Egoísta.

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Alex Quackity no es un individuo egoísta. Solo hace lo mejor que puede para mantenerse sano a si mismo y a los demás y se adapta a las circunstancias que le son dadas.. Entonces..

¿Por qué se siente tan mal?

Su mente estaba conformada en una hilera de pensamientos cuyo tallo no se podía cortar tan fácilmente. No desde aquella confesión en la terraza que lo dejó perplejo.

"Creo que estoy enamorado de ti."

"Saldrás de aquí."

Y en su mente Luzu significaba lo mismo que el osezno en esos momentos. Significaba libertad, una forma de escape a su mundo real. Un héroe en su vida con el que él podía contar. Podía ignorar su falta de apetito y ese mal presentimiento que tenia si eso significaba poder obtener la oportunidad de tener una vida normal.

Una rutina como los demás, fines de semanas en los que pudiera estar en otros lugares en vez de estar atado hasta que una mejoría en su estado físico y mental sea la prueba necesaria para obtener la tranquilidad del aire fresco sin tener que subir ochocientas escaleras para obtenerlo. Alex Quackity no era egoísta por albergar ese tipo de fantasías.

Al contrario de su doctor.

Los anhelos de Quackity parecían los más inocentes y humanos deseos que tendría cualquier alma en confinamiento, pero la promesa de libertad le resultaba tan tentadora que eclipsaba cualquier otro razonamiento, alimentando sus esperanzas con los engañosos colores del edén.

─ ¿Me estas escuchando? ─ Las oscillas alas del joven híbrido aletearon diversas veces de forma convulsiva, sacudiendo sus párpados por igual, en respuesta al sonido del chasquido producido de los dedos de su recién hallada amistad, quien lo observaba con evidente descontento.

─ Si estas aburrido, solo vete. No necesito hablar con una pared. ─ Expresó con voz tersa mientras soltaba el humo del cigarrillo y lo expelía al rostro del menor, que instantaneamente comenzó a toser y alejarse. Soot se permitió reír ante la reacción del más bajo, aunque persistió en su labor. ─ Alguien te estaba buscando hoy, ¿sueles escaparte mucho de tu habitación?

Vuelve a mover sus alas en total confusión, no recuerda de lo que estaban hablando anteriormente pero esta seguro de que no era de él. Wilbur toma esto como una invitación para seguir hablando, aunque el silencio del híbrido le moleste, sabe que en sus condiciones le sería muy díficil hablar y no quiere forzarlo de más. ─ Pelo castaño, más alto que mi hermano, ojos rojos.. Parece que me estoy describiendo a mi, pero te lo juro, no tiene mi encanto.

Quackity sabe a quien se refiere pero se permite darle una mirada complice al muchacho antes de reírse. ─ ¿Hablas de Lusu? Es mi tutor y doctor.

"Eso explica muchas cosas."

En la mente del brítanico la vida de Quackity era como un puzzle de leche. Cuando lo completabas, era solo un lienzo en blanco. No conservaba recuerdos de su vida pasada, no tenía hobbies u aficiones aparte de leer y tenías que estar en el nivel 70 de amistad para que dijera mínimo unas veinte palabras. Parecía querer huir de algo, tal Houdini.

─ ¿Vas a irte a vivir con él entonces? ─ La pregunta abrumó visualmente al híbrido, quien de inmediato balbuceo un par de palabras antes de levantarse de su asiento, con intenciones de huir de nuevo. Pero Wilbur ya predijo aquella acción impropia. ─ ¿Te gusta la atención que recibes de ese degenerado o qué?

No podía ver el rostro del pequeño híbrido pero cuando oyó que el sonido de sus zapatos había cesado, supo que esas palabras lo habían atravesado. Y aún así se quedó parado en la mitad del pasillo, con pocas agallas como para ver el rostro del señor. ─ Desde los quince que puedo ver a través de las personas como él, pero tú también eres fácil de leer.

Amoeba. | luckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora