☆ || Nai'rí es la melliza del inquieto hijo de Jake Sully, Lo'ak. Por azares del destino y la guerra tuvo que huir junto a su familia hacia el mar, donde el pueblo Metckayina les concedió "uturu", ahí, en Awa'tlu, se topará con unos ojos azules llen...
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A la mañana siguiente, Nai'rí fue la primera en despertar, giró su cabeza a los lados, por uno, estaban Kiri con Tuk entre sus brazos, ambas totalmente inconscientes; por el otro, Lo'ak aún estaba profundamente dormido, y se acurrucaba con su hermano mayor, quizá buscando aquella sensación de protección que Neteyam emanaba.
Grande fue su sorpresa cuando el mayor abrió los ojos de repente y miró al techo soltando un suspiro.
—Se siente raro no despertar en los capullos— murmuró, tras sentir la mirada de su hermana sobre el —O más bien, se siente raro no estar en casa—.
—Lo sé— respondió ella, frotándose la cara con sus manos.
—Neteyam ¿no te haz levantado?—. La voz de Jake asustó al mayor, quien se levantó de inmediato y saludó con una seña de mano.
—Lo siento padre— dijo apurado —No volverá a pasar—.
—Eso espero, deberías ser el primero en levantarte— regañó —Apresúrate para que lleves a tus hermanos a sus clases—.
—Padre, basta— dijo Nai'rí —Ni mamá se a levantado, yo no lo e echo, ni Kiri, ¿qué hay de nosotros entonces?—.
—Neteyam es el mayor— bramó el de rastas —Debe darles el ejemplo—.
El mencionado bajó la cabeza guardando silencio, haciéndose una nota mental de levantarse más temprano por las mañanas para despertar a sus hermanos.
—Eso no es justo— volvió a refutar la melliza, molestándose por la dureza de su padre —No necesitamos que mi hermano nos esté cuidando— recitó inconforme —Ya no somos niños—.
—Ya basta— calló Jake —Cariño, no quiero pelear contigo, despierten a sus hermanos y reúnanse con los hijos de Tonowari— ordenó, saliendo de la marui para buscar los víveres del día.
—No sabes cuándo guardar silencio ¿verdad?— murmuró Neteyam mirándola —El regaño era para mi, no tienes por que entrometerte o te meterás en problemas—.
—Pero Net—
—Skawng, no quiero que tengas problemas con papá, aún sigue molesto por tu riña con la Tsahík ayer— interrumpió de nuevo, agachándose para sacudir a Lo'ak suavemente por el hombro —Ayúdame y despierta a Kiri, por favor—.
Nai'rí rodó los ojos, pero hizo caso y levantó a sus hermanos.
—Buenos días niños— saludó Neytiri, no se habían percatado de cuándo se había levantado, ni cuando había salido. Su madre era una mujer misteriosa.
—Hola mamá— dijeron en coro.
—Recolecté algunas frutas, llévenselas para el camino— pidió —Solo les advierto, son algo ácidas—.
