Conociendote.

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El doctor Vlogs no se sentía realmente apegado a su trabajo. Es más, su oficio solamente lo dejaba con una frase seca en la cabeza: 'Dios ha muerto'

"Estoy seguro de que no vale la pena.. Pero no planeo dejarte atrás en esto, ángel."

Pensó para si mismo mientras permanecía sentado en su pequeño plano que llamaba oficina. Se levantó de su asiento y cuidadosamente fue apilando los documentos de varios pacientes que vinieron a visitarle hoy. Era lo último que tenía que hacer antes de volver a casa. Unos veinte minutos después tocaron a su puerta, el castaño siguió con la mirada a la mencionada.

- Pase.

Dicho esto, una figura alta se permitió el paso a la oficina. Era Willy, el asistente de enfermería certificado. - Buenas noches doctor, los demás estamos esperándolo. Ya es hora de cerrar, ¿vienes?

Vlogs tardó unos minutos en reaccionar antes de esbozar una sonrisa y asentir con la cabeza seguido de unas palabras.

- ¡Ya voy! Estaba justo terminando todo esto, lamento hacerlos esperar..

Acompañó al asistente hacia la puerta en donde allí siguieron su camino hacia donde estaban sus demás compañeros de trabajo.

La luz tenue de los pasillos junto a su predicado grupo caminando hacía la salida del centro médico fue interrumpida por uno de sus compañeros, Doblas, y en sus brazos sostenía a una persona con un aspecto pobre de salud, el poseedor de tales ojos carmesí siguió la mirada del desnutrido cuerpo del joven hasta llegar a algo que le llamó la atención. Sus alas. Plumas negras y manchadas de un color carmesí, incluso en ese momento emanaba un olor disgustante para todos los presentes. Los pensamientos del doctor Vlogs solo se centraron en ese pequeño detalle, estaban tratando con un híbrido, sí. Su mente y cuerpo actuaron rápido, acercandose a su compañero de trabajo.

- ¿Quien.. lo trajo aquí? ¿Como se llama? - Por el rabillo del ojo miraba al oso, mientras tomaba la temperatura del recién llegado.

- Lo dejaron abandonado a su suerte.. Te juro que no tengo la menor idea, tío. - Luzu suspiró, haciendole señas para que el otro lo siguiera a pasos apresurados, ignorando al resto de sus compañeros. De un momento al otro los dos estaban lidiando con el pato, que no paraba de lloriquear por el contacto del agua contra su cuerpo.

- Dios.. Apesta a culo, ¿como es que ni siquiera lo bañaron antes de traerlo aquí? ¿Ni con moñito ni nada? - Dijo el oso, tomando por detrás los brazos del híbrido a la vez que el castaño pasaba una esponja sobre el cuerpo del pelinegro. Luzu no dijo nada, simplemente estaba pérdido en sus pensamientos. Su corazón latía con fuerza, de un modo extraño y profundo.

- Creo que.. Este niño no sabe hablar, Luzio. - Susurró de nuevo el ojiverde, claramente, mencionando lo obvio. Desde hace un tiempo el menor no hacía nada más que balbucear palabras inexistentes, pero desde que tuvieron que recurrir a la fuerza solo podía llorar.

- No realmente.. La debió haber tenido duro, solo perdió la capacidad del habla por algunos sucesos.. Se puede recuperar pero tendrá que quedarse un tiempo aquí. A ver..

Volvió a hacerle señas a su compañero para que cambiaran de posición. Ahí venía la parte más curiosa para Luzu: sus alas. Apenas se animó a rozar estas, el menor soltó un chillido que hizo que ambos hombres en la sala se sobresaltaran. Sin embargo, tenía una tarea por cumplir. - Lo siento, pequeño..

Acto seguido, estiró su ala y la desinfectó con agua y jabón. Más tarde tendría que hacer una investigación y ver si el sujeto podía volar aún.

- ¡Ala! No son tan grandes, entonces no es un cuervo. ¿O será otro tipo de pájaro? ¿Eres un pájaro, niño? - Le preguntó al menor, quien estaba susurrando unas palabras cabizbajo. El oso siguió provocandolo mientras Luzio estaba concentrado en limpiar al híbrido.

- I.. sa.. so.. mi.. para.. Zomi.. tu.. Mi.. ¡Quack! - El más pequeño por fin había pronunciado una palabra, esa palabra sería un detonante en el momento, pues no pararía de susurrarla repetidas veces mientras se reía. A Luzio le pareció contagiosa y a Rubius también.

- Así que.. ¿Quacks? ¿Como los patos? Doblas, gracias por su ayuda. ¿Puedes ir a buscar una toalla para el paciente? - El castaño se levantó para observar su reloj de mano. "Mierda.. Se hizo muy tarde.. Tendré que tomar un taxi."

Volteó un segundo a ver al pato solo para observar como su compañero lo estaba envolviendo con una toalla. Ambos se estaban riendo. Su mirada se afiló en menos de cinco segundos.

- ¡Bien, Luzio! Nos vemos mañana, te dejo al pato. Acuérdate de cerrar bien la clínica. Nos vemos, patito ~

No le dio tiempo para contestar pues ya se habia desaparecido de su campo de visión. Por un lado el castaño estaba aliviado pues podría tratar mejor al híbrido. Pero por otro lado, llegaría tarde a casa.

- Quacks, te dejaré en una de nuestras mejores camas. ¿Te parece?

Revolvió el cabello del menor, el contrario apartó su mano como si de un reflejo se tratara, chillandole al más alto.

"Esto es raro.. ¿Será que solo es sensible con su cabello?" Pensó el doctor antes de aclarar su garganta y dirigirle unas palabras al pelinegro.

- Lo siento, no lo haré de nuevo.

Soltó un suspiro de sus labios antes de cargarlo en sus brazos, dirigiendose a una de las tantas habitaciones que habían entre los pasillos. Encontró el camino a una que estaba cerca de su oficina, esto le convendría más al castaño. Lo dejó sobre la camilla en donde el menor se acomodó en posición fetal mientras se chupaba el dedo gordo.

"Ni siquiera lo vestí aún.. Oh, bueno." El mayor soltó una pequeña risa antes de taparlo entre mantas, sintió que podía ser de más ayuda mañana. Antes de apagar la luz, echó una última vista a su nuevo paciente. "Dulces sueños, Quacks."

Main disclaimer.

Luzu tiene 37 y Quackity 24.

Amoeba. | luckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora