•PARTE 5•

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Lucas seguía desanimado, pero no podía seguir así, Nana Noodleman iba a ir a teatro ese día y debía causar una buena impresión.
Lucas llegó demasiado temprano al teatro para practicar la segunda canción antes de que llegara Nana Noodleman. Estuvo practicando alrededor de una hora cuando lo interrumpieron.
-¿Lucas? -se escuchó una voz masculina detrás de él. El mencionado se volteó. Era Johnny.
-¿Qué? -preguntó Lucas con seriedad.
-Sobre lo de ayer...
-Ya déjalo, ¿Quieres?
-Pero yo...
-No hay nada de qué hablar.
-Lucas...
-¡Ya! -Johnny bajó la mirada. Después de tanto, tanto Johnny como Lucas creyeron que por fin habían conseguido un buen amigo con quién compartir gustos. Pensamiento ridículo que solamente duró unos días.
Buster los acomodó conforme iban a ir presentándose.
Cuando llegó Nana, Buster comenzó a presentar un escenario precioso de cristal iluminado con luz de calamares. Sí que había hecho un buen trabajo.
La emoción no les duró mucho cuando tres osos Grizzly llegaron empujando la puerta y caminando hacia Buster con Mike, el ratón, en manos del más grande. Aquellos osos acusaron a Buster de tener el dinero de Mike, Buster lo negó explicándoles que ese era dinero de un premio. Mike gritó con desesperación que les diera el dinero, a lo que Buster, algo nervioso, aceptó. El oso que tenía a Mike en manos, colocó sus garras en el cuello de Mike y ordenó que abriera el cofre que supuestamente tenía los cien mil dólares. Moon se excusó con que no poseía las llaves en ese momento, a lo que el oso dejó de lado a Mike, tomó un bate y destrozó el baúl, dejando ver solo un montón de utilería.
Todos se quedaron impactados ante este suceso, ¿Cómo podía ser que Buster les hubiera mentido? Todo había sido una pérdida de tiempo. Todos se subieron al escenario a reclamarle a Moon cuando un crujido los hizo callar. Los cristales se empezaron a quebrar y el agua se empezó a filtrar y, antes de que se dieran cuenta, el agua empezó a arrasar con todo.
Los conocimientos de Lucas sobre nadar eran prácticamente nulos y, con la fuerza del agua, simplemente se estaba ahogando. El agua lo arrastró casi a la entrada del teatro donde todos estaban atascados. Johnny nadó para evitar que Lucas se ahogara, sin embargo, cuando subió para intentar que Lucas respirara, el agua ya había subido demasiado de nivel.
Lucas perdió la conciencia.
Johnny se impulsó hacia Meena para que esta desbloqueara el camino. Las puertas se rompieron y todos salieron disparados de lugar. Cuando Johnny pudo estar apartado del agua, corrió hacia Lucas.
Lucas estaba inconsciente.
Johnny revisó que Lucas tuviera pulso. No, no lo tenía. En un momento de desesperación intentó revivir a Lucas dándole RCP.
-Lucas, despierta, por favor... -dijo Johnny en voz baja mientras daba compresiones en el pecho de Lucas. Sin respuesta alguna. -Por favor, por favor... -algunas lágrimas comenzaron a brotar de los ojos del gorila. Johnny terminó por darle respiración boca a boca a Lucas para, seguido de eso, seguir dando compresiones en el pecho del canino. De la boca de Lucas salió disparado un chorro de agua, seguido de eso, el canino empezó a toser, a lo que Johnny se lanzó en un abrazo, lleno de felicidad. -¡Estás con vida! -exclamó el gorila.
-Me estás apretando... -dijo Lucas con una voz algo ronca y entrecortada.
Johnny se separó del abrazo.
-Sí, perdón... ¿Estás bien?
-Sí... Gracias. -antes de que alguno dijera una sola palabra, escucharon un estruendo y, seguido de eso, el teatro se cayó en pedazos. Al caer el teatro, el viento fuerte que este provocó, soltó demasiadas partículas de polvo y concreto. Johnny tapó a Lucas con su cuerpo en forma de protección. Cuando esto cesó, Johnny se quitó. -El teatro... -Johnny volteó hacia atrás solo para ver un montón de polvo, concreto y madera.
Lucas, tembloroso se levantó del suelo y comenzó a caminar débilmente hacia el teatro destruido.
-¡Lucas! ¿Qué haces? -Johnny se levantó y fue rápidamente tras de Lucas. Cuando llegó a la par de este, el canino se recargó en Johnny.
-Mi guitarra...
-Lucas, no. Estás débil. No puedes ir a los escombros.
-Pero...
-Volveré a buscarla si eso quieres y te la llevaré. Ahora necesito llevarte al hospital.
-No... Si vas a llevarme, que sea a mi casa.
-Lucas, acabas de casi morir.
-Quiero ir a mi casa... -Johnny suspiró.
-Bien. -Lucas comenzó a caminar, aún recargado de Johnny. No pasaron ni 10 segundos cuando Lucas comenzó a abrazarse a sí mismo por el frío que sentía. -¿Estás bien?
-S, Sí...
-Tienes frío.
-No digas ridiculeces. -acto seguido, Johnny dejó un poco a Lucas para quitarse su sudadera y colocársela al canino. -¿Qué haces?
-Tapándote.
-¿Qué hay de tí?
-Puedo soportar algo de frío.
-No seas tonto, ponte tu chaqueta. -Johnny ignoró estas palabras y siguió caminando (con Lucas recargado en él) hacia su camioneta. Johnny cargó a Lucas y lo subió a la camioneta para luego encaminarlo a su casa.
Al llegar, el gorila bajó primero del auto para ayudar a bajar a Lucas. -Gracias por traerme. -Lucas sonrió débilmente a Johnny. Tenía que reconocer que seguía algo enojado, pero no podía mostrarlo en ese momento, es decir, ¡Acababa de salvar su vida!
-¿Estarás bien?
-Claro, yo puedo contra cielo, mar y tierra. -Johnny rió ligeramente.
-Si necesitas algo... Llámame.
-No tengo tu número, bobo.
-¿Ah no? -Johnny dió a Lucas un pequeño recuadro de papel color amarillo fosforescente con su número escrito en tinta negra.
Lucas sonrió y tomó el papel.
-Bien... Recuerda ir a buscar mi guitarra. -Johnny hizo un ademán militar.
-A sus órdenes. -Lucas rió ligeramente.
-Ya vete. -Johnny se fue brindando una sonrisa algo vacía a su contrario y se fue. Él claramente aún sentía enojo proviniente de Lucas hacia él.
Lucas entró a su casa y, aún algo mojado, rápidamente se recostó en su cama. -Tal vez mamá tenía razón... Nunca voy a lograr nada. -se quedó profundamente dormido.

~Amor animal~ (Johnny)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora