~Amor animal~ (Johnny)

•PARTE 4•

Al día siguiente, solamente hubo más ensayos, con la única excepción de que ocurrieron varios percances con algunos participantes.
Lucas llegó cansado a su casa, no sólo había tenido que ensayar todo el día, si no que también había tenido que cubrir medio turno si no quería que lo despidieran de su trabajo, por lo que en cuanto llegó, no hizo más que saludar a su madre y dirigirse a descansar.
Un día nuevo, más oportunidades, o eso creía Lucas cuando se levantó y corrió al teatro Moon, donde Buster Moon les informó que, al día siguiente, la mismísima Nana Noodleman iría a presenciar un avance del show, dejando a todos ansiosos.
Pasaron unos minutos cuando el teléfono de Lucas sonó: era su madre. Lucas fue a un lugar para que no lo escucharan.
-¿Mamá? ¿Qué pasó? -preguntó Lucas.
-¿Recuerdas el atraco que te dije? ¡Es hoy! -respondió su madre al teléfono.
-¿Y no quieres gritarlo más fuerte?
-Agh, ¡Solo trae tu trasero aquí!
-Pero, mamá... -Lucas resongó. No tenía opción. -Bueno... Enseguida voy. -seguido de esto, colgó la llamada y se fue velozmente al garage que le había señalado su madre anteriormente.
-¿En dónde estabas? -preguntó su madre con furia en cuanto lo vio.
-¡Sabes perfectamente en donde estaba! -respondió Lucas con enfado, a lo que su madre solamente reviró los ojos.
Pasaron aproximadamente dos minutos cuando un gorila adolescente montado en una camioneta llegó al lugar. Ahí fue cuando Lucas lo vio. ¿Acaso Johnny era hijo del señor Marcus? Lucas corrió a la camioneta donde estaba Johnny. -¿Qué haces aquí? -preguntó Lucas en voz baja.
-Puedo preguntarte lo mismo. -respondió Johnny, igualmente en voz baja, aunque con un tono un tanto nervioso.
-Mi madre decidió que era buena idea unirse con la mafia y arrastrarme con ella, ¿Y tú?
-Mi papá es la mafia...
-¿Qué? ¿Tú papá es el jefe?
-Un poco...
-¿Cuándo ibas a decírmelo?
-¡No es como si fuera algo que voy contándole al mundo!
-Buen punto. ¡Pero aún así!
-Tranquilo, ¿Qué es lo peor que puede pasar? -mala elección de palabras.
Llegaron al lugar, todos a excepción de Johnny y Lucas bajaron de la camioneta y se dirigieron a realizar el atraco.
Antes de irse, el señor Marcus también conocido como "Big daddy" se acercó a su hijo a aclararle que regresarían en 37 minutos, cosa que solo hizo a Johnny molestar un poco ya que prácticamente ya lo había memorizado.
En cuanto todos se fueron, Lucas comenzó a Hackear los sistemas en una computadora. -¿Sabes hacer esto? -terminó por preguntar Johnny mientras Lucas hackeaba.
-¿Ah? Sí, claro. Lo hago todo el tiempo. -contestó Lucas sarcásticamente. -¡Obviamente no tengo idea de lo que estoy haciendo!
-Desactiva rápido los sistemas.
-¿Por qué la prisa?
-Podemos llegar.
-Johnny, no.
-¿Por qué no?
-¡Si no estamos aquí a tiempo estaremos fritos!
-Lucas...
-No, Johnny.
-Vamos, será rápido. Además, es tu vida, no la de tu mamá.
-Mira quién habla.
-¡Por favor!
-Ugh... ¡Bien! ¡Pero más te vale llegar a tiempo! -Lucas "terminó" el hackeo y ambos se dirigieron a toda velocidad al teatro. Al llegar, intentaron tomar el espacio de Rosita y Gunter, sin embargo,no se logró.
Cuando Johnny por fin pasó, comenzó a tocar "All of you" desentonando en varias notas por la presura, por lo que Moon decidió hacerle una observación, proponiéndole que cantase y tocase otra. Johnny asintió y se retiró lo más rápido posible para permitir que Lucas también pudiera hacer su presentación con rapidez.
Al pasar al escenario, Lucas tocó y cantó "Just my type" tan rápido como pudo. Esta vez, Lucas tocó incluso peor que Johnny, olvidando media canción, cantando con voz temblorosa y desafinada y tocando mal los acordes. Moon lo detuvo.
-Alto, alto. -mencionó Moon algo inquieto. -¿Qué está pasando, Lucas?
-Señor Moon, yo... Eh... Perdón. Es solo que yo... -contestó Lucas nervioso. ¿Qué se suponía que diría?
-Mira, yo no sé que esté pasando contigo y con Johnny y, tal vez, les esté pidiendo mucho en este momento pero... ¿Podrían practicar la otra canción?
-Oh, sí, claro, señor, Moon, señor. Tengo que... Sí, adiós. -Lucas salió velozmente detrás de Johnny, subió a la camioneta y se dirigieron velozmente al lugar del atraco. Desgraciadamente, había mucho tránsito, haciéndoles Imposible pasar.
-Estoy muerto. -dijo Johnny frustrado golpeando su cabeza contra el volante.
-¿Tú estás muerto? ¡Mi madre literalmente va a tomar medidas físicas en mi contra! -exclamó Lucas, molesto.
-¿Sí? ¡Tu madre no es jefa de una pandilla de mafiosos!
-¡Tu padre no es un maldito deprimido que te echa todo en cara!
-¿Por qué eso sería peor?
-¡Solo cállate! -dicho esto, Lucas abrazó sus piernas en el asiento y comenzó a soltar algunas lágrimas.
-¿Estás bien...?
-Déjame, soy un maldito llorón.
-Lucas...
-¡Déjame, carajo! -se creó un silencio incomodo.

Después de que arrestaran a toda la pandilla (incluida la madre de Lucas) ambos niños fueron a la prisión en visita de sus padres.
La madre de Lucas fulminó a este con una mirada enfurecida y amenazadora desde que lo vio.
-¿Y? ¿Qué vas a decir, mocoso? -preguntó su madre.
-Mamá... -Lucas intentó explicar pero, ¿Qué iba a decir? ¿Que había abandonado a su madre por un concurso?
-¿Sabes qué? Déjalo. Solo intenta buscar tu maldito cerebro. Se ve que te hace falta.
-¿Disculpa?
-¿Qué carajos pensaste cuando alentaste a ese chico a llevarte a tu cosa esa?
-¿Crees que yo quería ir? ¡Él también está en el concurso! ¡Él fue el que quiso ir!
-Uy, sí. Y se ve que quisiste detenerlo.
-Lo intenté...
-Y muy duro. ¡Mira dónde carajos estoy!
-Te dije que era mala idea.
-Ah sí, porque tú me vas a sacar adelante.
-¿Crees que yo quiero ese trabajo de mierda? ¡No estaría ahí si no hubieras dejado de pagar mis estudios! ¡Justo ahora podría estar estudiando para ser un jodido ingeniero!
-Eres un maldito mal agradecido. Después de todo lo que...
-¿Lo que me has dado? ¿Y tú dime qué carajos me has dado? ¡Trabajo día y noche desde los once para llevar comida a la mesa! Tuve que trabajar y estudiar y, cuando cumplí la mayoría de edad, decidiste que no era suficiente. Tuve que aprender a cocinar, lavar, trabajar y hacer todas las labores de un adulto desde los once. Así que no te atrevas a decir que te debo algo porque no me has dado nada en tu mísera existencia.
-Pequeño hijo de...
-Y, ¿Sabes qué? Sí, si te debo algo, te debo las malditas horas que gastaste en mí.
-Y si tan mierda soy, ¿Por qué no te largas?
-Porque, ¿Qué crees? Soy mayor de edad y estás en la cárcel así que esa es mi casa ahora y puedes hacer lo que quieras, pero no te recibiré con los brazos abiertos porque, aunque tengo el dinero para sacarte de aquí, ¡Por mí púdrete en la maldita cárcel! -su madre azotó el teléfono y lo volvió a poner en su oreja.
-No vuelvas a hablarme así, mocoso malcriado.
-No sé cómo terminé con una maldita y asquerosa madre como tú, pero a partir de ahora te puedes olvidar de mí.
-Perfecto. -Lucas la miró con asco, odio y remordimiento.
El canino se paró de su asiento y se dirigió afuera a esperar a Johnny ya que él lo había llevado.
-¿Qué pasó? -preguntó Lucas en un tono seco al ver a Johnny salir.
-Mi papá me detesta. -respondió Johnny.
-¿Ah sí? Bueno, mi mamá no tiene hijos ahora.
-¿Así de mal? -Lucas no respondió y se subió a la camioneta.
Johnny dirigió a Lucas a su casa.
-Te dije que era mala idea. -dijo Lucas al llegar a su casa, rompiendo el silencio incomodo que había.
-Lo sé, pero....
-Pero, ¿Qué? No importaba más esa estupidez.
-¿Disculpa? Eso es lo único que me a apasionado en mi vida.
-¡A tí!
-Te hubieras quedado si no querías ir.
-Estaba en la puta camioneta, además, ¡Estaría en prisión si no me hubiera ido!
-¡Pues qué bueno! ¡Porque estarías con tu "mami" y seguirías dejando que te mangoneara!
-¡No hables así de mi madre! -Lucas quiso darle un puñetazo a Johnny, pero se detuvo. No, no era lo correcto.
Lucas se bajó en silencio de la camioneta. -Solo vete. -Johnny se fue sin decir una palabra.
Lucas entró a su casa, cerró la puerta y se fue a su cuarto.
Miró el lugar donde escondía sus ahorros que era básicamente una cajita de cartón escondida entre varias cobijas. Lo pensó: gastar los ahorros de su vida en sacar a su madre de prisión. No, no quería. No quería volver a vivir un infierno con su madre. ¿O sí? Lo pensó y le dió demasiadas vueltas hasta que se cansó y cayó dormido en su cama.