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«UN LENTO AVANCE»

Los días pasaron lentamente, casi de manera tortuosa para Ao'nung, intentaba distraerse con sus deberes y actividades como ir de pesca o pasear en ilú

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Los días pasaron lentamente, casi de manera tortuosa para Ao'nung, intentaba distraerse con sus deberes y actividades como ir de pesca o pasear en ilú. Pero conforme más tiempo pasaba, menos podía mantener la sonrisa en su cara.

El que Nai'rí no quisiera verlo fue como un golpe directo al estómago, se esperó muchas cosas, pero no un rechazo, sabía que la estaba pasando mal, su situación no era una que pudiera pasarse por alto o a la que se pudiera restar importancia, pero no podía evitar que sus orejas descendieran cada que la veía a lo lejos, jugueteando con su familia.

Tsireya también pasaba tiempo con ella, junto a Lo'ak solían llevársela toda la mañana, luego se iba con Neteyam por las tardes, y finalmente pasaba las noches con Kiri, Tuk, y sus padres.

Solo podía quedarse de pie mirando desde lejos, cuidándola desde la lejanía, ya que no importaba cuantas veces fuera a su marui, siempre había alguien, mayormente Lo'ak o Jake, que salía para disculparse diciendo las mismas palabras.

Ella no quería verlo.

Aunque dolía, todos los días sin falta iba y hacía la misma pregunta, aunque la respuesta siempre era la misma, aunque el dolor fuera cada vez peor, no podía parar. Es más, ni siquiera quería hacerlo. Había una esperanza latente en el que aún esperaba que algún día Nai'rí no lo alejara.

Una noche, mientras caminaba por la orilla de la playa, pateando suavemente la arena con sus pies y dejando que las olas del mar lo rocen, sintió una presencia frente a él, al levantar la vista, Rotxo le miraba con una pequeña sonrisa.

—Buenas noches, Ma tsmukan— saludó, caminando hacia él para posar las manos en sus hombros.

Ao'nung se permitió mostrar una sonrisa triste, llevando su propia mano a la muñeca de Rotxo para sostenerla con debilidad —Buenas noches Rotxo—.

Ambos comenzaron a caminar con calma, lado a lado, bajo la luz de luna, no necesitaban hablar para saber que sin importar nada, tenían el apoyo del otro. Hace días no habían podido pasar mucho tiempo juntos, y ahora aprovecharían esta afortunada casualidad.

Sin embargo, ambos tenían una duda en común.

—¿Cómo está Nai'rí?— preguntó el más bajo con curiosidad.

El de molote tenía planeado hacer esa misma pregunta, ahora podía dar por hecho que ninguno sabía nada de ella. Decepcionado, soltó un suspiro —No lo sé, no ha querido verme—.

Aquella confesión hizo a Rotxo sorprenderse —¿A ti tampoco te recibió?—.

Ambos pararon de caminar, y se miraron extrañados —¿Qué quieres decir?—

—He intentado acercarme— confiesa —Pero ella siempre me aleja. No me lo tomo personal, tampoco me sorprende, lo que si no me esperaba es que no quisiera verte a ti—.

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