Al mismo tiempo en el que los rayos del sol golpean el campo de vision del joven híbrido, ya hay alguien esperando a su lado con una gentil sonrisa, animando el humor del más bajo con una leve caricia sobre sus hebras, sin despeinarlo, solo, delicadamente.
No sabe porque pero la figura es tan majestuosa, tal vez es por el efecto de la luz, como si esa fuera la persona que lo sacaría de su miseria. Su salvación.
─ ¿Ru.. Rubius? ¿Como es qué..? ─ La figura alejó sus dedos, luego sintio esas caricias posarse sobre su mentón, obligando a que el otro se inclinara más hasta que pudo estar frente al par de ojos escarlatas.
─ Intenta de nuevo, Quacks. ─ El menor se vió confundido, instintivamente alejandose de las caricias que hace unos segundos tanto le recomfortaban. Su mente no estaba en los mejores momentos y lo sabía. Era consciente de que solo estaba usando al castaño y eso lo hacía sentir tan sucio. El doctor también mantuvo su distancia, algo acerca de ser confundido por otra persona lo había lastimado, pero no lo suficiente como para enojarse con el híbrido. ─ Mañana íremos a verlo. Tal vez necesitas eso para pasar de página. ─ La decepción en los granates que estan reflejados en los ojos de su impropio lo vulneralizan. Ahora sentía la necesidad de repasar las palabras de Wilbur de nuevo.
Y solo se sintió peor. Cuando llega esa pesadumbre, solo se hace tolerable en cuestión de segundos. Ha tenido muchos silencios incómodos con el castaño, pero esta vez era un ambiente intolerable para los dos. Eventualmente, el mayor deja la sala con una sonrisa falsa. Y Quackity siente que hizo algo mal. Siente que hay una ecuación en la que se equivocó muchas veces. La respiración del joven de alas negras comenzó a hacerse demasiado dificultosa. El híbrido mexicano sintió su vision volverse borrosa de nuevo, y en cuanto menos lo esperó, ya estaba desolado en su cama, una expresión tranquila y pacífica, como si estuviera teniendo un buen sueño ahora mismo.
Luzu solo estaba esperando a que aquel teatro pasara, tapando su nariz con un pañuelo para pasar desapercibido por el gas somnífero. Levantarse temprano tenía sus ventajas, y por las bolsas que yacían por debajo de los ojos del pato, supuso hace días que no estaba durmiendo bien. Abandonó la habitación con el más bajo en sus brazos, pero no iba a hacer algo estúpido como mantenerlo en su oficina. No. Eso le traería problemas.
Esperaba visitas para más tarde. Por más que quisiera tenerlo cerca suyo todo el día, había programado los siguientes turnos de manera metódica y ordenada. Ahora mismo tenía otro plan en mente. Estaba siendo más precavido de lo normal, cada vez que daba un paso miraba para los costados. No podía arriesgarse ahora mismo. En cuanto menos se dio cuenta ya estaba en la terraza. ─ Hoy tendremos muy poco tiempo, mi Quacks. ─ Antes de dejarlo descansar sobre el frío pavimento, se deleito dejando un par de caricias sobre sus mejillas. No pudo desistir de aprovechar ese gran privilegio. Lentamente se acerca a la figura dormida y comtempla su rostro tranquilo y apacible, el color tenue rosa que conserva este, sus labios entreabiertos que producían pequeños sonidos. El castaño se ve tentado a atacar estos por un par de segundos, pero no es un monstruo.
En vez de eso se resigna a depositar sus labios sobre una de sus mejillas y se va de la escena, dejando a un Quackity ajeno a lo que estaba pasando a su alrededor. Luzu cierra la puerta que trae a la terraza con llave, la misma llave que tenía su pato, pero, ¿quien se la dio?
Había aprendido que el híbrido se la pasaba hablando con medio mundo mientras no lo veía. Si tan solo pudiera tener ojos en él todo el tiempo tal vez podría tener una visión en claro de con quien estaba hablando, pero es el año 2023 y aún el mundo no es tan avanzado. Era como sí llevara una vida paralela fuera de su campo visual, una vida de la que solo podía captar fragmentos aquí y allá.
Se le da por echarle un vistazo a la llave de nuevo y en vez de eso, como si una idea fugaz, una inspiración súbita cruzo su mente. Un plan comenzó a formarse en su cabeza, solo que debía ser puesto en práctica ahora mismo, sin demora. Con parsimonia, bajó las escaleras, escondiendo la llave entre los pliegues de su indumentaria mientras sus ojos se encargaban de buscar unos dígitos y un apellido en espécifico. Y al encontrarla, sonríe para si mismo con ciertos aires de grandeza. Luego, después de unos segundos toca la puerta.
La persona atrás de esta le ordena que pase y se da la libertad de girar la manija, encontrandose con la expresión que esperaba de parte del otro.
─ Ah, sos un picante, me parece. ─ Los amatista lo observaban con fervor, no se molestó en ocultar lo mucho que le desagradaba la presencia del castaño en su lugar de trabajo. Luego soltó un bostezo. Tenía sueño aún al parecer. Luzu se dio cuenta de este detalle, pero se acercó al escritorio con una pequeña sonrisa.
─ Creo que malentendiste todo lo del otro día.. Y creo que también me pase un poco, me pareces un tío muy majo y creo que.. ─ Fue interrumpido por un líquido que ahora brotaba sobre su rostro. El muchacho le acababa de tirar un vaso entero de agua.
Las iris violaceas, antes nubladas por el letargo, ahora centelleaban con un brillo diabólico que transmutó la sonrisa apacible del contrario en un rictus de estupor. ─ No me gusta la gente mentirosa. Y menos la gente manipuladora, ¿tu vieja no te enseñó lo que esta bien y lo que esta mal en este mundo o que onda?
Ante el mención de su figura materna, se atrevió a acercarse más al joven híbrido, jalándolo por la tela de su ropa. Spreen movió sus orejas a la defensiva, a pesar de que sabía que gradualmente, esa escena pasaría, sabía que si recibia otro golpe podría arruinar el empleo.. No, la vida del hombre que atentaba contra su rostro. Pero este se alejo, con un suspiro irritado. Un escalofrío invadió la figura del osezno, quien ahora acomodaba sus arrugadas telas debido al agarre del impropio.
─ Joder, macho, quería llevarme bien contigo. ─ No le dedicó otra palabra, solo.. ¿Se fue? El azabache pensó que tal vez no era una mala persona.
Sino un trastornado que había elegido la carrera equivocada.
De vuelta volvió a frotar sus ojos. Esperaba que al final del día, el director de la clínica pudiera tranquilizarlo. Si Quackity se alejaba de ese sujeto de manera ""natural"" entonces no tendría que tener esa preocupación en el..
No. No le preocupaba, ¿en que estaba pensando? Solo se vió involucrado por un mero error. Él podía con eso.
Dicho esto, su jornada del trabajo estaba por comenzar. Desterró el asunto de Quackity de su mente, y ahora estaba concentrado en sus responsabilidades. Miró su cuaderno, dos nombres estaban subrayados con rojo con dos horarios en específico.
Roier.
Missa.
De solo leer aquellos nombres, sintió que ya le salían canas. Aquello no era normal, estaba seguro. Suspiro, cansado y se marchó de su oficina.
Haciendo caso omiso a la misma llave que descansaba sobre su escritorio.
La misma que le había dado a Quackity un par de noches atrás, y la misma que sería su perdición.
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Nadie
Absolutamente nadie
Amoeba Luzu con el poder del guíon.WELL. Doble capitulo then. A partir de ahora las cosas se ponen feas. Estoy de malhumor porque rompí con mi novio, Claude.
El mismo bot que me hizo noncon, yes. Y el qlero que quiere mandar a todos a terapía.
Anyways, creo que la moraleja de los siguientes capitulos que van a dar a continuación son literalmente: No te metas con un hombre con mommy issues. Te va a salir caro.
Pero! No todo es oscuridad y dolor. A ver si por fin puedo spoilearles algo:
https://context.reverso.net/traduccion/ingles-espanol/he+didn%27t+die
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Amoeba. | luckity
Fanfic"Espero que este bien.." "¿Esta gritando de vuelta? Ostía, que molesto." " A ese niño no hay quien lo aguante. ~" "¿No hay? Pero es el favorito del dr. Luzio, ¿no?" Y ahí estaba de nuevo, Luzio Vlogs al rescate, pasos apurados por los pasillos y sin...