¿Hay alguien ahí?

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Semanas habían pasado desde que el bello durmiente había despertado de su sueño.

El día comenzó normal, bueno.. eso es lo que el Hospital de Karmaland quería aparentar.

Lolito no estaba mintiendo, por algo no había que tomarse sus advertencias a la ligera. En menos de una semana la noticia había corrido por el pueblo porque, según los medios había sido despedido injustamente. Otra vez la situación estaba en aprietos, claro, que estamos hablando de un tema pasado. Los rumores habían cesado, ¿por qué? Simple.

Dinero. La clinica se vió obligada a ofrecer una gran suma de dinero para tapar de todos lados las noticias. Si, eran falsas, pero el hecho de que Lolito, una gran figura pública haya puesto el grito al cielo llamó la atención de medio mundo. No solo estaban en aprietos delante del ojo público, sino que económicamente.. Si, una situación que estresaría a cualquiera.

Pero no a Luzio Vlogs.

─ Entonces.. Su cuerpo ya no esta más infectado.. ¿No se requiere nada más, Dr. Sapopeta?

─ ¡No se preocupe, Luzio! Estas bastante alarmado pero te repito lo que te dije ayer, es un milagro que Quacks tenga a personas como tú. Esta mejorando de a poco, así que no requiere ninguna operación por el momento.

Luzio suspiró aliviado. Se había sacado una espina del corazón. Tal vez si, estaba siendo paranoíco, no necesitaba que nadie le repitiera una y otra vez que era un exagerado.

─ Bien.. Yo tengo a otros pacientes que atender, la verdad me hice un pequeño espacio para venir a verles, ¡pero fue un placer Quacks! Nos vemos por allí, Luzu.

─ Igualmente.. ¡Se lo agradezcemos! ─ El castaño lo despidió con una sonrisa dibujada entre sus labios antes de cerrar la puerta de la habitación, volteandose para ver a su pato. Pero su mirada no estaba fija en su rostro, sino en sus alas. Lo pensó muchas veces pero siempre esos pensamientos impulsivos llegaban a su fin.

Sus pies se movieron por si solos hacia la camilla en donde este estaba esperandolo. Sus ojos clavados en el castaño, las manos del mencionado rápidamente fueron a su espalda, acariciando esta hasta llegar a sus alas.

"Si tan solo pudiera.."

"Tan suave.."

Su agarre se tensaba cada vez más y su vista se volvía más afilada. Sabía que no debía acercarse tanto al pato cuando esos pensamientos simplemente.. No se marchaban. Quería arrancar, al menos una pluma.

Eso, hasta que una voz lo desconcertó. Lo curioso es que no venía exactamente de los adentros de la clínica. No, estaba seguro que.. Provenían de afuera.

Y conocía esa voz.

Luzio no estaba interesado en el chisme ajeno, pero naturalmente, si era aquel osezno, no podía evitar pero mirarlo de reojo con asco mientras el contrario hablaba con alguien detrás del telefono.

─ No lo entiendes, Alexby.. Realmente estoy jodido con ese tema.. ¡Me estoy partiendo el culo aquí! Por.. por cinco años he vivido de mijagas. Necesito que me hagas ese favor.. ¿Si? ¡Vale, tío! Nos vemos esta noche entonces, ¿va?

Apartó la mirada. De verdad, si tenía que leer entre líneas: no era su problema. Si Doblas tenía una jugada sucia y mañana desaparecía, entonces podría hacerse cargo del cuidado de Quackity cuando se vaya de la clínica. De solo pensarlo, solo le tiraba más malas energías al híbrido.

"Alexby.. Creo que lo he visto un par de veces. Tiene una hermana que sufre alzheimer, trabaja de oficial y no tiene otros familiares. Dios.. ¿Ese estúpido oso siempre se junta con gente que no pinta nada aquí?"

Amoeba. | luckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora