William: El primer amor (Parte 8)

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Al día siguiente, muy temprano, Gonzalo llamó por teléfono a William. Este le contó que su familia había viajado a Trujillo para pasar las fiestas allí y se quedarían una semana. Él no viajó, pues el 30 tenían que trabajar. Le invitó a que fuera a su casa para conversar y pasar el día juntos.

- Ven y aquí celebramos los dos solos nuestros cumpleaños, celebramos que ya eres legal. – le dijo un emocionado William.

William le dio su dirección, la cual Gonzalo anotó en su agenda. Tras pedir permiso a sus padres, se dio un baño y se dirigió a la casa de William, la cual, ya conocía.

Al llegar, William lo recibió muy arreglado. Llevaba unos pantalones jeans desteñidos, una camiseta blanca, y unas zapatillas. Estaba perfectamente perfumado. Le hizo pasar y se acomodó junto a él en el sofá de la sala.

- Antes que nada, creo que debemos conversar sobre lo que pasó, ¿no? - dijo William, rompiendo el hielo.

- Creo que sí, pero empieza tú. - respondió Gonzalo con un tono tímido. Aunque ya había ganado seguridad, la presencia de William aún lo intimidaba. Lo veía con otros ojos; William era muy atractivo, y ahora, después de los besos, se estaba enamorando de él.

- Me gustas mucho desde la primera vez que te vi, pero no sabía si tú sentías lo mismo. Pensé que te gustaban las chicas, como insistías en salir con Roxana y Margarita. - comenzó William, mirando fijamente a Gonzalo.

- Lo de Roxana solo fue una locura, una experiencia que quería vivir, pero sabía que no iba a funcionar. Y respecto a ti, al principio, me pareciste guapo, aunque no te encajaba en mi prototipo. Siempre me sentí atraído por los chicos mayores. - respondió Gonzalo, un poco avergonzado.

- ¿Por los viejitos como el señor Morante? - preguntó William, sorprendido. Morante era el gerente de la tienda.

- ¡Nooo! Mayores como Luciano o Mario, por ejemplo. – respondió Gonzalo, sonriendo nervioso.

- ¿Ah, ya? O sea, ¿que no cumplo los requisitos? – pregunto William, sonrió, bromeando.

- Lo que pasa es que a los trece me enamoré de un chico de mi edad, pero no me correspondió. Después estuve con un chico que me llevaba seis años, y desde entonces me atraen los mayores. Bueno, nunca he tenido una relación seria, solo sexo. - confesó Gonzalo.

- ¿Nunca has estado con alguien como pareja? - preguntó William, más serio ahora.

- No. Me enamoré, sí, pero nunca fui correspondido. – dijo Gonzalo, y lo miró a los ojos.

- Entiendo. Yo sí he tenido algo con un chico, fue en la época del colegio, pero eso fue hace mucho. Desde entonces no me he vuelto a enamorar. – dijo William, lo miraba con nostalgia, recordando viejos tiempos.

- ¿Y esos besos que nos dimos significan algo para ti, o fue solo besar a un chico más? – preguntó Gonzalo, un poco nervioso, lo miró esperando una respuesta.

- Mira, te voy a ser sincero. Cuando te conocí me pareciste atractivo, pero no pensé que me gustaras de esa manera. Al principio solo te veía como un amigo, pero después... empecé a sentir algo por ti. – confesó William, sin apartar la vista de Gonzalo, le acarició suavemente el brazo.

- ¿Cosas? ¿Qué cosas? – preguntó Gonzalo, sonriendo curioso.

- Cosas. Tú sabes lo que quiero decir. ¿Y tú? – dijo William, acercó su rostro al de Gonzalo, esperando su respuesta. - Al principio, todo fue confuso entre nosotros, pero desde que te vi me llamaste la atención, y ahora que te conozco más, me agradas, no solo para pasar un rato... sino para estar. – continuo Gonzalo, se acercó más, con su corazón acelerado.

- Te gustaba, y aun así no querías dejarme entrar. ¡Te pasaste! - Gonzalo dijo, entre risas nerviosas, pero también con cierto temor.

- Me gustabas aún más con tu cara de enojado. - William soltó una risa, disfrutando del momento. De verdad, siento muchas cosas por ti. Eres muy maduro para tu edad, a veces más maduro que yo. - agregó, con un tono serio que denotaba lo que realmente sentía.

- Yo también siento cosas por ti. - Gonzalo lo miró y, sin poder evitarlo, le dio un beso. Un beso que en ese momento decía todo lo que no se habían atrevido a decir.

Mientras se besaban, William lo abrazó por la cintura, acariciando suavemente su espalda. Gonzalo, que al principio había sido más cauteloso, se dejó llevar por el momento. Lo que había comenzado como una simple atracción se estaba transformando en algo mucho más profundo. William era muy varonil, y eso lo hacía sentir seguro, deseado. De repente, el sexo ya no parecía la prioridad; se sentía más conectado con él que nunca.

William, con sus caricias, intensificó el momento, mientras Gonzalo se dejaba llevar. Pero cuando William acarició su trasero y comenzó a recorrer su cuerpo, un suspiro escapó de Gonzalo. Sabía lo que quería, pero también quería que la relación fuera algo más que solo sexo. No quería apresurarse.

- Creo que vamos muy rápido. - dijo Gonzalo, separándose suavemente de él, respirando hondo.

- ¿Te incomodó algo? - William se preocupó.

- No, no es eso. Solo quiero que cuando estemos juntos, sea diferente. No quiero que sea solo sexo. - Gonzalo lo miró con dulzura.

- Tienes razón. Para mí no solo sería sexo. De verdad me importas mucho, pero esperemos un poco más. - William lo abrazó, sonriendo.

Aunque Gonzalo había tenido experiencias sexuales, sentía que con William todo era distinto. No solo quería vivir una relación física; quería enamorarse de él, y lo estaba logrando.

Esa tarde pasaron un tiempo maravilloso juntos, cocinaron algo de comer, vieron películas, y conversaron mucho sobre sus vidas y sus experiencias pasadas. Estaban tan a gusto que no querían separarse. William le sugirió que se quedara a dormir y le invitó al día siguiente a la Feria del Hogar, donde se presentaría un cantante salsero que ambos adoraban.

Gonzalo, llamó a su tía, que vivía cerca a su casa, para saludarla, y aprovechó para decirle que avisará a su mamá, que se quedaría en casa de un amigo y regresaría al siguiente día. Esa noche, durmieron abrazados, y aunque no tuvieron sexo, ambos se dieron cuenta de que lo que compartían iba mucho más allá de la atracción física: era amor.

Continuará...

AMOR DE NADIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora