaremos esperando.- dijo decidida y los presentes asintieron ante lo dicho.

...

La cabaña se hallaba en completa oscuridad y siendo solo iluminada por la tenue luz de las velas y el fuego de la chimenea. Hicca buscaba cierto libro en su estante y una vez que lo encontró lo tomó entre sus manos y comenzó a leerlo.

-De acuerdo, bien. Vamos, dame una pista.- pidió colocándose de rodillas y buscando mapas en busca de una respuesta.- Dame una pista, papá.- pidió con cierta ansiedad.

Cuando llegó a cierta página frunció el ceño y su oreja se movió de forma instintiva cuando escuchó el sonido de la madera crujir detrás suya junto a unos pasos que eran desconocidos para ella. Volteó rápidamente encontrando a su amado dragón durmiendo plácidamente y guardó todo de forma apresurada al no encontrar nada sospechoso. Se giró y dió un brinco al notar la presencia de alguien más que no era ni ella ni ninguno de los Furias Nocturnas.

Una figura en la oscuridad estaba cómodamente sirviéndose vino en una copa e Hicca se puso de pie en un instante lista para sacar su espada.

-Espero que no te importe que yo mismo me sirva.- dijo aquella voz desconocida bebiendo el vino con calma haciendo enojar a Hicca, quien comenzó a gruñir.- Esto es bastante bueno.- expresó con el descaro de servirse más.