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«CULPA»

Su corazón latía fuertemente, con el cuerpo de Nai'rí en sus brazos, corrió tan rápido como pudo hacia el pueblo con Rotxo siguiéndolo pocos pasos atrás; luchando por no mirarla

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Su corazón latía fuertemente, con el cuerpo de Nai'rí en sus brazos, corrió tan rápido como pudo hacia el pueblo con Rotxo siguiéndolo pocos pasos atrás; luchando por no mirarla. Tenía golpes, rasguños, había sangre en las comisuras de su boca y en sus piernas, sus ropas estaban desgarradas, a punto de deshacerse. Su estado era tan grave, que sabía que una vez la mirara, la furia brotaría de nuevo y no sabría como controlarse.

En ningún momento la soltó, Ao'nung la llevó en sus brazos hasta la marui de curación, donde Ronal dijo que la atendería. Aún cuando tuvo que dejarla en el suelo, tomó su mano y no la soltó, ni siquiera cuando su familia llegó ante la noticia de la aparición de la chica.

Sus ojos estaban fijos en sus párpados cerrados, en paciente espera a que estos se levantaran y le permitiesen ver aquellas perlas doradas mirarle de nuevo. Necesitaba saber que estaba bien, pedirle perdón por que él provocó que sufriera todo esto, por que ella quería defenderlo. Todo por que era un cobarde y no se atrevía a hacerlo por sí mismo.

La Tshík comenzó con el ritual, aplicó ungüentos, cantó múltiples rezos y pedidos a eywa, fue lo más delicada posible, imaginando que no era nada fácil para los Omaticaya ver así a la joven. Quiso intentar ponerse en su lugar para comprenderlos mejor, pero el aire le faltaba de tan solo imaginar que Tsireya pasara por todo eso, insinuaba todo lo que esa joven tuvo que resistir y soportar.

No era justo, no lo era. Ella solo quería proteger a su hijo, y se le fue pagado de la peor forma.

Al concluir se sentía exhausta, sostuvo su vientre redondo mientras Neytiri la tomaba delicadamente de un brazo para ayudarla a ponerse de pie. Mientras le agradecía lo echo por su hija.

Todos se quedaron expectantes, en espera de que Nai'rí despertara. Lo'ak se aferraba al brazo de Neteyam, quien luchaba por contener las lágrimas mientras se repetía dolorosamente a sí mismo.

¿Por qué no la protegiste?

¿Por qué no los cuidaste?

¿Por qué no fuiste con ellos?

¿Por qué la dejaste sola?

¿Por qué los dejaste solos?

Se culpaba, y solo eywa era testigo de cuanto le dolía en el alma ver a su hermanita de esa manera, echa pedazos, débil, vulnerable y más delgada que nunca. Jake no estaba mejor que el, tenia a su mujer y a sus dos hijas aferradas a su brazo, desde las delicadas manos de Neytiri y Kiri, hasta los pequeños dedos de Tuk, quien lloraba contra la piel de su madre.

Todos sentían culpa, absolutamente toda la familia y hasta terceros, pues el heredero Metckayina y su hermana también se incluían. El padre de familia estaba en shock, disociando la realidad completamente consternado por lo que estaba viendo.

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