Se despidieron y en el adiós ya estaba la bienvenida. (Mario Benedetti)
Cris se recluyó en su habitación de hotel durante más de una semana, esforzándose por aplacar sus nervios y mantener un enfoque objetivo. Aunque no era responsable de la muerte de Vicente, era consciente de que su presencia en aquel podía incriminarla. Después de escudriñar las noticias, halló una breve mención sobre un hombre apuñalado múltiples veces en su apartamento tras una fiesta. La escasa cobertura le llamó la atención, llevándola a suponer que los actuales Reescribas no tenían intención de llamar la atención. A pesar de sus esfuerzos, la calma seguía esquiva.
En más de una ocasión se cuestionó si debía proseguir, aunque su vena masoquista la instaba a hacerlo. Había una alta posibilidad de toparse con Gabriel o, peor aún, encontrar a Turey casado. Sus sentidos permanecían alertas, advirtiéndole del peligro. ¿Merecía Turey semejante sacrificio de su parte? De eso no le cabía la menor duda. Pero ¿estaría dispuesta a aventurarse en una batalla sin tregua en la que no había ganadores? No, no tenía intención de intervenir ni volver a cruzarse con Gabriel. Su más ferviente deseo era mantenerse alejada de aquel maníaco y de su sombrío proyecto de manipular la historia a su antojo.
Durante la segunda semana, comprendió que debía proseguir y abandonar su encierro. Su temor a ser reconocida y sometida a un interrogatorio por la policía, la asediaba, no obstante, permanecer encerrada la imposibilitaría para seguir con su misión. Solicitó comida y examinó su bandeja de entrada, donde aguardaban algunos mensajes de la universidad y otros de amigos. Abrió un archivo para redactar su renuncia a la Junta Directiva y, además, realizó transferencias monetarias para asegurar su estabilidad económica a su regreso.
Contactó a algunos amigos en Alemania, comunicándoles su plan de prolongar su estancia en su país. Aunque no compartió muchos detalles, proporcionó la información que consideraba relevante. Por último, llamó a Ebert, su actual amante. Su relación era un desfogue, exento de complicaciones y sin temores a exigencias futuras por no haber cumplido expectativas. Aunque sentía afecto por él, mentiría si afirmara que no disfrutó de su compañía. Él no esperaba nada más, mientras que Turey anhelaba todo de ella. Sus amantes pasados huían de la complicación, pero a él le gustaba abrazar los desafíos.
Con su trabajo y amistades relegados a un segundo plano, debía emprender visitar a tiendas de disfraces y conversar con Rafael acerca de su retiro espiritual. También tenía que contactar a su abuelo y a su familia. El pánico y la ansiedad asaltaron a Cris, aunque se obligó a respirar y a controlar sus emociones. Si bien unos días atrás se ahogaba en su dolor, ahora se encontraba al borde de transformarlo todo. Por tanto, no podía permitir que sus emociones la dominaran y arruinaran sus planes. Resultaría estúpido perecer en la orilla tras nadar durante tantos años.
Valiéndose de las redes sociales, exploró tiendas y descubrió que la moda femenina de la época era un entramado de trampas mortales. Mientras saboreaba un café, navegó en su dispositivo para estudiar los atuendos de la época: corsés, faldas voluminosas, sombreros y el estilo tambor o verdugado, entre otros. Al ver aquellas imágenes, experimentó una sensación de opresión. Debió desembolsar una cantidad considerable para tener los vestidos listos en menos de 20 días, lo mismo hizo al solicitar diversos pares de zapatos. Su bolsillo sangró ante tal derroche.
Con la ropa asegurada en menos de veinte días, Cris se dedicó a investigar las costumbres de la época. Su rebeldía emergió instantáneamente al enfrentarse a su futura realidad. El dominio y validez únicos residían en la única voz masculina, ya que, sin importar su posición, la mujer perpetuamente seguía siendo propiedad del padre, esposo o hijo; incluso una moneda de cambio en un sometimiento total. Aquellas que no encajaban en estos propósitos eran relegadas a conventos.
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Atrapada en el tiempo : Ecos de amor taíno
Historical FictionHace veinte años, Crismaylin, una vez estudiante de arqueología y viajera en el tiempo, fue obligada a regresar a su época y los fantasmas del pasado aún la persiguen. No obstante, cuando se entera de que un integrante de la Sociedad de los Reescrib...