•PARTE 5 S/2•

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Al día siguiente, Lucas se levantó y miró al pie de la cama de Johnny, en la cual se encontraba su patineta, rota.
Johnny, quien apenas se estaba terminando de poner su chaqueta, lo volteó a ver.
—Buenos días. —dijo el gorila regalándole una sonrisa al canino.
—Buenos días. —respondió Lucas. —¿Qué le pasó a tu patineta?
—Ah, eso... Eh... —Lucas se levantó de la cama, este solamente se encontraba en boxers y una camiseta sin mangas blanca.
—Literalmente está destruida.
—Bueno... Anoche me estresé después de los ensayos con el tal Klaus y cuando salí perdí el control, me sentía vulnerable, asustado, tembloroso y muy enojado, y entonces...
—Rompiste tu patineta. —Johnny suspiró.
—Sí... Y ahora no sé qué hacer. —Lucas se dirigió a su mochila, sacó 50 dólares y se los entregó a Johnny.
—Bueno, grandulón. Ten.
—¿Eh?
—Cómprate una nueva, o llévala a arreglar o yo qué sé.
—No puedo aceptarlo...
—Tú llévatelos, no tengo problema.
—Pero es tu dinero... Yo tengo el mío...
—Tranquilo, no eh gastado nada desde que llegué aquí y la verdad no creo gastarlo, así que prefiero dárselo a mi mejor amigo.
—Gracias. —Johnny le sonrió. Ahí estaba esa linda sonrisa característica de aquel gorila.
—Ya vete, se te va a hacer tarde. —Johnny se fue.
Lucas se dedicó a vestirse y dirigirse al área de ensayos.
Al cabo de aproximadamente 2 horas, Johnny llegó con una chica, una gata lince, para ser exactos. —¡Johnny! —exclamó Lucas con euforia al ver al mencionado.
—¡Lucas! —se abrazaron.
—Oh, eh... —titubeó Lucas al ver a aquella chica.
—Nooshi. —respondió la gata lince ante la duda de Lucas.
—Mucho gusto, soy Lucas. ¿Vas a formar parte del show o...?
—Ella me va a ayudar con el baile. —afirmó Johnny.
—Pero tienes a Klaus de coreógrafo, ¿No?
—Sí, pero él...
—Momento. —interrumpió Nooshi. —¿Klaus? ¿Klaus Kickenklober?
—Eh... Sí.
—Eh escuchado muchas cosas de él y no precisamente buenas.
—No se equivocan. —Nooshi y Johnny rieron. Lucas volvió a tener aquel sentimiento que le revolvía el estómago y le nublaba la vista.
—Bueno... Solo cuida que el señor Crystal no se entere, probablemente no se lo tome bien... —dijo Lucas mientras miraba a otro lado.
—Tranquilo, todo bien. —le sonrió.
—Ya debo irme, suerte. —dicho esto, Lucas corrió al baño más cercano, se encerró en él y comenzó a vomitar en el excusado. Otra vez. Se sentía horrible ese sentimiento y lo peor era que Lucas no sabía qué era, o tal vez sí lo sabía, pero no quería aceptarlo. Lágrimas de nuevo, ya se estaba volviendo costumbre en Lucas.
Al cabo de unos minutos, se limpió, salió del baño y fue a seguir ensayando.
Todo era un desastre: Porsha no sabía actuar, Moon fue amenazado por Crystal ya que descubrió que en realidad no conocía a Calloway y, como cereza del pastel, la señorita Crawley quedó a cargo y, a decir verdad, su forma de comandar todo era demasiado estricta.
La forma de Lucas de pasar por alto todo, era convivir con Charlotte, con quien se divertía mucho recordando anécdotas de la infancia. No era que para Lucas fuera demasiado que sobrellevar, ya había pasado por varias cosas, pero nunca se acostumbró a sentirse tan "presionado" por algo, y menos por algo que se suponía sería divertido.
Johnny no se apareció en todo el día, lo vio salir del set y lo vio volver, pero no volvió a darle palabra. Él entendía la razón, además, habían pasado mucho tiempo juntos ya, y unas cuantas horas no se comparaban con meses de no verse. Así que Lucas decidió dejar a un lado lo que sentía ya que, para él, era estúpido.
Llegó el señor Moon y comenzaron a preparar todo para, al día siguiente, hacer un ensayo completo.
Se llegó la noche, y fue solo entonces cuando Lucas pudo ver a Johnny.
—Oye... ¿Cómo te fue? —preguntó el canino con inseguridad mientras entraba a la habitación de hotel junto con Johnny.
—¡Nunca lo vas a creer! —respondió el gorila con entusiasmo.
Lucas cerró la puerta y se sentó en el sillón.
—Pónme a prueba. —respondió este sonriente mientras le hacía un ademán a Johnny para que se sentara a su lado, cosa que hizo.
—Estuve practicando todo el día y cuando fue el ensayo lo hice a la perfección. —comentó Johnny con una alegría de niño pequeño. —¡Hubieras visto la cara del mono ese! ¡Se enfureció! —Johnny rió. Lucas sólo mostró una sonrisa tierna.
—Me alegra que lo lograras.
—¡Sí! ¡Fue increíble!
—Me alegra que hayas recuperado la fé en tí, Johnny. Te merecías esta felicidad. —hubo un pequeño silencio cómodo. —Pero... Me hubiera gustado ver la cara de ese tal Klaus. —ambos se echaron a reír.
—Te perdiste de la cara de furia más graciosa que haya existido, y no es porque lo diga yo. —volvieron a reír, pero esta vez, fue una risa más ligera.
Sus miradas se cruzaron.
—Me gusta verte feliz. Pareces un niño de cinco años viendo a un superhéroe. —Johnny le dió un codazo.
—¡Oye! —Lucas rió.
—Mentiras no dije. —Lucas se acercó a Johnny. —Entonces... ¿Nooshi es tu nueva coreógrafa? —no quería hacer esa pregunta, porque sabía que si la respuesta era "sí" significaría que ellos estarían más tiempo juntos y Lucas se sentía algo fuera de lugar.
—Se podría decir.
—Bueno, te conseguiste una muy buena coreógrafa, es decir, yo ni en mil años podría hacer eso.
—No es para tanto.
—En serio, primero rompo la vara antes de lograr algo. —ambos rieron.
No sabía cómo ni por qué, pero lo que sí sabía era que, de un momento a otro, los rostros de ambos estaban demasiado juntos. —Esto está mal...
—No se siente mal. —lo logró. Desde que se habían conocido era lo único que quería. Ambos chicos se estaban besando. Era un beso lleno de cariño y amor, hasta que Lucas se hizo a un lado.
—No, no... No es correcto. No... —se levantó del sillón. Johnny lo tomó del brazo ligeramente.
—Lucas... —el mencionado se soltó de su agarre.
—¡No! ¡No es normal! Yo... —suspiró y se fue corriendo al cuarto.
Se acostó en su cama, se volteó viendo a la pared y comenzó a llorar mientras abrazaba a su almohada.
Johnny llegó unos minutos después.
—Lucas... Hay que hablar. —fue ignorado. —Está bien... Buenas noches. —ninguno dijo una sola palabra más y se durmieron.

~Amor animal~ (Johnny)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora