Capítulo 17

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Estaban sentados en el suelo frente a la secretaria que los miraba de vez en cuando.

—Chicos, el timbre sonará pronto —les anunció la señora.

—Lo sabemos, señorita Jung.

Doyoung salió justo cuando el primo de Renjun iba llegando, se miraron por unos segundos y Sicheng entró.

—¿Qué hacen aquí? Vayan a su clase, chicos.

—Estamos esperando a Renjun, profesor Kim —le respondió Haechan bastante serio.

Todos sabían lo mucho que ese hombre odiaba a Renjun, pero solo Jeno sabía la razón.

En cuanto sonó el timbre, Renjun y Sicheng salieron de la oficina. Sus amigos se levantaron del suelo para que les contara.

—Hola, chicos —saludó el lindo castaño—. Renjun solo fue sancionado. Irá a pedirle perdón al otro chico...

—¡No es justo! —dijo Jeno—. Lo siento. Es injusto, señor Sicheng. Renjun solo estaba defendiéndose.

Sicheng sonrió. —Lo sé. El señor Lee también lo sabe, pero le pidió que lo hiciera y hablarán con ese chico cuando recupere el conocimiento. Junnie, por favor no vuelvas a hacer eso, ¿de acuerdo? La tía no estará feliz si te vuelven a suspender.

—Lo sé. Gracias, Sicheng ge, no volverá a pasar.

—Hablaremos en casa, ¿bien?

Renjun asintió. —Vayan a clases, iré a pedir perdón y volveré al salón, no se preocupen. Los amo, chicos —abrazó a cada uno y se fue con Sicheng a la enfermería.

—Deberíamos decirle al profesor Choi que ese idiota está diciendo eso, tal vez él pueda hacer algo contra él.

Los demás asintieron dándole la razón.

—¿Qué dijo sobre el profesor Choi? —preguntó la secretaria. Haechan abrió los ojos, olvidando que ella estaba.

—Cosas, señorita Jung. No se preocupe.

—Lo que sea que haya dicho, deberían decirle a su profesor a cargo. Él podría ayudarles —les sonrió a todos y continuó escribiendo algo en la computadora.

Subieron a su salón y ordenaron las mesas. El profesor Kun llegó junto a Renjun riendo de algo que decía el mayor.

—Buenos días, clase. Hoy tendremos un pequeño examen.

Renjun fingió que lloraba y Kun le acarició el cabello. —Estoy seguro de que con ayuda de Jeno podrás tener buenos resultados, pero no copies o te verás con Sicheng en detención.

—Sí, señor.

Como el examen era corto, Jeno lo terminó rápidamente, poniendo toda su atención en su compañero de asiento quien lucía perdido con tantas cosas.

—Les queda tiempo, no se estresen —les anunció a todos mientras se ponía junto a Renjun.

El rubio no entendía como es que su amigo se llevaba tan bien con los profesores.

Renjun dejó su lápiz y volvió a suspirar. —Creo que me van a devolver a kínder. Pero al menos terminé. ¿Cómo te fue, Nono?

—Bien.

Kun pasó por los lugares recibiendo los últimos exámenes y los revisó de inmediato, dejándolos libres para pasar el rato.

—Amigo, ¿estás bien? —preguntó Taro, dándose la vuelta.

—Sí. No se preocupen, el director no estaba en la oficina, pero nos llamó por teléfono. Fue gracioso, me sentí como uno de los ángeles de Charlie.

Compañeros de asientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora