Capítulo 18

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Estuvieron en silencio mientras el pobre chico lloraba. Estaba temblando y Jeno supo que estaba teniendo un ataque de pánico. Acarició su espalda con suavidad.

—Respira, Junnie. Estoy contigo.

—No soy valiente, Jeno. Odio que pase esto, me odio por hacerles pasar por tantos desastres. Soy un desastre...

—Respira —continuó diciéndole—. Hablemos cuando te calmes, ¿bien? Solo necesito que hagas lo que digo.

Volvieron a quedarse en silencio hasta que Renjun volvió a la calma. No se separaron en ningún momento, pero al menos los temblores habían desaparecido.

—¿Mejor? —preguntó Jeno acomodando su cabeza sobre la de Renjun.

—Sí —sonrió Renjun por fin—. Gracias, Nono. Eres mi salvavidas.

—¿Te había pasado antes?

—Sí. Varias veces, pero no tenía a nadie que me abrazara, así que iba a la enfermería a calmarme. Por eso los profesores me tratan de esa manera y la enfermera me conoce.

Jeno acarició la espalda de Renjun, esta vez para calmarse él. —Lamento oír eso.

—No te preocupes. Siempre he sufrido estos ataques, solo que ahora fue más intenso. Agradezco que me abraces, ¿no te molesta? Mojé tu ropa.

El rubio sonrió. —Nada que venga de ti podría molestarme.

Subieron al salón y se sentaron en silencio mientras el profesor terminaba de explicar el trabajo que tendrían que hacer para química.

—¿Está mejor, señor Renjun? —preguntó el profesor, acercándose a él.

—Sí, gracias por preguntar. Jeno me ayudó —el apuesto hombre asintió y volvió a su escritorio.

Haechan se volteó a verlo y le sonrió con cariño. —Perdón por ser tan mal amigo. Prometo ser mejor.

—Sí, también yo. Si necesitas algo, estoy para ti, Junnie —dijo Taro, volteándose a mirarlo.

Jaemin y Yangyang le acariciaron el cabello. —Eres nuestro Junnie.

Jeno asintió. —Sí. Estamos para ti.

Al término de las clases bajaron las escaleras para encontrarse con Chenle. Mark abrazó a Renjun por los hombros tratando de darle calor.

—¿De qué me perdí? —preguntó el pobre chico.

—Tuvimos una sesión de amor... espera, eso suena mal —dijo Jaemin. Los demás rieron—. En fin, abraza a Junnie y dile lo mucho que lo amas.

Chenle lo hizo sin entender. —Te amo, Junnie. Mucho, demasiado... no sabes cuanto —le susurró al oído—. Daría mi vida por ti.

Renjun lo apartó riendo. —Ya, fue suficiente. No exageres, Lele.

Caminaron hacia la salida donde el chico y sus amigas lo esperaban. Todos se pusieron delante de Renjun como muralla anti-idiotas.

—No vine a pelear, ¿bien? Lamento haber sido un imbécil todos estos días. Bueno, eso me dijo el profesor Ten que te dijera, nos vemos.

—¡No saben cuanto quiero matar a ese idiota! —gritó Haechan, golpeando el suelo con su pie—. En serio, si ese hombre al final del año sigue estando en nuestra clase, voy a cometer un crimen de odio.

—Te ayudo a esconder el cuerpo —le secundó Taro—. ¿Tanto tiempo tiene para molestar a Junnie?

—Yo digo que juntemos firmas para que se vaya de la escuela —dijo Mark quien no era de la misma clase, pero odiaba a ese hombre—. El señor Lee odia la violencia, pero no hace nada contra un acosador. Yangyang dile a tu hermano que le diga al director que haga algo o nos veremos en la necesidad de ir a la cárcel por matar a alguien.

Compañeros de asientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora